¡Se busca un millonario! romance Capítulo 97

POV: William.

El funeral de Tomás termina siendo más extraño de lo que pensé en un inicio. No solo fue perturbador saber que estaba metido en tratos mafiosos, todo por un amor que jamás había podido olvidar, sino que nos interrogaran a nosotros, sus amigos, porque al parecer hay una amplia red que deben desintegrar. No tuve más remedio que decir mi verdad, Tomás y yo éramos amigos, pero no teníamos ese nivel de confianza, al punto de conocer las interioridades de nuestra vida personal. En realidad, no había tenido mucha relación con él hasta que nos volvimos a encontrar en la despedida de Blake y desde entonces, no nos habíamos visto.

Me sentí desubicado y creo que no fui solo yo el que entendió que Tomás llevaba una vida doble con nefastas consecuencias para él y su supuesta familia. Ver la expresión de su esposa mientras lo despedía, fue duro y pude sentir su dolor, desgarrándola. No pude evitar ponerme en su lugar. Amar con tantas fuerzas y perder ese amor, para siempre, debe ser más que tormentoso. De solo imaginar que a Ashley pueda sucederle algo, se me contrae el alma y se retuerce mi estómago. Esa mujer es mi vida y, después de tanto tiempo añorando tenerla, no soportaría despedirme de ella para toda la eternidad.

Llego a mi apartamento y aunque tengo ganas de descansar, decido llamar a Mauro para que planifique mi regreso. Esta desazón que siento en mi pecho no me deja tranquilo e imagino que sea por haber dejado sola a Ashley en medio de tanta cobertura con la prensa. No quiero que mi ausencia se prolongue, mientras más tiempo pase lejos, más nervioso me pondrá la distancia entre nosotros. En el caso de que suceda algo extraño, no quiero estar a miles de kilómetros de ella.

Siento mi estómago rugir con hambre y voy a la cocina para prepararme un bocadillo. Mientras lo hago, recibo una llamada de Mauro para informarme que, en solo tres horas, estará todo listo para mi regreso. No estoy conforme con ese tiempo, pero recuerdo lo que pudo haber sucedido durante mi último viaje y las palabras dichas por mi hermana cuando supo todo, tenemos que dejar de andar tan rápido. Respiro y pienso en que al final del día, estaré un poco más cerca de casa, lo que logra calmar mis ansias. Así que, sigo preparando mi refrigerio para comerlo con gusto y con calma.

Cuando termino, friego todo y me siento en una de las cómodas butacas de la sala de estar para relajarme un poco, con una botella de cerveza en mi mano. Con mi celular, me pongo a revisar mis correos pendientes y algunas cuestiones de trabajo. No obstante, cuando no encuentro qué hacer, opto por repasar las redes sociales. Hace mucho que no lo hago y me gustaría, ahora que Ashley no está a mi lado, seguir informándome sobre las declaraciones de Vivianne y qué puede afectarnos en medio de todo eso.

Sin embargo, lo primero que encuentro en mi búsqueda, es un artículo reciente, publicado hace menos de una hora. Mi corazón se detiene y no puedo respirar, mis nudillos se ponen blancos de sostener con fuerza el celular y siento que, si me levanto de donde estoy sentado, caeré al piso sin remedio.

«Esto no puede ser verdad».

Y como si fueran coincidencias milagrosas, en ese mismo instante mi celular suena en mi mano. El rostro de Esme se muestra en la pantalla y mis peores miedos toman forma delante de mí. Un temor agonizante aprieta mi pecho y confieso que demoro un segundo de más en aceptar la llamada que sé, pondrá mi mundo de cabeza. Mi hermana no me llamaría si no fuera algo importante.

—¿Will? —Mi hermana susurra mi nombre al no escuchar mi voz.

Pero de solo escuchar el tono ronco en la suya, mis pocas esperanzas caen al piso.

—Will…es Ashley.

—¿Qué…qué fue lo que pasó? —tartamudeo, porque el nudo que tengo en la garganta no me deja hablar.

—Tranquilízate, por favor.

—¡Dime de una puta vez! —grito y siento el ardor en mi garganta. Me levanto de mi lugar y lanzo al suelo la botella que aún llevaba en la mano, impactando a solo unos metros de mí.

—Will, tranquilo —solloza mi hermana del otro lado de la línea, pero yo solo quiero saber de una maldita vez, qué fue lo que sucedió—. ¡Escucha, por favor!

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