¡Amanda se sentía como si una bomba hubiera estallado en su cerebro!
Nunca imaginó que él lo diría frente a todos, revelando todos sus secretos más íntimos.
De repente, el salón quedó sumido en un silencio sepulcral, con todas las miradas fijas en ella.
Con el rostro cubierto con las manos, Amanda lo negó frenéticamente: —No, no soy yo, te has equivocado.—
Pero Valerio se burló con frialdad: —¿Ah, sí? ¿Entonces por qué te tapas la cara? ¿Te avergüenza lo que has hecho?—
¡Qué manera de hablar tan directa!
Amanda estaba a punto de rendirse ante él.
Solo había sido una confusión en la oscuridad de la noche anterior, confundiéndolo con un apuesto acompañante del bar y, armándose de valor, se acercó para darle unos besos.
En el primer intento falló, sus labios se encontraron con la máscara negra que él llevaba, y aunque sintió que algo estaba mal, le quitó su máscara y le dio otro beso, pero él era tan alto que solo alcanzó su barbilla.
Amanda se puso de puntillas, pero aun así no lo alcanzaba, así que tiró de su cuello hacia abajo y cayó sobre él, logrando finalmente besarlo en los labios.
Eso era todo, ¿cómo podían llamar a eso acosarlo con besos?
¿Acaso los primeros intentos no habían fallado?
Ante la mirada de los mayores presentes, ¿estaba él intentando avergonzarla?
Con una mueca, Amanda desvió la mirada hacia el ceño fruncido de Valerio y sintió un vuelco en el corazón.
Con un sentimiento de culpa, corrió escaleras arriba.
Pero en el siguiente momento, una voz clara y distinta la detuvo.
—Amanda, baja aquí.—
Ese tono, esa autoridad, no podía ser otro que su tío Farel.
Amanda cerró los ojos con resignación.
De todos en la Familia Haro, Farel era a quien más temía. Incluso si el resto de la familia la mimaba, siempre se comportaba bien cuando Farel se enojaba.
Con lágrimas en los ojos, bajó las escaleras y se paró tímidamente detrás del sofá.
—Explica lo que pasó anoche, quiero saberlo todo.—
Farel frunció el ceño al mirarla, como un estricto patriarca.
Al darse cuenta de que no podría engañarlo, Amanda decidió confesarlo todo.
—Yo... fui al bar a celebrar el Año Nuevo, y en la oscuridad no vi bien su rostro, me equivoqué de persona y bueno, actué impulsivamente...—
Farel entrecerró los ojos: —¿Te equivocaste de persona? ¿A quién querías besar entonces?—
Amanda, resignada, cerró los ojos: —Solo quería experimentar... cómo se siente besar a un chico guapo—.
Valerio levantó la cabeza, sintiéndose indignado. ¡Él había sido besado a la fuerza y todavía le pedían que se disculpara! ¡Era demasiado!
Pero en ese momento, Amanda caminó humildemente hacia Valerio y se inclinó profundamente.
—Lo siento...—
Valerio se quedó en silencio...
Resultó que era ella quien debía disculparse.
Su actitud era extremadamente sincera y parecía genuina.
Valerio se quedó gruñendo en el sofá, con sarcasmo: —Eres un romántico sin remedio, y tu sobrina no se queda atrás. —
¡Qué superficial!
Farel oscureció su mirada y le replicó con frialdad: —En la oscuridad, es normal que no vea bien los rostros. Amanda, la próxima vez asegúrate de elegir a alguien más guapo, esta vez considera que has tenido mala suerte. —
—Aunque quieras experimentar esas sensaciones, también debes ser selectiva, no te conformes con cualquier mocoso que veas por ahí. —
Valerio: ...
Evrie: ...
Amanda: ...
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Receta para robarle el corazón al Dr. Farel
Hola ya no hay más capitulos...
Llevo mucho tiempo revisando dia a dia para ver si actualizaron y nada😪😪...
Muchos dias sin subir capituños y nos vamos a quedar sin saber que pasa con los protagonista. Que pereza....
Para el buen lector es de muy mal gusto esperar por alguien para darle continuidad a una buena e interesante lectura, son muchos días de espera....
Por favor más capitulos😢😢...
Hola por favor que pasa capitulo...
Quiero más capítulos por favor me tiene triste ver como esta berto😔😔...
Hola amiga más capítulos...
Más capitulos vale...
Quiero más capítulos para ver que pasa con la salud de berro...