¡Se busca un millonario! romance Capítulo 83

POV: William.

Salgo de la ducha, medio satisfecho. Aunque mi imaginación me haya llevado sin problemas a ese lugar entre las piernas de Ashley, donde soy más que feliz, ahora me siento culpable. Así de tonto soy. Podría haberle pedido que viniera conmigo, tantos días separados debía ser una justificación firme y clara para al menos darme la fuerza para pedírselo. Sin embargo, todo es tan nuevo entre nosotros, que todavía me cuesta soltarme un poco. No hay dudas de que estoy enamorado de Ashley, lo he estado por tres largos años, pero eso no quita el hecho de que casi no nos conocemos. Queda mucho por aprender el uno del otro, aprender a entender nuestras reacciones y saber qué esperar de ciertas situaciones y momentos claves.

Me lanzo a la cama como un saco de patatas, con mi cabello chorreando agua y desnudo por completo. No tengo intenciones de levantarme y vestirme, pero debo bajar al primer piso y sería bastante vergonzoso si Martha anda rondando por la casa. Aunque quiera escaquearme, soy el dueño de un imperio y tengo que ser responsable, llevo varios días de retraso y hay que ponerse al día con la agenda. Voy hasta el vestidor arrastrando los pies y con pocas ganas me pongo unos shorts deportivos y una camiseta sencilla. Salgo del cuarto y bajo al primer piso para buscar mi portafolio; me encuentro con mi ama de llaves que ya va de salida y converso con ella sobre las compras de la semana por unos pocos minutos.

—Ya me voy, señor, mi hija fue al aeropuerto para buscar a mi nieta y quiero llegar pronto a casa. Mañana temprano estaré aquí —explica y en su rostro, una expresión emocionada me demuestra lo feliz que está con la noticia.

—Por supuesto, Martha, vete ya —digo y luego recapacito—. Es más, mañana tómate el día libre. Disfruta a tu familia.

—Muchas gracias, señor, gracias.

Sentir, más que ver, el júbilo ante mis palabras, se siente muy bien. Martha es una excelente trabajadora, con su actitud profesional siempre activa y su dulce forma de mantener mis necesidades básicas, ella ha sido la mejor incorporación que he podido hacer. Se merece un día de descanso y en realidad, todos los que me pida.

—Vaya con cuidado, ya es un poco tarde —murmuro, preocupado por su bienestar—. ¿Quieres que llame a Ricardo? Él no tendrá inconvenientes en ayudarte.

—No, gracias, no se ocupe. Mi esposo viene por mí. —Niega y sonríe, agradecida.

Se encamina hacia la salida y yo insisto, para que no piense que le hice la propuesta solo por decir. No es que sea tan tarde, pero igual me quedaría preocupado. Cuando ella reafirma sus palabras, me quedo más tranquilo y la dejo ir. Me despido de ella y le digo que cierre la puerta al salir, que estaré en el despacho. Tomo el portafolios y me encamino a la oficina para trabajar un poco.

Cuando paso por el pasillo y veo la pequeña biblioteca, vuelvo a pensar en Ashley, en su fascinación por la mayoría de los títulos que tengo en mi colección y en mi promesa de traerla aquí cada vez que lo desee.

—Por Dios, si compraría un mundo de libros solo por tener el placer de verla sentada aquí.

Hablo solo otra vez, pero ya ni pienso en la posibilidad de estar medio loco. Si resulta que lo estoy, soy un loco contento, mientras el motivo de mi locura revolotee a mi alrededor por mucho tiempo. Niego con la cabeza ante las tonterías que pienso últimamente y sigo mi camino. La sala de juegos y la mesa de billar, me hacen imaginar ciertas escenas que es mejor no ahondar en ellas, porque nada garantiza que me mantenga cuerdo, me hice una promesa hace unos pocos minutos y debo cumplirla. Al abrir la puerta de mi despacho, el olor a cuero me recibe. Aspiro de este aroma que tanto disfruto y que siempre me lleva a mis inicios; es un eterno recordatorio de dónde vengo y hacia dónde quiero ir. El enfoque que necesito cuando me siento perdido. Dejo el portafolios encima del inmenso buró de madera oscura y recojo el cuadro que tiene una foto enmarcada. Esa que le enseñé a Ashley y que representa lo que siempre tendré de prioridad, mi familia.

A la par que los rostros de mis hermanos y mis padres se reproducen en mi mente, puedo imaginar lo que sería incluir a Ash y a su familia en esa foto. Puede que sea pronto, que parezca locura, pero no tengo dudas de que deseo algo así en un futuro cercano.

—Will…

Un susurro bajo me saca de mis pensamientos y por un momento, creo que son imaginaciones mías, provocadas por los constantes sueños que tengo últimamente. A pesar de lo que creo, me volteo, buscando el origen de esa voz hermosa que me trae a la vida cada vez. Lo que veo, parece sacado de mis más oscuras fantasías.

—Ashley…

Mi voz suena extraña. Ronca. Gutural.

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