¡Se busca un millonario! romance Capítulo 74

POV: William.

Mi corazón se detiene en ese instante. Sus palabras tan definitivas me ahogan y quiero gritar de arrepentimiento.

—¿Qué quieres decir? —pregunto, entre tartamudeos y jadeos, con la respiración a medias ante la expectativa.

—Yo no quiero decir nada, William —declara, a la vez que quita mis manos de sus muslos—. ¿De verdad esperabas llegar y que todo siguiera igual?

—No...no...no digas eso. Pero yo...yo te quiero, Ashley. Déjame, por favor, explicarte todo —insisto, porque necesito aclarar todo y terminar con los secretos y las mentiras de una vez.

Su expresión se vuelve furiosa, dolorosa.

—No me digas que me quieres, ahora, cuando te costó cuatro días para hacer al menos una llamada —reclama y yo no puedo hacer más que aguantar callado.

Tantos inconvenientes que tuve, parecerán justificaciones. No es momento de dar esa impresión; mejor ir con la verdad y la seguridad de haber errado demasiado.

—Lo siento, Ash...lo siento.

—No te disculpes más —exige y arrastra su silla hacia atrás, para levantarse.

Yo la sigo, me levanto de mi posición en el suelo y miro alrededor solo un segundo. Varios pares de ojos nos observan curiosos. Ganas me dan de gritar a todos que no pierdan más tiempo y sigan con su trabajo, pero poco me importa lo que puedan creer o comentar, luego de esto.

Vuelvo a fijar mis ojos en los suyos, que ahora me observan con fijeza. Sé que me vio mientras yo miraba el panorama. Y también supongo que está esperando algún tipo de rechazo por mi parte.

«Que ingenua eres, Ash», pienso, porque no dudaré en aprovechar el momento.

—Sí debo disculparme, tantas veces sea necesario. Porque me equivoqué y necesito saber que podemos superarlo, que estamos bien.

Ashley suspira y se gira, para ponerse de espaldas a mí.

—Eso no lo puedo asegurar, Will.

Me acerco por detrás y, sin tocarla del todo, pego mi cuerpo lo más que puedo al suyo. Siento su olor a fresas inundar mis sentidos y tomo una larga respiración, para quedarme con su esencia grabada.

Ante mi cercanía ella se tensa, pero no se mueve. No voltea a verme, no voltea a ver a nadie.

—Ash... —susurro, como una petición silenciosa. Con mi boca contra su oreja, dispuesto a provocarle escalofríos.

—Will... —responde ella, con un jadeo.

Su cuerpo tenso se relaja un poco, mientras dejo susurros bajos en su oreja. Le digo cuan hermosa está, lo mucho que la extrañé, las ganas que tenía de verla. Todo bajito, privado. Con un montón de ojos sobre nosotros, pero sin importarnos la repercusión de nuestra cercanía.

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