Receta para robarle el corazón al Dr. Farel romance Capítulo 619

Berto captó la mirada tenue de ella.

Sin poder evitar sentirse incómodo, se tocó la nariz.

—¿Qué tal si me hago responsable de ti?— le dijo sin importarle el resto, —tanto dinero como compañía, todo se puede considerar.—

Blanca abrió la boca, pero se quedó sin palabras.

Una vez más, había caído en su trampa.

Con un suspiro de frustración, sacó de su bolsillo una moneda vieja que Auwuu le había traído de alguna parte como un 'tesoro'.

Cn la moneda en la mano, la colocó sobre la mesa y sonrió con ironía.

—La que debería responsabilizarse soy yo. No quedé satisfecha con tu desempeño anoche, pero aunque no haya mérito, hay esfuerzo. Esto es por tu trabajo.—

Dicho esto, se levantó y se dirigió hacia la salida.

El cuarto estaba impregnado de un fuerte aroma a perfume.

No soportaba estar allí ni un momento más.

Berto la llamó desde atrás —¿No vas a comer?—

Ella no se giró para responderle —No tengo hambre.—

Luego cerró la puerta después de irse.

El silencio se apoderó de la habitación.

Lena, sin saber qué hacer, miró a Berto y luego señaló hacia la puerta.

—¿Ustedes anoche...?—

Berto suspiró y, tomando la moneda de la mesa, la guardó en el bolsillo de su camisa, y le dijo con resignación —Lo siento, es que mi esposa es muy estricta. Está enojada conmigo. Gracias por traerme desayuno, pero con lo que tengo aquí es suficiente, ¿necesitas algo más?—

Lena abrió los ojos —¿Estricta? Pero si aún no estás casado, ¿cómo es que tienes esposa?—

Esa pregunta golpeó a Berto.

Levantó la vista para mirarla, con una expresión llena de desdén.

—¿Necesitas algo más? Si no, por favor, vuelve a tu casa. Tengo que ir a trabajar y no puedo atender visitas.—

Lena se sintió muy incómoda.

Hace unos años, cuando la veía en su pueblo natal, siempre tenía palabras amables y una sonrisa para ella.

¿Qué había cambiado ahora?

Pero conquistar a un hombre no es algo que se pueda hacer con prisa, hay que avanzar paso a paso.

Lena intentó calmarse y sonrió levemente.

—Está bien, ve a trabajar. Han pasado años desde que nos vimos y Ana me pidió que te visitara. ¿Qué tal si cenamos juntos esta noche para celebrar mi llegada?—

Berto ya había terminado su sopa y se puso de pie.

Tomó una bolsa de comida aún sin abrir de la mesa y la puso en manos de Lena.

—No hace falta que cenes junto a mí, pero es justo que te invite a comer. Todo esto lo pedí esta mañana de un famoso restaurante en Alnorter, es un desayuno especial que no es fácil de conseguir. No te conmuevas, considera que te estoy invitando a desayunar.—

Lena quedó sin palabras.

¡Quién invita a desayunar con comida para llevar!

Ella estaba a punto de decirle algo, pero Berto ya tenía las llaves del coche en la mano y abrió la puerta.

—Llévatelo y come en tu casa, yo tengo que ir a trabajar. Pásala bien.—

Lena casi escupe sangre de la frustración.

Pero él ya estaba recostado tranquilamente en la puerta esperando, y en ese momento, hasta empujó con el pie al perro que intentaba salir para que entrara de nuevo en la casa.

No podía quedarse allí de brazos cruzados.

Así que, llevándose la bolsa de desayuno como si fuera una gran injusticia, salió.

Blanca le pasó una taza de café, pero Evrie negó con la cabeza.

—Estoy intentando quedarme embarazada, no puedo tomar café.—

Blanca se dio cuenta de su error y retiró la taza rápidamente—Oh, cierto, casi lo olvido.—

Evrie sonrió y, tomando su taza de agua, se dirigió hacia la salida—Además, después de esta semana, me tomaré un mes libre para viajar, no me extrañes demasiado.—

Blanca—Vete, vete, la adicta al trabajo finalmente va a descansar.—

Tras despedirse de Evrie en el área de descanso, Blanca bajó la mirada hacia el café en sus manos, sin ganas de beberlo.

Ella envidiaba un poco el actual estado de felicidad y paz de Evrie.

Pero cuando pensaba en todo lo que había pasado en estos cuatro años, además las frustraciones que había vivido.

Ya no la envidiaba.

Blanca suspiró profundamente y regresó a su puesto con la taza en mano.

Esa noche, al salir del trabajo sin hacer horas extra, acompañó a Evrie fuera del edificio de la compañía.

De inmediato vieron a lo lejos a Farel junto al Range Rover blanco, con una mirada fría y distante, casi como un punto de referencia para su Grupo de Construcción El Sol.

En cuanto Evrie vio esa silueta, la luz en sus ojos se encendió.

Se despidió de Blanca con un gesto y, apresurando el paso, se lanzó a los brazos de Farel.

Eran una pareja encantadora y amorosa.

Blanca desvió la vista, y se dispuso a buscar su coche para ir a casa.

Detrás de ella, Rosana, con su teléfono en la mano, reía a carcajadas—Blanca, mira, este video es tan gracioso, algún perro se ha perdido y está llorando a gritos en la calle.—

Blanca giró la cabeza para mirar y reconoció al instante al perro que aullaba al cielo en el video.

Esa cara de perro, ¿quién más podría ser sino Auwuu?

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