Amanda estaba desconcertada con la forma de pensar de él, le parecía absurdo.
—No es como piensas, yo no... no...—
—¡Ahora no lo vas a admitir!—
Valerio la interrumpió de golpe, con esos ojos encantadores clavados en ella, su tono no dejaba lugar a dudas.
—La otra vez me besaste en la discoteca, ahora te apareces en una cita a ciegas conmigo, y encima con esa ropa tan tierna, ¿y dices que no te gusto?—
Amanda no sabía qué decir.
Abrió la boca, bajó la mirada hacia su chaqueta esponjosa y se quedó perpleja.
Los primeros dos argumentos podían pasar, pero ¿qué relación tenía su chaqueta con que le guste él?
Antes de que pudiera decir algo, Valerio frunció el ceño y no paraba de hablar.
—Te he dicho que a tu edad todavía eres una niña, inmadura, no estás para pensar en romances.—
—Lo que tienes que hacer es concentrarte en tu recuperación, estar sana y tener un cuerpo en buenas condiciones, ¿entiendes?—
Amanda entendía, pero al mismo tiempo no.
Parpadeó confundida y lo miró con inocencia, solo logrando decir:
—No dije que me gustaras.—
Valerio hizo un gesto de desdén y volvió a su asiento. —No me estoy burlando, no te avergüences. Es normal que una chica de tu edad empiece a interesarse por los chicos guapos, yo lo entiendo.—
Luego agregó: —Pero debes priorizar, cuida tu vida. Cuando crezcas un poco más, entenderás que frente a la vida, el amor no es nada.—
Amanda se quedó sin palabras.
Pensaba que él era un poco creído.
Aunque es cierto que lo había besado en la discoteca, pero el lugar estaba tan oscuro que ni siquiera vio bien su cara.
Después, Farel le había dado una buena regañada.
—Entiendo lo que dices, pero realmente no me gustas. Solo estoy haciendo un favor a una amiga con esta cita,— intentó explicarle.
—No te justifiques, justificar es admitir.—
Valerio hizo un gesto con la mano y la miró de reojo con esos ojos encantadores.
—Farel todavía no debe saber sobre tu cita, eh. Tan joven y sin aprender lo bueno, te voy a llevar de vuelta.—
Amanda se alarmó y agarró su manga en un intento de suplicar.
—No puedes decirle a Farel, por favor. Yo puedo decidir sobre mis asuntos.—
Valerio soltó una carcajada.
—De una u otra manera no me voy a bajar. O me llevas de vuelta, o me consigues un taxi, si no, cuando baje le diré a Farel que me has secuestrado.—
Si había que hundirse, se hundirían juntos.
Ella no pensaba hundirse sola.
Valerio sonrió despreocupado, —Vamos a ver qué puede hacerme tu tío Farel.—
Se quitó el cinturón de seguridad y abrió la puerta con un “click”, rodeó el carro y abrió la puerta del copiloto.
Agarró la capucha de Amanda y empezó a sacarla.
—¡Ay, suéltame, por qué no puedes ser razonable!— Amanda se resistía, sacó su teléfono y empezó a tomarle fotos a la cara de Valerio.
—¡El influencer de ocho millones de seguidores secuestrando a alguien!—
—Baja ya...—
Valerio la atrajo con habilidad.
En ese instante, una voz familiar, fría y distante, resonó a sus espaldas.
—¿Qué están haciendo?—
Amanda levantó la cabeza de golpe y se encontró con esa cara de Farel, imperturbable y serena.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Receta para robarle el corazón al Dr. Farel
Hola ya no hay más capitulos...
Llevo mucho tiempo revisando dia a dia para ver si actualizaron y nada😪😪...
Muchos dias sin subir capituños y nos vamos a quedar sin saber que pasa con los protagonista. Que pereza....
Para el buen lector es de muy mal gusto esperar por alguien para darle continuidad a una buena e interesante lectura, son muchos días de espera....
Por favor más capitulos😢😢...
Hola por favor que pasa capitulo...
Quiero más capítulos por favor me tiene triste ver como esta berto😔😔...
Hola amiga más capítulos...
Más capitulos vale...
Quiero más capítulos para ver que pasa con la salud de berro...