Romance Prohibido romance Capítulo 43

Ellie estaba viendo por la ventana del avión, como las nubes parecían un mar espeso y denso; la sensación de profundidad, de tranquilidad y sobre todo de altitud la hicieron sentir inalcanzable. Ya tenían aproximadamente dos horas de vuelo, pero ella deseaba quedarse aquí arriba para siempre, sin ninguna preocupación.

Los dedos entrelazados de Dereck en ella, solo le indicaban que estaba segura, que no tenía de que alarmarse por nada, y que, por un par de días, no debería pensar.

Las palabras de Dereck aún estaban grabadas como acero caliente en su pecho, y cada vez que pensaba una y otra vez el momento en cómo dijo, que él era de ella, su sistema mandaba descargas indescriptibles que le cortaban el aire.

No quería perderlo, no quería que se fuera después de que su situación se arreglara, independientemente de lo que pasara, lo quería en su vida, ahora mismo sentía que el decirle adiós a Dereck, sería más doloroso que haber perdido 4 años enteros de su vida. Entonces un nuevo temor vino sobre ella.

—Piensas y piensas… —esa voz grave la hizo parpadear y voltear para ver sus ojos metiéndose en ella—. ¿Me dirás que es lo que piensas? ¿Me contarás que es lo que ha pasado esta semana?

Su corazón tranquilo comenzó a golpear su pecho fuertemente, y toda la paz se cayó en cuestión de segundos.

¿Por dónde podría empezar? ¿Mi padre pertenece a una mafia de tráfico de insumos? Era muy difícil confesar algo como eso, así que dijo lo que primero sintió decir, y lo que su corazón anhelaba.

—Dereck, yo quiero agradecerte por estar a mi lado en esta parte tan dura de mi vida… creo que, si no hubieses aparecido…

Los dedos de Hunter tocaron inmediatamente los labios de la chica para callarla.

—Lo hubieses hecho igual, Ellie. Solo te di un empujón, además, sé que fui muy irresistible para ti… —él quiso jugar, porque le jodía ver esa expresión en su rostro.

Una expresión que tenía una semana entera en ella, y estaba ansioso y necesitado por saber qué era lo que la aquejaba.

Ellie soltó la risa, y con eso él pudo respirar un poco.

—Me encanta la confianza que tienes en ti mismo —dijo ella colocando una mano en su boca.

—Necesito contagiarte de todo esto.

—Ya lo has hecho —Elizabeth agregó apartando su mano y luego preguntó—. Además de la presentación del proyecto… ¿Qué haremos en Washington?

Esta vez Dereck llevó la mano a su boca y la besó suavemente.

—Vivir Ellie, tú vas a vivir un poco mientras estemos aquí…

Los ojos de Elizabeth se clavaron profundamente en esos ojos negros que parecían iluminar su alma. Sin pensarlo, acortó la distancia mientras delineó la boca de Hunter, y de una forma muy torturadora comenzó a mordisquear sus labios, haciendo que el hombre soltara un bufido.

—Bueno… ya sé que es lo primero que haremos al aterrizar… —lo escuchó decir.

Ambos soltaron la risa y al instante Hunter atrapó la boca de Elizabeth para introducir su lengua dentro de ella, y saborear la primicia de lo que sería este tiempo a solas con esta mujer, que cada día lo atrapaba más.

Dereck no podía dejar de sonreír al ver el rostro de Ellie. A pesar de que eran las once y pasadas de la noche, estaban caminando por el aeropuerto mientras ella miraba hacia todas partes como si estuvieran presentándole el mundo. Era inevitable quitarle las manos de encima. Porque por primera vez en mucho tiempo, estaba disfrutando en tener la responsabilidad de proteger a alguien con su vida, y Ellie parecía olvidarse que aún seguía unida legalmente a otra persona.

Pero, a decir verdad, a él ya le importaba una mierda, ella ya era suya, completamente suya.

Esta era su ciudad, la ciudad donde nació, donde estaba su familia, la mayor parte de sus negocios y la parte del corazón que le habían arrancado. Pero, aun así, quería mostrárselo a Elizabeth, necesitaba que ella viera otra realidad de la que la habían vendido, deseaba mostrarle que la realidad era efímera, y que estaba en cada una de las mentes de las personas.

Cada quien creaba su propia realidad.

Caminando con ella hacia la salida, marcó un número e informó que estaba por salir del aeropuerto. Un auto los esperaba desde hace un rato y junto con las cosas de Elizabeth, entraron en el automóvil mientras ordenó ir a su apartamento.

Ellie entendió por un momento que todo esto había sido planificado de forma detallada, porque Dereck estaba muy seguro de todos sus pasos. Cuando escuchó que le dio una dirección al conductor, entendió que irían a su casa, a su verdadero hogar y eso hizo que su cuerpo temblara de anticipación.

Todo el recorrido fue en silencio, pero no sin sentir como las manos de Hunter tocaban insistentemente cada parte de su cuerpo. Delineaba su rostro, tocaba su cabello y una que otra vez arrancaba besos en su boca, como si estuviera dejando un mensaje muy claro y muy básico.

Por lo tanto, cuando entraron a un edificio precioso, Ellie sintió que los nervios que trabajaron en todo este recorrido comenzaron a esparcirse deliberadamente por toda ella, hasta que su corazón dio un sobresalto al ver que el auto se detuvo, y escuchó como Dereck le ordenó al hombre que dejara su auto allí, para que en la mañana pudiera utilizarlo.

Cuando el hombre término de recibir toda la información que Dereck le demandó, vio como él tocó su hombro y le dijo gracias…

Ambos caminaron con su maleta por el sótano y luego se detuvieron frente a un ascensor que ya estaba abierto. Hunter le invitó a pasar y sacó una llave que puso en la pared de botones, dándole la vuelta para pulsar un botón que decía S432.

Aunque ella quería, no podía estar tranquila, jamás en su vida había salido de la ciudad sola. Jamás en su vida se quedó con otro hombre por tantos días, y jamás en su vida había cometido una locura como esta.

Después de unos minutos, las puertas del ascensor se abrieron y al salir de él, se encontró con un solo pasillo que daba a una sola puerta.

Dereck tomó sus maletas y luego las arrastró hasta lo que evidentemente era su apartamento. Ellie caminaba a pasos lentos mientras su corazón galopaba salvajemente dentro de su pecho. Había un extraño silencio en ellos, es como si fueran un par de desconocidos a punto de tener su primera cita, y el solo tener ese pensamiento hizo que las mejillas de la chica se pusieran muy calientes.

Ella vio como Hunter abrió la puerta rápidamente, entró las maletas y al instante el piso se iluminó, evidenciando que el lugar era enorme.

Ni siquiera podía llamar a esto un departamento, la entrada daba con unas escaleras que dividían la planta, el diseño era perfecto y algunas paredes grises contrastadas con las blancas, solo le daban el aire de… Dereck, todo aquí gritaba a su personalidad.

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