¿Despertó?
Evrie quedó perpleja por un momento, recordando a esa pequeña niña del orfanato.
Instintivamente le preguntó: —¿Qué sentencia le darán?—
—Es un asesino, cargaba con varias vidas en su conciencia. Con Marín fuera de juego, todas sus fechorías saldrán a la luz. Si no recibe cadena perpetua, recibirá pena de muerte.—
Evrie apretó los labios, quedándose en silencio por unos segundos.
Se sentía algo pesada de ánimo.
No tenía simpatía por el asesino, sino que... esa niña ya no tendría a su padre.
De ahora en adelante, sería etiquetada como la hija de un asesino.
Le esperaban tiempos difíciles.
Evrie tomó aire profundamente y le habló en voz baja: —Haz el favor de pasarle un mensaje de parte de la policía, dile que su hija lo espera en el orfanato.—
Farel la miró de reojo y finalmente asintió.
—Está bien.—
Aprovechando un semáforo en rojo, marcó un número.
Les transmitió brevemente el mensaje de Evrie.
La policía entendió que se trataba de una solicitud humanitaria y accedió a cumplirla.
Después de colgar, Farel tomó la mano de Evrie y la miró fijamente.
—¿No dijiste que no querías meterte en más problemas? ¿Por qué hacer esto?—
Evrie le sonrió.
—Tal vez porque voy a ser madre, me siento más sensible.—
Farel sonrió, conteniendo su risa. —¿En solo una noche ya estás tan ansiosa por ser madre?—
Evrie se sonrojó. —Fuiste tú quien me dijo que querías un hijo, y yo ya hice todos los preparativos, hasta aprendí qué tener en cuenta para embarazarme.—
—Muy bien.—
Farel le apretó la mano y entrelazó sus dedos con los de ella.
—Ya que estás preparada, es mi turno de esforzarme. Tranquila, te daré un hijo sano y feliz.—
Evrie pensó que él ya era intimidante sin esfuerzo alguno.
Si se esforzaba más, temía que su espalda no resistiera.
El semáforo cambió a verde y ella retiró su mano, sintiendo las orejas ardientes.
—Concéntrate en manejar.—
Farel aún quería más, pero su voz era pura ternura.
—A sus órdenes, Sra. Haro.—
...
En el hospital, sobre la cama.
Un hombre de mediana edad vestía una bata a rayas, con esposas en sus muñecas.
A pesar de su debilidad, las arrugas en su frente y la larga cicatriz en su rostro le daban un aspecto sombrío.
Dos oficiales entraron y le pasaron un teléfono.
—Tu hija te espera en el orfanato para una llamada. Dadas las circunstancias, solo podemos darte diez minutos.—
Había dicho tan pocas palabras y ya se había agotado el tiempo.
El hombre le dijo con tristeza.
—Mi niña, tienes que seguir adelante, ¿entiendes?—
La pequeña niña permaneció en silencio por unos segundos y luego le dijo con voz baja: —Ya lo sé, haré todo lo posible por seguir adelante.—
La llamada terminó.
El hombre tenía ya las lágrimas desbordando su rostro.
Él conocía su destino y sabía que no podía cambiarlo.
La persona a su lado guardó el móvil y sacudió la cabeza.
En un rincón del orfanato.
El sol se colaba por la ventana, iluminando su figura.
Hacía algo de frío, el clima no era reconfortante.
La niña miraba fijamente su reloj.
Las lágrimas caían una a una.
La profesora se acercó y se agachó frente a ella.
—¿No acabas de hablar con tu papá? ¿Por qué sigues llorando?—
Mía alzó la vista al cielo, las lágrimas seguían su camino desde su cuello, mojando su ropa.
—Mi papá va a morir.—
—Nunca volveré a verlo.—
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Receta para robarle el corazón al Dr. Farel
Hola ya no hay más capitulos...
Llevo mucho tiempo revisando dia a dia para ver si actualizaron y nada😪😪...
Muchos dias sin subir capituños y nos vamos a quedar sin saber que pasa con los protagonista. Que pereza....
Para el buen lector es de muy mal gusto esperar por alguien para darle continuidad a una buena e interesante lectura, son muchos días de espera....
Por favor más capitulos😢😢...
Hola por favor que pasa capitulo...
Quiero más capítulos por favor me tiene triste ver como esta berto😔😔...
Hola amiga más capítulos...
Más capitulos vale...
Quiero más capítulos para ver que pasa con la salud de berro...