Seducida por un extraño (COMPLETA) romance Capítulo 15

Observo como se acerca al mostrador y saluda a la cajera con un beso en la mejilla le señala algo del menú, ella le dice algo y Andrew le sonríe dulcemente, mis ojos se abren de par en par, Andrew está sonriendo y tiene una sonrisa hermosa, su rostro cambia por completo cuando lo hace, que encantador se ve, la chica le tiende una bolsa de papel él le entrega el dinero se voltea y viene hasta el coche, abre la puerta, entra toma asiento, coloca la bolsa entre ambos se coloca el cinturón nuevamente y arranca.

—Allí tienes, come —tomo la bolsa y en cuanto la abro un delicioso aroma pan llena mis fosas nasales, curioseo el interior y veo un rollo de canela y un cruasán, lo miro perpleja y le pregunto

—¿Ambos son míos? — sin mirarme, asiente y continua conduciendo.

—Gracias, ¿cuánto fue? —sin apartar la mira del frente, responde fríamente.

—No es nada, solo come.

Pienso en protestar pero recuerdo lo que Matt me dijo sobre que Andrew después de tomar una decisión sería casi imposible convencerlo de lo contrario por lo que me decido a comer, primero tomo el cruasán y le doy un mordisco, en cuanto lo hago un suspiro de placer inunda el coche, "dios amo comer" y esto está realmente exquisito, lo devoro en unos cuantos mordiscos y luego tomo el rollo de canela lo huelo un poco, cuando lo muerdo se me escapa instantáneamente un "joder, porque esto esta tan bueno"

Escucho a mi lado como Andrew hace un ruido como una risa baja volteo a mirarlo y lo veo conteniendo una sonrisa, será que se está burlando de mi? decido continuar ignorándolo no va arruinar mi delicioso desayuno patrocinado por el, luego de terminar de comerme el rollo, chupo mis dedos y me limpio con la servilleta que está dentro de la bolsa la convierto en una bola y la meto en mi bolso, en ese momento Andrew me mira y dice

—Aquí es —miro a un costado y veo un edificio de unos 6 pisos.

Es muy pijo y lujoso, Andrew entra al estacionamiento, aparca el coche cerca de unos ascensores, se quita el cinturón me ve y me dice

—Andando —me quito el cinturón y bajo del coche.

Este activa la alarma y camina con paso decidido hacia uno de los ascensores, presiona el botón y en la parte de abajo introduce un código, en seguida las puertas se abren, entra, me ve ocupar su lado y nuevamente dentro coloca otro código y las puertas se cierran, el ascensor comienza a moverse, veo que en la pantalla dice 4 siento detenerse el movimiento y se abren las puertas, Andrew sale, lo sigo de cerca, en cuanto desciende un escalón escucho unos fuertes ladridos y veo como un enorme lobo correr en nuestra dirección saltando sobre Andrew.

Es muy parecido a los lobos que aparecen en la película de Disney donde actúa Paul Walker que es sobre unos perros que se quedan atrapados en una base americana mientras llega una tormenta, esa donde tienen que sobrevivir solos durante el invierno, Andrew se agacha a su lado y comienza acariciarlo riendo, si riendo a carcajadas mientras el perro lo besa en las mejillas y el cuello y es el sonido más lindo que he escuchado en mi vida.

La risa de Andrew es magnífica, cálida y espontánea, llena de alegría una alegría que no creí que fuera capaz de sentir o expresar, al cabo de unos segundos se levanta se, serio nuevamente, el perro se acerca a mi oliendo mis zapatos, Andrew se gira chasquea los dedos y el perro regresa a su lado, luego se sienta y lo ve esperando otra orden, este me mira serio y comienza a explicarme.

—Ella es Maya, puedes dejar tus cosas aquí —dice señalando una mesa color blanco que esta junto a el - mientras yo la llevo arriba para que no nos moleste.

Se da vuelta y comienza a caminar al cabo de unos cuantos pasos se gira y le dice dulcemente a Maya "ven aquí chica" en seguida la perra sale corriendo en su dirección y ambos se pierden al cruzar la esquina, me quedo sola junto a la mesa y comienzo a curiosear a mí alrededor.

Estoy en un espacio no muy grande todo a mi alrededor es blanco, sobre la mesa, hay una bandeja negra con arena de playa y unas cuantas conchas de caracoles y en la pared colgado hay un cuadro, en realidad es una fotografía en blanco y negro de una mujer desnuda, con algo color negro cayendo sobre ella, parece petróleo, es una foto muy bonita, es sensual aunque un poco perturbadora, mientras estoy contemplando la foto, Andrew llega y se aclara la garganta.

—Ven, sígueme —sin más se gira y comienza andar por el pasillo tomando un camino diferente al que había tomado minutos antes con Maya.

Lo sigo y en cuanto termina el pasillo entramos en una amplia habitación, una sala enorme con par de sofás grandísimos color negro que resaltan contra el piso de mármol blanco, sobre ellos hay cojines blancos y negros, Andrew baja un par de escalones y comienza a quitarse el suéter por encima de la cabeza, lo coloca sobre uno de los posa brazos del sofá.

Mis ojos enseguida se posan sobre su espalda, que está cubierta con una franela de algodón blanca sin mangas, se gira, me mira fijamente durante unos segundos, luego comienza a descender sus ojos sobre mi cuerpo... y por primera vez desde que lo conozco siento que realmente está mirándome, sus ojos atraviesan mi cuerpo, su mirada es intensa, divertida y veo cierto deje de picardía en su expresión, luego vuelve a subir su mirada a mi rostro que ha tomado un tono rojo, me dice

—¿Que se siente? —su pregunta me confunde por lo que lo miro extrañada y le respondo.

