Romance Prohibido romance Capítulo 39

El aliento de Ellie en su oído, más sus palabras cargadas de deseo y de euforia, solo hicieron que se volviera loco. Sí, la ira se lo estaba consumiendo, pero también debía aceptar que todo el deseo y los sentimientos mezclados, habían hecho que se cegara por poseerla, y por llenar cada centímetro de Elizabeth de su propio cuerpo. Deseaba impregnarse en ella, necesitaba marcar su piel y que, de alguna forma, más nunca alguien pudiera tocar lo que ya era suyo.

Dereck comenzó a besarla frenéticamente, y en cuestión de segundos, cambió de posición, colocando a Ellie debajo de su cuerpo. Quitó su blusa y comenzó a bajar su falda sin dejar de tocar su piel de forma insistente. Sus toques no eran suaves, eran más bien muy exigentes, rastrillaba su piel con la yema de los dedos, y podía sentir que ella hacia lo mismo con él.

Cuando ambos estuvieron desnudos, soltó sus labios que estaba succionando con fuerza, y llevó la boca a sus pechos mientras la chica se retorció en sus brazos. No podía explicar que parte era más exquisita, pero cada vez que succionaba un centímetro de su piel, el sabor que entraba a su cuerpo, lo hacía perder el juicio a medida que se adentraba en el acto.

Él quiso bajarse a continuar besando el abdomen de Ellie, pero de inmediato vio en como ella se apresuró, como si no pudiese esperar mucho tiempo, y prácticamente lo sujetó por la espalda, hasta que su cuerpo se pegó al de ella. Ellie hizo un movimiento en sus caderas y enredó las piernas entre las suyas, así que no pudo resistirlo por más tiempo, y esta vez entró con fuerza en el interior de la chica, impactándose por el hecho de que ella estaba más que preparada por recibirlo.

Todas sus partículas se encogieron, Hunter no pudo evitar soltar un gruñido de satisfacción, además que esta vez ella era exigente, Elizabeth lo besaba, pasaba sus manos desesperadas por su cuerpo, como si buscara la forma de saciar su dolor y deseo al mismo tiempo. Hunter lo podía sentir en sus movimientos, en la manera en que lo miraba y que lo tocaba, y aunque quería ser cuidadoso con ella, sus tactos rudos, y sus embestidas fuertes, se salían como si no tuviese el control de ellas.

La presión en su pecho era extenuante. Deseaba meterse a Ellie dentro de él. Deseaba unirse a ella de una forma profunda, así que, en un movimiento, metió sus brazos por los costados de Elizabeth, abrazó sus hombros con las palmas, y la pegó a él tanto como pudo, mientras sus embestidas se volvían más frenéticas, más necesitadas, más exigentes.

Hunter estaba clavando sus dientes en el cuello de Elizabeth, cuando sintió que ella tomó su rostro y lo besó hundiendo su lengua dentro de la suya. Su piel se estremeció enseguida y luego una vibración le hizo entender que Ellie gemía en su propia boca, una y otra vez mientras su cuerpo se retorcía, y sus piernas quedaban más enredadas que antes.

Cuando la chica no pudo más con el aliento, separó la boca para tomar una bocanada de aire, pero en el momento su boca fue atrapada de nuevo por él, mordiendo sus labios y también gruñendo fuertemente, a la vez que se vaciaba como nunca antes dentro de ella.

Ellie sintió un poco de dolor en sus labios por la presión, pero de cierta forma la fuerza que estaba ejerciendo Dereck contra su cuerpo, su abrazo que estaba cortando su respiración, más su boca lastimada por sus dientes, hicieron que su centro se convulsionara de nuevo, mientras Dereck seguía embistiéndola con fuerza, a pesar de que ya se había vertido dentro de ella.

Esta vez no pudo sostenerse en la misma posición, y echó todo su cuerpo estremecido hacia atrás, para amortiguar todo el impacto de placer que estaba llevándola a otro mundo.

Poco a poco el movimiento fue suavizándose, y sus labios comenzaron a ser besados con suavidad. No sabía cuál de los dos había roto el labio del otro, pero pudo sentir un poco el sabor a hierro en su boca, y eso de cierta forma, volvió a comprimir su cuerpo.

¿Cómo podía sentir que quería estar así con este hombre durante todo el día?, mientras más veces estaba junto a su cuerpo, más lo deseaba, más quería quedarse en sus brazos.

Los brazos del hombre se suavizaron, y en un movimiento ella quedó frente a él mientras sus dedos gruesos le apartaban el cabello de la cara. La yema del pulgar rozó su labio inferior, y el aire de Dereck salió esparciéndose por todo su rostro, así que sus ojos se cerraron.

Le encantaba su olor.

—Ellie… mírame… —ella le escuchó decir, pero no quería volver a la vida, no quería recordar, a Michael, ni a su padre, ni a ella misma.

Quería quedarse aquí para siempre, quería pertenecer a este cuerpo de por vida, y quería respirar este aire constante, sin que nadie le recordara que debía seguir.

—No quiero… —respondió Elizabeth mientras se apretujaba más a su cuerpo—. Déjame seguir aquí un rato más…

—Elizabeth, mírame, porque tú no volverás, ni a tu casa, ni a tu vida. Te quedarás conmigo, porque yo no te dejaré ir…

Los ojos de Elizabeth se abrieron mientras su cuerpo quedó impactado por sus palabras, por el impacto que había hecho en su estabilidad emocional, y que ni siquiera sabía cómo tomarlas, y como interpretarlas. Pero sin haberse consultado a sí misma, sabía que ni siquiera necesitaba pensarlo, para entender que ella jamás podría reunir las fuerzas, para decirle adiós a este hombre en algún momento de su vida…

***

Un relámpago que iluminó toda la planta seguidas de un sonido estruendoso, hizo que Elizabeth parpadeara varias veces y girara la vista hacia la ciudad. Estaban comenzando noviembre, y aunque no era un mes lluvioso, si era uno donde todo se veía bastante opaco.

La chica soltó el aliento viendo como las nubes se arremolinaban y se volvían negras, y como los relámpagos estremecían la ciudad. Por alguna razón se sintió entre el medio de esos fenómenos climáticos; porque se sentía revuelta, confusa, y muy distorsionada.

Después de que llevó los ojos al cielo, deslizó la mirada por toda la oficina de Hunter y se levantó para caminar un rato. Prácticamente toda la semana Dereck había estado ausente en el horario de trabajo, diciéndole que debía arreglar unos asuntos desligados a la firma de su padre, y dejándole la tarea de crear un informe completo para presentar mañana viernes por la mañana.

En la empresa de Jarod.

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