—Toc toc toc—
En la puerta del hotel, unos golpecitos resonaban.
Despertaron a Farel de su sueño.
Abrió los ojos y lo que vio fue un caos: sábanas arrugadas, mantas revueltas y algunas prendas de ropa esparcidas por el suelo.
Imágenes borrosas de la noche anterior comenzaron a flotar en su mente.
Sonidos de respiración, suplicas, los gemidos contenidos de una mujer...
Le habían drogado.
Y era una dosis fuerte.
Farel miró alrededor de la habitación vacía con un semblante sombrío.
No esperaba casi caer en las manos de Marín.
—Toc toc—
El sonido insistente de la puerta se mezcló con una voz familiar.
—Sr. Haro, soy yo, abra la puerta.—
Al oír esa voz, Farel se calmó un poco, se levantó, se puso una bata y caminó hacia la puerta para abrirla.
Joan estaba afuera, con una expresión seria y llevando un conjunto de ropa limpia.
—Sr. Haro, ¿estuvo bien anoche?— preguntó Joan con preocupación.
—¿Qué haces aquí?—
Joan respondió muy serio —La señorita Evrie me envió un mensaje esta mañana, dijo que pasaste la noche aquí y que viniera a recogerte.—
—¿Evrie?— preguntó Farel.
—Sí.—
—¿Dónde está ella?—
Joan estaba igual de confundido —¿No estuviste con ella anoche?—
Farel apretó los labios, sin hablar.
Había caído en una trampa la noche anterior, su conciencia estaba nublada y solo recordaba tener alucinaciones, viviendo un sueño toda la noche.
Ese sueño era mitad realidad, mitad fantasía, toda su atención estaba en el fuego dentro de él, lo que lo llevó a perder el control.
Recordaba que, en su confusión, siempre escuchaba la voz de Evrie, y su olor único impregnaba sus sentidos.
Incluso con su mente nublada, pudo identificar rápidamente que era la verdadera Evrie.
Por eso se había permitido encender el fuego.
Recordaba que en dos ocasiones ella, con voz suave, se quejaba de dolor en la cintura, y él no pudo detener su fuerza...
Farel tragó saliva, tomó la bolsa de papel de Joan y se metió al baño a cambiar de ropa.
Joan, curioso, miró dentro de la habitación.
¡Vaya desastre!
Incluso el disfraz de la Muerte que su novia le había comprado para Halloween estaba tirado al final de la cama.
¿Jugando a disfrazarse?
Parecía que sabían divertirse.
Unos minutos después, Farel salió del baño vestido, bloqueando la mirada inquisitiva de Joan.
—Revisa las cámaras de seguridad de este lugar, busca a una chica de unos veinte años, párpados dobles, cabello negro y largo, cara inocente, muy delgada. Debería haber estado merodeando por aquí entre las diez y las diez y media de anoche.—
Joan, astuto, adivinó lo que sucedió.
—Sr. Haro, ¿anoche alguien...?—
—Me tendieron una trampa.— dijo Farel con ojos oscuros y un rostro extremadamente serio —Si no me equivoco, debe ser una de las personas de Marín. Encuéntrala, y yo mismo le preguntaré.—
Joan asintió repetidamente, sacó su teléfono —Ahora mismo lo hago.—
El sueño era siempre la misma escena, acompañada de un sutil dolor de cintura y piernas.
El sonido del timbre continuaba afuera, persistente, sin ceder.
Evrie se levantó de la cama, sacudió la somnolencia y fue a abrir la puerta.
Al abrirla, se encontró con Farel parado afuera, vestido con ropa casual de tonos claros, holgada, mostrándose alto y espacioso, con un aire despreocupado y perezoso.
En su entrecejo se notaba un tenue rastro de satisfacción.
La noche anterior, se había comportado como un loco, una y otra vez, sin importar cuánto le suplicaba que parara, insistía en seguir, embistiendo sin cesar, completamente desenfrenado.
Había disfrutado plenamente, por supuesto que estaba satisfecho.
Evrie no se movió, manteniendo su expresión inalterable—¿Qué haces aquí?—
La mirada de Farel cayó sobre su cintura y preguntó—¿Todavía te duele la cintura?—
Evrie—¿?—
Sin esperar su respuesta, Farel replicó con voz grave—Vine a darte un masaje.—
A pesar de ser una frase tan simple, Evrie percibió un tono ligeramente lascivo.
Ella desvió la mirada incómodamente y rechazó la oferta directamente.
—No hace falta, no me duele la cintura.—
Farel dijo con seriedad—Anoche fue intenso, no me contuve en absoluto, ¿estás segura de que puedes soportarlo?—
El rostro de Evrie se enrojeció al instante.
Pero ella insistió obstinadamente—No entiendo de qué hablas...—
—¿No entiendes? Permíteme refrescar tu memoria.—
La comisura de los labios de Farel se curvó hacia arriba, apoyando su estatura en el marco de la puerta, comenzó a hablar con calma.
—Si no recuerdo mal, alguien me drogó anoche, y una espectro con cara pintada irrumpió en mi habitación y se ofreció como antídoto, y además, lo hicimos muchas veces, en varias posiciones...—
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Receta para robarle el corazón al Dr. Farel
Hola ya no hay más capitulos...
Llevo mucho tiempo revisando dia a dia para ver si actualizaron y nada😪😪...
Muchos dias sin subir capituños y nos vamos a quedar sin saber que pasa con los protagonista. Que pereza....
Para el buen lector es de muy mal gusto esperar por alguien para darle continuidad a una buena e interesante lectura, son muchos días de espera....
Por favor más capitulos😢😢...
Hola por favor que pasa capitulo...
Quiero más capítulos por favor me tiene triste ver como esta berto😔😔...
Hola amiga más capítulos...
Más capitulos vale...
Quiero más capítulos para ver que pasa con la salud de berro...