—¿Que se siente qué?, no entiendo tu pregunta —luego de volver a recorrer mi cuerpo con su mirada, cierra los ojos suspira y cuando vuelve abrirlos vuelven a tener la frialdad de siempre.

—Nada, olvídalo... hagamos esto, tengo cosas que hacer más tarde, sígueme —aun confundida y sin poder comprender de que rayos estaba hablando desciendo los escalones y acorto la distancia que nos separa.

El gira en un tramo a la derecha y llegamos a un pasillo donde hay varias puertas, él se acerca y abre la primera puerta a nuestra derecha, se aparta para dejarme pasar y me dice

—Por allí puedes dejar tu bolso —me dice señalando un sillón que está cerca de la puerta— al final sobre esa mesa está tu portátil, Chris me la dio ayer para que pudiéramos trabajar, ¿quieres algo?

Continua caminando hacia el interior de la habitación que termina siendo un estudio, en la mesa que me señalo donde está mi portátil, hay un ordenador de escritorio y tras de la mesa esta una enorme chimenea, la habitación es de color vino tinto con un par de paredes en beige, que lo hacen ver sobrio y elegante, los muebles son de color negro y casi todo es una combinación entre madera y vidrio, me acerco a la mesa mientras él toma asiento al otro lado de la misma, me observa acercarme y me señala una silla, la cual tomo, suspiro y comienzo a hablar.

—No, gracias por ahora no me apetece nada... Matt reviso la lista de las cosas que están pendientes por hacer, me dijo que solo debíamos revisar y arreglar lo que consideraras que debía ser modificado o si había algo que agregar lo hiciéramos... ¿estas familiarizados con las piezas?

—Sí, lo estoy —fue lo único que respondió.

Así que comencé a buscar en mi laptop las piezas para irlas revisando una a una, mientras busco, no aparta la mirada de mí, lo sé porque siento el peso de su mirada, al cabo de unos segundos me pregunta.

—¿No tienes calor?

Al escuchar su pregunta levanto lentamente la cara y lo miro, nuevamente veo la misma expresión de hace un rato, un rastro de picardía y lujuria irradia en sus ojos, por lo que no reaccionó inmediatamente, comienzo a sentir calor aunque sé que la habitación está fresca y mi cazadora no es que sea muy caliente, pero lentamente dejo la portátil me levanto y comienzo a quitármela.

Andrew no aparta sus ojos de mi rostro en cuando dejo la cazadora de cuero en la silla que esta junto a mí, sus ojos están recorriendo mi figura con muchísima atención, siento que sus ojos están traspasando la tela de mi vestido, vuelvo a sentarme y continuo buscando las piezas con calma... en la habitación hay una tensión extraña, su actitud cambio por completo en cuanto nos bajamos del coche, no siento esa hostilidad y frialdad que normalmente se siente estando cerca de él, al cabo de unos minutos ya tengo ubicadas las primeras 5 piezas con las que quiero trabajar así que sin mirarlo le digo.

—Ven aquí, estas son.

Sin responder nada, se levanta de la silla rodea la mesa y se para detrás de mí, siento como sus ojos se posan en mi nuca, lo escucho respirar pesadamente, luego siento que se inclina sobre mi silla para tener una mejor vista de las piezas, su cercanía me pone el corazón a mil, puedo oler el aroma de su perfume entremezclada con su esencia, me resulta embriagadora, por lo que tengo que hacer un enorme esfuerzo para comenzar a hablarle, aunque antes de poder hacerlo, una de sus manos se apoya sobre él apoya brazos de mi silla y él se inclina un poco más hacia adelante.

Lo tengo a unos 20 centímetro de mi rostro, siento el calor que su cuerpo está irradiando hacia mí, lo miro de reojos y veo que está contemplando la pieza con el ceño fruncido, señal que está concentrado, este idiota es hermoso, es sexy y me tiene completamente idiotizada por él, continuo observándolo de reojos cuando en un momento dado, veo que sus ojos descienden hasta mi pecho donde le vestido se cierne delicadamente sobre mi pecho y deja ver un poco el canal que se forma entre ellos.

Veo como desciende hasta llegar a mis piernas donde se demora unos segundos y vuelve a poner sus ojos en la pantalla, suspira y me dice

—A ese no hay que hacerle mayores cambios, la información está bien, solo ajustaría esto de aquí y esto, ah y cambiaría esta imagen —luego gira su rostro hacia mí y nuestras miradas se consiguen.

En ese momento mi respiración comienza a agitarse, estoy nerviosa por su cercanía y por la forma en la que está mirándome, es esa mirada penetrante, intimida a decir verdad, pero además de eso es sus ojos se puede ver deseo. Y yo no puedo creerlo, sus ojos estas mirándome con deseo, nos quedamos unos instantes de ese modo y justo cuando veo que hace un pequeño intento por moverse hacia mí, suena su celular, se endereza me mira unos instantes, saca su móvil y ve la pantalla frunce el ceño y me dice

—Si me disculpas, tengo que contestar.

Se gira, camina hacia la puerta, mientras contesta la llamada, se coloca el móvil en la oreja, abre la puerta y al salir lo escucho decir.

—Hola, ¿dime que pasa? —cierra la puerta tras de sí y no lo escucho más.

En cuanto la puerta se cierra, suelto el aire que tenía contenido, comienzo abanicarme con las manos, que rayos es lo que acaba de pasar, ese acercamiento extraño que tuvimos, ¿acaso Andrew había pensado besarme? continuo respirando agitadamente tratando de calmarme, estoy en un completo estado de confusión, no entiendo que está pasando y no sé si quiero entenderlo.

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