Seducida por un extraño (COMPLETA) romance Capítulo 43

Caminamos hasta su cubículo, él toma asiento en su silla y comienza a buscar entre carpetas en su ordenador luego abre una que pone "Concurso" la abre y un montón de fotos aparecen, son fotos de personas vestidas súper pijas.

—Cada año, o en cada evento hacemos un concurso interno, a la mejor pareja de la noche, y con mejor pareja, hablamos de mejor vestidos, mejor acompañamiento etc., ósea la pareja que mejor se vea durante toda la noche, a los ganadores Jake suele regalarle una cena o un paseo, porque casi siempre vienen con sus parejas.

Entonces es un incentivo y una forma de honrarnos a todos, pero internamente nosotros hacemos apuestas, casi siempre apostamos dinero, pero este año lo veo muy entusiasmado con la idea por lo que seguro alguna locura se le ocurrirá al muy capullo.

Escuche la explicación y me pareció divertido y alucinante en serio en Blue hacían de cualquier cosa algo súper genial e interesante, tenía muchísimas más ganas de que llegara el dichoso Sábado. Además el Matt se había salido con la suya y había logrado despistar a Sophi sin causar una explosión nuclear en Blue, su actitud me hizo ver otra faceta de Matt una donde sabe muy bien como mentir y eso me asusto un poco.

Quizás tenga que irme con cuidado, Matt no es tan perfecto como creí que era, aunque bueno pensar que lo es lo convertiría en un ser no humano y Matt tiene todas las características de ser un humano aunque tenga un cuerpo de Dios. sonreí para mis adentro e hice una nota mental para luego preguntarle sobre el tema.

*******

Finalmente llego el viernes Andrew no regreso el jueves como me había dicho que haría así que supongo que las cosas en alta mar se complicaron, ese día no trabajaríamos, a algunos departamentos se los daban libres por el evento, para que se arreglaran y tuvieran todo listo, además Jake era de los que les pedía a sus empleados presentarse de punto en blanco, por lo que siempre o les daba el día libre o medio día libre a nosotros nos había tocado librar todo el día.

Por lo que me encontraba morseando en el sofá de la casa, comiendo helado, llevo puesto un short cortísimo y una blusita de tirantes que deja ver mi ombligo, el cabello recogido en una cebolleta desenfadada y estoy descalza. El paraíso estar así en casa, esperaría a Dani hasta las 3, que llegara para irnos a la peluquería su idea no mía y a comprar los vestidos, que ya sabíamos cuáles eran y la verdad estaban de muerte lenta, era sexys, delicados y atrevidos pero muy pijos.

Yo soy de no hacerme mucho para estas cosas pero Dani como siempre lo exagera todo y pues está tratando el evento como si de una coronación a reina de Inglaterra se tratara. El traje de Kev lo habíamos escogido entre las dos y siendo muy franca y sincera provocaba comérselo, esa imagen de mi mejor amigo metido en un traje pasaría muchísimo tiempo en borrarla de mi cabeza, mientras me lo imaginaba otra vez y babeaba un poco por el tonto de Kev, suena el timbre de la casa.

Qué raro, no espero a Dani hasta las 3, ella tiene llave y Kev bueno se hizo con una después que supe lo de ellos por lo que va y viene como le place, me acerco y miro por el ojo de buey. Mis piernas flaquean, mi respiración se detiene y el muy conocido fuego que despierta en mi interior cuando tengo a Andrew cerca aparece.

Está del otro lado de la puerta de pie, esperando, Dios porque este hombre tiene que ser tan bello y sexy, ¿qué hago, que hago?, vuelve a tocar pero esta vez con sus puños sobre la madera, sigo de pie sin saber qué hacer, joder ¿qué hago?, vuelvo a ver por lo mirilla de la puerta y lo veo sacar su móvil, arrugar su entrecejo cosa que hace cada vez que revisa el móvil y se ve absolutamente adorable.

Luego lo pone en su oreja y el sonido de mi móvil sonando me hace girar, joder me está llamando, vuelvo ver por la mirilla y lo veo sonreír, corro en silencio hasta el móvil y contesto

—¿Bueno? —su respiración al otro lado es tranquila y lo escucho decir.

—Hola nena puedes abrir, estoy aquí afuera.

¿En serio está haciendo esto? Dios mío estoy como una loca, me miro un instante y luego suspiro, ¿ya qué? veamos que trajo la marea esta vez.

—Vale, dame un minuto.

Cuelgo la llamada y corro a mi habitación me miro, bueno no estoy tan mal, solo que mis piernas, bueno mis piernas están completamente expuestas, pero venga que importa, camino con paso decidido a la puerta y en cuanto abro, mi cerebro sufre un fuerte cortocircuito y mi labio inferior es atrapado por mis labios.

