Romance Prohibido romance Capítulo 54

—¿Elizabeth? —la pregunta después de su silenció hizo que carraspeara suave, suplicándole a su garganta que no se cerrara tanto, y obligando a sus ojos a retenerse lo más que pudiera.

—Lo siento, un gusto —dijo hacia los hombres y todos asintieron con la cabeza.

—Sé que vas a quedar con ellos trabajando, pero Carter y yo no, así que te agradecería que pudieras exponer un resumen de todo, para que ellos nos hagan las preguntas necesarias, en toda esta semana… —la voz dura y plana de Dereck solo ayudaron a que quisiera huir del lugar.

—A veces es difícil que ellos puedan contactarnos, Elizabeth —esta vez fue la voz de Carter interviniendo—. Podemos no responder llamadas, y es bueno que ellos sepan cómo proceder sin nuestra confirmación.

Después de esa explicación Ellie asintió, y rápidamente les pasó las carpetas a los dos hombres.

—Aquí podrán encontrar escalas, y cuadros que les harán una síntesis para encontrar los productos más fáciles. Ammm… básicamente estamos trabajando con líneas de lujo y nuestros proveedores principales…

Ella encontró la forma de encerrar su mente en lo que debía decir, mientras miraba fijamente a esos hombres que la observaron con atención. En muchas ocasiones se ocupaban de escribir una que otra idea en sus tabletas, en otros momentos tanto Carter como Dereck intervenían para aportar algo, y dejarles claros los procedimientos, mientras que Stephanie quedaba a la espera de que alguien le preguntara algo referente a su ámbito.

Ellie supo que Dereck era muy profesional, porque la reunión se estaba desenvolviendo como cualquier otra, sin que pudiera ver que su estabilidad se desmoronara o que su mirada estuviera el suficiente tiempo en ella, como para notar que había un sentimiento en él.

Pudo notar que se extendieron más de lo necesario, porque cuando se dio cuenta, Claire entró a avisarle a Hunter que ya estaba reservada su comida, en algún restaurante que él mismo había pedido.

—Los acompaño a la salida —Carter se levantó y les hizo un ademán a los nuevos trabajadores para despedirlos.

Ella comenzó a reunir los papeles apresuradamente, al ver que solo quedaban ella y Stephanie en la oficina.

—Creo que también me iré… mañana debo viajar por la mañana, y quiero comprar algunas cosas —la chica le explicó a Dereck llevando su bolso a los hombros—. Adiós Elizabeth.

—Adiós…

Después de ordenar las carpetas, Ellie levantó la mirada y vio que Hunter estaba observándola detenidamente sin ningún tipo de expresión en su rostro.

—¿Necesitas algo más? —se atrevió a preguntar sin poder despegar la vista de sus ojos, ni hacer un intento por levantarse del sillón, en donde estaba sentada aún.

Pero el hombre nunca respondió audiblemente y solo negó con su cabeza.

Ella no supo por cuanto tiempo se quedaron mirándose el uno al otro, pero ahora mismo no podía descifrar qué pensaba, o qué estaba sintiendo. Y moría por saberlo.

—Puedo… puedo saber, ¿en qué piensas? —su pregunta fue expulsada desde su interior.

—En mi Ellie.…

Elizabeth pasó un trago duro mientras sus labios temblaron, quería decirle muchas cosas en ese momento, deseaba levantarse de ese sillón, abrazarlo y olvidarse de todo lo que debía hacer.

Quería desaparecer la palabra “debía” de su vida.

Sin embargo, se quedó en silencio mientras sus ojos se nublaban de nuevo.

—En su sonrisa —él prosiguió—. En su piel, en su aroma, en sus ojos. La extraño y nunca la dejaré ir de aquí —Dereck puso la mano en su pecho—. Quiero estar con ella. Pero tú no eres ella.

—Dereck…

—Es muy difícil para mí mirarte a la cara en este momento. No te conozco, y estoy muy decepcionado. Por primera vez en años confié en alguien, y fue en ti. Por primera vez en mi vida, realmente amé a alguien, y fue a ti. Creí en tu inocencia, en que eras diferente, en tu buen corazón, ¿Dónde está la Ellie que amo?

Las lágrimas de Ellie se desbordaron, pero rápidamente las limpio mientras un pensamiento le grito: “Estoy aquí”.

Tomando un último esfuerzo ella levantó la mirada.

—Si quieres puedo irme de tu planta, puedo trabajar desde la empresa de mi padre y…

—No te digo que te vayas porque ustedes le deben a mi compañía, debes seguir trabajando, porque de alguna manera deben devolver mi asociación. No te preocupes, mi oficina estará lejos de ti, céntrate en el trabajo, y agilicemos todo para que pueda irme en cuanto antes. Has lo que quieras, realmente ya no me importa.

Todo sucedió en cámara lenta después de ese momento. Ellie asintió totalmente resignada y destrozada, se levantó del asiento y comenzó a caminar hacia su oficina, mientras su cara adolecía por el llanto retenido.

Cuando el reloj marcó las cinco de la tarde Ellie preparó todo para salir, marcó al número de su madre, porque sentía que ya no podía con toda esta carga sola.

No importaba que se le viniera el mundo encima, pero necesitaba ser consolada por alguien. Como era de costumbre, después de dos tonos, escuchó su voz y por un momento sintió que el aire volvía a su cuerpo.

—¡Cariño!, te estuve esperando hace unos días cuando dijiste que vendrías…

Ellie agacho la cabeza mientras su rostro se contrajo.

—Las cosas han estado difíciles…

—Ellie, ¿de qué estás hablando?, tu padre está muy contento, solo dice que las cosas en la empresa están en perfectas condiciones.

—¿Mi padre está contigo? —preguntó secando sus lágrimas.

—No querida, creo que va a cenar con algunos socios.

—Está bien, madre, entonces en unos minutos estaré en casa, necesito hablar contigo.

Cuando se giró y tomó su bolso, vio que Dereck también estaba cerrando su oficina, y se apresuró a salir, antes de toparse con él.

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