Receta para robarle el corazón al Dr. Farel romance Capítulo 518

La puerta de la cocina se abrió, y Farel apareció con un tazón de agua con panela, entregándoselo a Evrie.

—Toma esto, para prevenir un resfriado. —

El agua con panela todavía humeaba, estaba muy caliente, y Evrie la sostuvo entre sus manos, sintiéndolas calentarse.

—Gracias. —

Ella le agradeció.

Ahora que estaba divorciada, era como vivir en casa ajena, y sabía comportarse con gratitud.

—Tío Farel, yo también tengo sed, quiero una Coca-Cola. —

Irene intentaba llamar la atención.

Farel colocó otro pequeño tazón de agua con panela frente a ella, y le dijo con una voz tan neutra—Solo hay agua con panela, nada de Coca-Cola. —

Irene puso cara de disgusto—No hay yogurt, no hay Coca-Cola, tu vida es tan insípida como el agua. —

Farel alzó la mano y le dio un golpecito en la cabeza.

—Hacer la tarea sí que es sabroso, ponte a hacer tus deberes. —

Irene no se daba por vencida—Ya terminé mi tarea, solo me falta recitar el texto de memoria. —

—Entonces recita tu texto. —

La tía y el sobrino, uno grande y otro pequeño, se burlaban mutuamente, dándole vida al ambiente.

Evrie sostenía su tazón de agua con panela mientras se sentaba en el sofá, mirando hacia abajo, a su vientre plano.

Si aún tuviera el bebé que esperaba...

Seguramente también sería un momento cálido.

En la cocina, sonaban ruidos de verduras siendo lavadas y cortadas, era Farel preparando la comida.

Afuera, la lluvia caía intensamente, sin mostrar señales de cesar.

En la televisión, transmitían noticias sobre la lluvia de hoy, y la situación parecía bastante sombría.

Era una de las peores tormentas que Alnorter había visto en mucho tiempo.

Por suerte, Evrie había llegado a casa de Farel media hora antes, si no, realmente hubiera quedado atrapada en el camino.

Evrie abrazaba a su gato gordito, sintiendo un escalofrío retrospectivo.

Mientras tanto, Irene recitaba con tropezones, su voz infantil sonaba extra dulce y encantadora.

—Si te amara, no sería como la flor de pasión que se enreda en tus ramas para lucirse.

Si te amara, no sería como el pájaro enamorado que repite su tediosa canción bajo tu sombra.

Tampoco sería como el manantial, que te brinda consuelo refrescante año tras año.

Ni como la cumbre peligrosa que eleva tu estatura y adorna tu dignidad.

...—

Evrie escuchaba en silencio, cada palabra se filtraba en su corazón.

Había un sentimiento que no podía describir.

—Debo ser como el ceibo a tu lado... ceibo... ceibo...—

Irene repitió la palabra dos veces, incapaz de continuar.

—Como un árbol que se yergue junto a ti. —

Evrie añadió suavemente.

Irene la miró con los ojos muy abiertos, sorprendida—Tía Evi, ¿también conoces este poema? —

Evrie sonrió—Sí, también estudié este texto cuando era niña, me lo sabía de memoria. —

—¡Guau! ¡Estamos estudiando el mismo texto! —

Irene, emocionada, abrió su libro de texto y señalando dos palabras se acercó a Evrie para explicarle.

Evrie sintió un nudo en el corazón, recordando de repente lo que le dijo a él hace cuatro años, cuando estaba en sus brazos después de recibir un disparo.

Parece que él lo recordaba todo.

Cada palabra era como una bala giratoria, impactando precisamente en su corazón.

Los ojos de Evrie se llenaron de lágrimas en un instante.

—Si no te gusta, hay más comida en la cocina, puedo cocinarte algo más. — Farel levantó la mirada para observar cada uno de sus movimientos.

Evrie tomó su plato —No es necesario, comamos esto mismo. — le dijo.

Esta vez no tuvo ninguna reacción adversa.

Comió cada plato con tranquilidad.

Lo que siempre la alteraba no era la comida, sino aquellas obsesiones persistentes.

……

La lluvia continuaba, eran las diez de la noche y aún no cesaba.

Irene bostezó dos veces seguidas y no pudo resistir el sueño, insistiendo en irse a dormir.

Evrie se levantó de inmediato —¡Irene dormirá conmigo en mi habitación! —

—Me temo que eso no será posible. — Farel señaló hacia el otro dormitorio, —Ella va a dormir con el gato, esa es la habitación para gatos y tiene una cama pequeña que justo cabe para ella. —

Tan pronto como terminó de hablar, Irene, abrazando al gato regordete, caminó con familiaridad hacia el dormitorio secundario.

Parecía que no era la primera vez.

Evrie miró alrededor y apuntó hacia el sofá —Entonces yo dormiré en el sofá. —

—Tú dormirás en la cama y yo en el sofá. — Farel la interrumpió con cierta vacilación.

—Pero...— Evrie empezó a decir algo, pero fue interrumpida seriamente por Farel.

—Evrie, no he caído tan bajo como para hacerte dormir en el salón aquí en mi casa, ¿verdad? —

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