Valerio torció la boca, no dijo esas palabras frente a ella, total, ni iba a admitirlo.
Le seguía lavando el cerebro: —Cuando tengas listo el resort, también podrás tener animalitos, ¿cuál es la diferencia?—
—La diferencia es grande.—
Amanda paró el carro en el semáforo y lo miró seria.
—El resort es un lujo, salvar animalitos es una necesidad. No tengo tu habilidad para abrir un zoológico, menos aún para crearles un paraíso ecológico, pero dentro de lo que puedo, sí puedo rescatar gatitos y perritos. Por ser pequeños, su vida parece valer menos, y no son muchos los que se preocupan por ellos. Yo quiero ser esa persona, continuar miles de vidas que, aunque parezcan insignificantes, importan.—
Valerio se quedó pasmado, no esperaba esas palabras de ella.
Los Haro eran tan ricos y distinguidos, ella debió haber crecido como una princesita, con todo a su alcance.
No debería saber de las preocupaciones mundanas.
Debería gastar dinero a manos llenas.
Pero su educación y su corazón parecían aún más puros de lo que él había imaginado.
—Ahora que lo mencionas, incluso te tengo que agradecer.—
Amanda rompió su confusión: —Antes vivía tan cómoda que pensaba que todos vivían sin preocupaciones, que la vida era solo para disfrutar. Pero después, estando en el zoológico por ti, me hice amiga de tus empleados y supe la historia del parque de animales.—
Era un lugar que empezó lleno de animales abandonados, viejos y enfermos.
Valerio los había rescatado, creándoles un hogar donde no les faltaba de nada.
Amanda lo admiraba profundamente.
Y a través de su perspectiva, había visto cosas significativas que antes había ignorado.
Valerio se mordió el labio, incrédulo: —¿Estás diciendo que te inspiré, que lo que yo hago, tú también lo quieres hacer?—
—Sí.—
Amanda asintió con seriedad: —Ya lo tengo claro, en este mundo, hay quien defiende el ambiente, quien siembra árboles, quien ayuda a los pobres, quien salva vidas.—
—Y yo, puedo aportar en lo que esté a mi alcance.—
—Así, cuando me muera, habrá valido la pena.—
Valerio se quedó callado.
No esperaba que la chica tuviera una visión tan amplia.
Siempre había pensado que era solo una ricachona con ganas de jugar.
Desvió la mirada hacia la ventana, apretando el brazo que le empezaba a doler.
—Está bien, está bien, la educación de tu familia es impecable, no tengo nada que decir. Acelera, ¡llévame rápido a vacunarme!—
—¡Vamos!—
Amanda parpadeó: —¿Ah, ya no te molesta que te siga?—
—Menos charla, llévame de vuelta y luego te vas, ¡no te hagas la viva!—
Amanda —... Está bien.—
El tipo seguía siendo igual de temperamental.
Mejor dejarlo, no vale la pena el lío.
Se acercó al coche con las llaves en mano y con un par de “beeps” lo abrió.
Justo al tirar de la puerta, su cabeza dio vueltas y su cuerpo se tambaleó, casi cayendo al suelo.
Valerio, por instinto, la sostuvo.
—Oye, ¿estás bien?—
Amanda negó con la cabeza, sintiendo un mal presagio.
Este sentimiento... le resultaba demasiado familiar.
Antes de que pudiera reaccionar, la mano de Valerio ya estaba en su frente y ella soltó un grito sorprendido.
—¿Tienes fiebre?—
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Receta para robarle el corazón al Dr. Farel
Hola ya no hay más capitulos...
Llevo mucho tiempo revisando dia a dia para ver si actualizaron y nada😪😪...
Muchos dias sin subir capituños y nos vamos a quedar sin saber que pasa con los protagonista. Que pereza....
Para el buen lector es de muy mal gusto esperar por alguien para darle continuidad a una buena e interesante lectura, son muchos días de espera....
Por favor más capitulos😢😢...
Hola por favor que pasa capitulo...
Quiero más capítulos por favor me tiene triste ver como esta berto😔😔...
Hola amiga más capítulos...
Más capitulos vale...
Quiero más capítulos para ver que pasa con la salud de berro...