¡Se busca un millonario! romance Capítulo 78

Nos quedamos un buen rato abrazados, mientras esperamos por Adelfa. Ashley me cuenta, entre sonrisas nostálgicas, lo que le gustaba hacer mientras estaba aquí. Al ver sus ojos brillar con alegría, una fuerte emoción se asienta en mi pecho y disfruto el solo hecho de saber que es feliz. Mi rostro debe ser un libro abierto de emociones, porque realmente no puedo ocultar lo que ella me hace sentir. Es un sentimiento tan fuerte y distinto a algo que haya sentido jamás, que quiero atesorarlo y disfrutarlo a tope.

Cuando llega Adelfa, se abrazan felices. Comprendo el lugar de esta señora en la vida de Ashley, porque fue de las pocas que confió en ella cuando más lo necesitó. Pudo subsistir estos años atrás, gracias a la confianza que puso en ella y el orgullo que sentía por ver a una chica tan joven y entregada a su familia.

Se ponen al día y yo las observo, en silencio; no es momento para que yo ande hablando. Comentan sobre el estado de salud de la madre de Ashley y sobre la nueva vida, en general.

En un momento dado, suena mi teléfono y pido disculpas, para ausentarme. Ashley me mira, asiente con una sonrisa y yo, antes de alejarme unos pasos, le doy un beso. Me separo un poco de ellas para responder la llamada y al ver la foto de Antoine, en la pantalla de mi teléfono, sonrío. Acepto, sabiendo lo que querrá.

—Will, amigo, ¿todo bien? —Escucho su saludo habitual y me alegra que así sea. Hay cosas que no cambian.

—Hola, Antoine, que bueno saber de ti. Por aquí todo bien. —Sonrío y devuelvo sus palabras—. ¿Qué tal la vida por Europa?

—Mucho trabajo. Sabes que nunca descansamos —suspira, como si estuviera cansado de todo. y puede que sea así—. El próximo mes, inauguraré el desfile de apertura de temporada, necesito de tu excelente servicio —exagera un poco el tono y no me queda más que reír a carcajadas. Sus pedidos siempre son apresurados.

—Estoy a tus órdenes. Desde la última vez que hicimos negocios, he conseguido algunas ofertas que seguro te interesan —informo, después tengo que enviarle las nuevas ofertas; debo hacer nota mental de eso.

—Muchas gracias, Will, siempre es un placer hacer negocios contigo. Necesito el cargamento de siempre, Seda China y 1000tex de hilo de seda de la mejor calidad. Además, un contenedor con tela de algodón giza 45 de Egipto, tela de lana super peinada y Cashmere —recita cada detalle y, como suponía, es lo mismo de siempre.

—Sí, siempre tengo en cuenta tus pedidos exclusivos. Precisamente por eso, hace poco hice contratos con unos almacenes en Alemania, ellos incluyen en su cartera estos productos de primera. Alessandro está al tanto de esto, por lo que él puede ayudarte con el tema de la transportación. Solo es cuestión de ponerlo al tanto.

—Me pondré en contacto con el italiano personalmente. Hace mucho que no conversamos —responde—. Will, ¿qué tal si vienes y nos haces la visita durante el desfile?, así nos pondremos al día y compartimos el delicioso The Macallan Fine and Rare Collection, mi nueva colección. —Antoine sabe cómo llamar mi atención, el whisky es de esas pocas cosas con las que disfruto gastar un poco de mi dinero. Y él, es de esos coleccionistas que siempre tiene una oferta tentadora para mí.

Pienso en su invitación y no sé qué decirle. Pero cuando escucho las risas de Ashley, mientras charla con Adelfa, la miro y no puedo hacer más que imaginarnos caminando juntos por París, observando la hermosa ciudad desde la Torre Eiffel.

—¿Sabes qué? Tu invitación me viene muy bien, tengo algunas cosas que resolver y qué mejor, que un viaje a Francia —respondo emocionado, ante todos los planes que llegan a mi cabeza en segundos. También influye el hecho de que quiero probar esa mencionada colección—. Gracias, amigo. Sabes que para mí será un placer visitarte y disfrutar de esa exquisita colección.

—Nos vemos, Will. Besos donde más te gusten —ronronea, con voz seductora y ríe por lo bajo, al escuchar mi resoplido.

«Ya sabía yo que poco le faltaba». Pienso, divertido con la forma de ser de Antoine. Es como un niño en el cuerpo de hombre hecho y derecho.

—Ya te habías demorado. —Suelto una carcajada por su manera habitual de molestarme—. Tú como siempre, Antoine. Y aunque agradezco el ofrecimiento, pretendo que me bese alguien que me guste más que tú.

Ashley me mira al soltar la carcajada y, cuando escucha mis palabras, frunce el ceño. Sin embargo, mantiene la sonrisa tambaleante, ella no sabe con quién estoy hablando.

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