Se Volvió Loco Tras Mi Muerte romance Capítulo 8

Adrián, un chico de origen humilde sin conexiones poderosas, tenía una madre que sufría de insuficiencia renal y un padre que era médico de familia. A pesar de no tener los recursos, el chico trabajaba incansablemente, mucho más que cualquiera, llegando a convertirse en el genio de la clase y ganándose un lugar en la Universidad Capital sin necesidad de pasar por el examen de admisión como el resto.

Valentina comentó, "La verdad es que Adrián me parece un buen chico y además, ¿quién no tiene un noviazgo en la secu? Mientras no afecte los estudios está bien y quién sabe, tal vez él pueda ayudarte a estudiar y así podrán ir a la misma universidad."

Violeta guardó silencio, pensativa. La noche antes de que intentara quitarse la vida por Maurino, había tenido una fuerte discusión con Adrián y le había dicho cosas terribles, despreciándolo por ser pobre y diciéndole que no tenía futuro, que sólo la arrastraría hacia abajo.

Recordando esas palabras, Violeta se arrepentía profundamente y desearía poder abofetearse a sí misma.

En su vida pasada, después de Maurino, Adrián había sido la persona que más la cuidó.

Valentina seguía preguntando, "Siempre hablas de tu hermano, ¿pero qué hace él en realidad?"

"No lo sé", respondió Violeta, "mi hermano está siempre ocupado y hace mucho que no hablamos".

"¿Qué te pasó hoy, Adrián? ¿Por qué jugaste así al baloncesto?"

La voz llegó desde el pasillo exterior del aula, era uno de los mejores amigos de Adrián.

Violeta sintió un vuelco en el corazón y al mirar, notó a Adrián, de estatura alta, piel bronceada y rasgos firmes, pasando por el corredor del colegio con su uniforme de manga corta.

Valentina la sacudió emocionada, "¡Mira, es Adrián!

Adrián también es guapo, ¿verdad?", dijo como si él pudiera escuchar.

Justo entonces, los ojos ámbares de Adrián se cruzaron con los de Violeta y había una frialdad en su mirada que no estaba antes.

Violeta recordó que en su vida anterior, Adrián asumió toda la culpa solo y terminó en la cárcel.

Sintió una punzada en el corazón, le debía una disculpa.

Verifica el captcha para leer el contenidoVerificar