Andrew está parado frente a mi llevando una franela gris y negro, que se ajusta perfectamente a sus brazos, hombros y pecho, pero cae más suelta por su abdomen, lleva un jean negro rasgado a la altura de sus rodillas cerca de los bolsillos y unos converse negros. Su cabello está aún más largo, sus ojos están ocultos por unas gafas de sol tipo Rayban, su barba está un poco más larga de lo que la vi el lunes, y se le ve preciosa.

Sus labios están en una media sonrisa, en una mano tiene el móvil y la otra la tiene en el bolsillo del pantalón, estoy literalmente comiéndomelo con los ojos, puto Dios, cuando asciendo por segunda vez hasta su cara, aparta las gafas de sol y me mata con esa mirada picara, intensa y penetrante de ojos verdes, veo como sus ojos descienden por mi cuerpo y caigo en la cuenta en que ambos estamos haciendo exactamente lo mismo el uno con el otro.

Lo veo detenerse en mi piernas, donde en una de ellas en el lateral de mi muslo esta una de mis tatuajes, lo veo inclinar su cabeza para tratar de verlo mejor, cosa que me causa gracias y rio por lo bajo, el ruido de mi risa lo hace ascender por mi cuerpo nuevamente pero esta vez barriéndome lentamente con una clara mirada de deseo, sus ojos se detienen un poco más en mis pechos y en el escote de la blusa, luego hace este gesto con sus labios que es pura y divina tentación.

Los abre un poco pasa su lengua por el labio inferior humedeciéndolo y luego lo atrapa entre sus dientes, nuestras miradas se encuentran y no decimos nada solo nos quedamos allí mirándonos, la tensión sexual que acabamos de crear puede sentir, tocarse, palparse, casi que verse entre los dos, la mano que tiene en el bolsillo va hasta su nariz donde la rasca un poco haciendo el gesto y advirtiéndome que está nervioso, luego la lleva hacia los aros que tiene en la oreja y los hace girar, para luego sonreír.

—Nos quedamos así todo el día o, o me invitas a pasar.

Me sobresalto al escuchar su voz, que es ronca y un poco nerviosa, me aparto para dejarle espacio y entre, cuando pasa junto a mí un delicioso y rico aroma que hasta ahora no había percibido por la distancia que nos separaba se desprende de él, huele a gloria y hablo de la gloria de esa que escuchas ángeles cantando y demás, se detienes a unos cuantos pasos de la entrada, yo me giro para cerrar la puerta.

Asiento y vuelvo a mi posición original inclinada con mi culo levantado hacia él, lo escucho maldecir por lo bajo y sonrió para mis adentros, luego me enderezo y le tiendo la botella de cerveza, paso por su lado con la mía en la mano y le hago señas para que me siga, me dejo caer sobre el sofá y me siento como un indio en un extremo.

El camino hasta la sala observando todo a su alrededor mientras da un trago a su cerveza, lo miro curiosear y al cabo de unos segundos le pregunto.

—¿Y bien, a que has venido, supongo que no solo a tentarme con ese cuerpazo que te gastas no?

¡Joder, joder, joder ¿en serio acabo de decir eso?!

Maldición yo y mi bocota sin filtro, el me mira y comienza a reír, camina hacia mí y se sienta al otro extremo del sofá, da un largo trago a su cerveza sin apartar los ojos de mí, en cuanto termina desliza su lengua por sus labios, tentándome con el lento y sugerente movimiento.

—No la verdad es que había venido a ver como estabas, pero veo que estas muy bien —alarga un poco la u y siento como un ligero rubor ocupa mis mejillas— ¿así que mi cuerpo es una tentación para ti, que otra cosa te tienta Asier?

Su pregunta me descoloca completamente, el muy maldito va a seguirme el juego, muerdo mi labio inferior y lo veo contraer la mandíbula y la cerveza en su mano, tornando sus nudillos un poco blancos por la presión que ejerce sobre el vidrio, nuevamente la tensión sexual se puede palpar, me remuevo un poco en mi lugar y doy un trago a la cerveza sin dejar de mirarnos a los ojos luego sonrió.

—Bueno hay muchas cosas que en definitiva me tientan, el chocolate por el ejemplo es una de las mayores tentaciones en mi vida una que difícilmente puedo resistir.

Humedezco mis labios, barro mi labio inferior con mis dientes, Andrew achica sus ojos mirándome y responde con voz ronca, cargada de deseo.

—Interesante, se me ocurren muchas maneras de comer chocolate y una más exquisita que la otra.

Una cantidad de imágenes obscenas, de Andrew derramando chocolate sobre mis pechos, mi vientre, mi espalda y mi trasero se dibujan en mi cabeza y odio en este instante ser tan malditamente gráfica, un gemido inconsciente se escapa de mis labios y lo veo moverse incomodo en el sofá.

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