¡Se busca un millonario! romance Capítulo 103

POV: Ashley.

Despierto desorientada, siento la boca reseca y un insistente dolor de cabeza taladra mis sienes. Miro a mi alrededor para tratar de ubicarme y mi mirada se cruza con unos hermosos ojos azules, que me esperan. Ver a William me hace reaccionar y al instante, la vista se me nubla, con mis ojos inundados de lágrimas. Un sollozo sale desde lo profundo de mi garganta y ni siquiera puedo hablar, para rogarle que me diga que todo está bien. Que mi madre seguirá conmigo.

No quiero pensar siquiera en la posibilidad de que sea lo contrario. De imaginar lo peor, mi pecho duele tanto que no puedo describirlo.

—Por…por favor… —susurro, entre jadeos roncos y con el surco de lágrimas patente en mis mejillas.

No me sale la voz. Y los mínimos segundos que William demora en responder, me parece que voy a morir de desesperación.

—Todavía no sabemos nada —murmura, con voz ronca, llegando a mi lado. Toma mi mano en el mismo momento que yo cierro los ojos.

Suspiro, aunque no de alivio. El no tener noticias puede ser un arma de doble filo, pero al menos, puedo mantener las esperanzas.

Lloro, mi cuerpo se sacude con espasmos silenciosos y William, el hombre que ahora mismo es mi sostén, me abraza con fuerza.

—Tranquila, Ash, por favor —susurra y su voz se escucha desolada. Le afecta todo esto, pero intenta aguantar, por mí.

—Will, mi mamá no puede morir, no… —lloro, sin parar. Mis ojos son torrentes de agua salada y solo tengo fuerzas para aferrarme a William y rogarle que todo esté bien—. Tiene que vivir, ahora que puede, ahora que tiene una oportunidad, que está recuperando los años que perdió.

—Lo sé, mi vida —asegura, alisando mi cabello revuelto y con su otra mano, limpia la humedad en mis mejillas—. Pero tienes que ser fuerte. Tienes que controlarte, por favor.

Lo intento, de verdad trato de controlarme, pero no puedo. Es tanta la desazón que siento en el pecho que no creo poder lograr quedarme tranquila.

—Lo siento, Will —susurro, porque debe saber que trato, en vano.

Él suspira, aleja un poco su rostro y me mira a los ojos. El amor que veo en ellos, es tan intenso, que trago saliva. El solo brillo de su mirada me hace creer, confiar, en que, si él pudiera, eliminaría todo el dolor que estoy sintiendo en este momento; lo haría suyo. Y esa confirmación, me hace querer llorar mucho más.

—Sé que es difícil, amor. Tu madre es tu vida, tu punto de apoyo —declara y acaricia mi rostro. Yo suelto otro sollozo dolido—. Perderla será duro, más si no estás preparada para lo peor.

Cierro los ojos, aguantando las ganas de volver a acurrucarme como niña pequeña y llorar hasta quedar sin fuerzas. Will lleva un dedo a mi barbilla y me obliga a levantar la cabeza, con suavidad.

—Tienes que ser fuerte, Ashley. Hace años que lidias con el miedo a este momento y si yo pudiera, si estuviera en mis manos, me encargaría de que ella viviera más de cien años, de arrebatarte este dolor tan grande que estás sintiendo. Pero esa es la ley de la vida. Ese momento llegará, mi amor. Lo sabes.

Sollozo. Tiemblo. William me acuna entre sus brazos y yo solo quiero tener esas fuerzas que él me pide.

—No merece morir ahora. No ahora —repito, cada vez que siento que puedo hablar.

—Lo sé —susurra, mientras pasa sus manos por mi espalda en una caricia tranquilizadora—. Lo sé.

A pesar de todo, del dolor que quema en mi pecho; a pesar de que quisiera que sus palabras fueran que todo estará bien, sé que no es lo que debe hacer. Will tiene que ser sincero conmigo, hacerme entender que las cosas pueden no ir como yo deseo, como necesito.

—Yo tengo esperanzas, Ash —murmura y la vibración de su voz, me hace sentir bien. Levanto la cabeza y lo veo a los ojos—. Y creo que se vale tenerlas.

Sonrío, con una mueca triste, agradecida con su apoyo. Un calor se extiende en mi pecho y me aferro a esa creencia; quiero pensar que mantener mi mente positiva, ayudará a mi madre a salir de esto.

—Gracias —susurro, pero esa palabra abarca demasiadas cosas.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Se busca un millonario!