Reconquistando a mi exesposa romance Capítulo 4

Pero sabía que era imposible, así que rápidamente desechó la idea. Orgulloso, alzó la barbilla cuando pensó en lo mucho que se parecía a su ídolo; se acercó a Jani y le susurró lo que necesitaba de ella; la pequeña, sin dudarlo, aceptó, y luego, los dos se pusieron a jugar en sus respectivos iPads.

Helda terminó el diseño de la serie Star Ocean y luego les preparo un nuevo juego de ropa a sus dos pequeños tesoros. Casi toda la ropa de los niños las había diseñado y hecho ella desde que eran bebés. En ese momento que el clima se estaba poniendo frío y ellos habían crecido bastante, la ropa del año pasado ya no les servía.-

Llegada la hora de descansar, ella se acurrucó con sus dos pequeños para dormir, y esa noche soñó con alguien que había intentado olvidar hacía tiempo, lo que la dejó agitada y molesta al despertar.

Después del desayuno, al llevar a los niños al jardín infantil, aprovechó para disculparse con los maestros. Aunque Jani era traviesa, su vivacidad e inteligencia eran muy apreciadas por los maestros, por lo que Helda no tuvo problemas, ya que la actitud de su hija al admitir su error fue excelente. Los otros niños afectados tampoco estaban seriamente heridos, y los padres aceptaron las disculpas amablemente, aunque ella aun así llevó regalos para mostrar su sinceridad.

Al salir del jardín infantil, llamó a su amiga Miranda Olmos: "Miri, ¿puedes cuidar de los niños esta noche? Tengo una cena de trabajo y no puedo faltar".

Miranda aceptó sin dudarlo: "Claro, sin problema".

...

Siempre había sido así, distante, como si nada le importara, pero increíblemente capaz. Bajo su liderazgo, en cinco años, Grupo Basurto se había convertido en una de las empresas líderes a nivel mundial, y su fortuna personal había crecido exponencialmente, convirtiéndolo en el hombre más rico del país.

Y eso que apenas pasaba de los treinta, era alto y guapo, con rasgos perfectamente definidos, como si hubieran sido esculpidos por los mismos dioses, haciendo que cualquiera que lo viera no pudiera evitar admirar lo que parecía ser la creación más perfecta de la diosa Afrodita.

Al ver a su ídolo, Ciry no pudo contener la emoción que burbujeaba dentro de él, apretando sus pequeñas manos a los lados en puños.