Se estira y pone la cerveza sobre la mesita, se acerca a mí, muchísimo, está muy muy cerca de mí, luego su mano se mueve hasta mi cara y coloca un mechón de pelo detrás de mi oreja y de camino se acerca a ella e inhala profundamente, luego exhala dejando caer la cálida bocanada de aire sobre mi cuello que inmediatamente se eriza y otro gemido escapa de mis labios.
Su nariz rosa la línea de mi mandíbula lentamente seductoramente, luego se separa y vuelve a su lugar al otro lado del sofá, vuelve a tomar su cerveza y la acomoda sobre su rodilla, luego enarca una de sus cejas y susurra
—¿Eso que sentí hace un momento fue un ligero temblor en tu cuerpo o fueron ideas mías? —su sonrisa maquiavélica aparece en ese momento en su rostro.
Pero esta vez no me asusta porque sé que está jugando a tentarme y como buena jugadora que soy le respondo.
—¿Eso que veo abultado en tu pantalón es acaso una erección o solo es tu móvil?
WTF? ¿en serio acabo de decirle eso? estoy loca joder, su expresión es un poema, claramente está sorprendido por lo que acabo de decir hasta yo estoy sorprendida, pero además de sorpresa veo la clara sombra que se dibuja en un rostro dominado por la lujuria, de sus labios se escapa una carcajada ronca, sexy y seductora.
—¿Esto? —Dice agarrando el bulto entre sus piernas— no es lo único que esta erecto en este momento —señala con su cabeza hacia mí.
Bajo mis ojos buscando la fuente de sus argumentos y zas los veos. Mis malditos y traicioneros pezones están duros como rocas y se ven perfectamente marcados en la franela. La idea en si es graciosa, ósea lo acusó de estar excitado y yo claramente lo estoy también. Vuelvo a mirarlo mordiendo mi labio y en cuanto sus ojos llegan a ellos deja la botella en el suelo y se abalanza sobre mí.
Quitando la mía y dejándolo sobre la mesita, toma mi rostros entre sus manos y comienza a besarme como si no hubiera un mañana, todo el fuego, toda las ansias, todos los ruidos, todo lo que está a mi alrededor se reduce a una sola cosa. A los labios de Andrew sobre los míos, a sus manos quemando mi piel con sus suave, lento y sugerente rose, pasa uno de sus brazos por mi cintura y me aprieta fuerte, luego en un solo movimiento, me sienta ahorcadas sobre él.
Inmediatamente nuestros sexos entran en contacto y de nuestras bocas salen gemidos de placer que son cortados por mas besos, sus manos trepan por mi espalda con avidez, haciendo presión con la yema de sus dedos sobre mi piel, profundizo el beso y meto mi lengua en su boca donde al acariciar la suya, chispas vuelan por todo mi ser, es una sensación indescriptible, no tengo palabras para expresar como estoy sintiéndome.
Mis manos descienden con desespero por su torso y se me meten con prisa dentro de su franela, al instante en que mis manos lo rosan un gruñido sale de su garganta, un gruñido que me hace gemir y mover mis caderas contra él, sus manos descienden velozmente a estas y me sujetan fuertemente impidiendo que continué con el movimiento cosa que me cabrea un poco pero incita a querer hacerlo una vez por lo que lo intento nuevamente.
Con un poco más de presión y un mordisco sobre mi labio inferior me detengo abro mis ojos y el rostro de Andrew es la expresión pura de la lujuria, la pasión y el deseo sexual en vivo, sin contenerse, susurra contra mis labios lentamente y entrecortado por lo agitado que esta su respiración.
—No. Te. Muevas.
Vuelve a tomar mis labios y comienza a besarme con la misma pasión y apremio que al principio pero esta vez hay más exigencia en su boca, mi cuerpo se tensa cuando sus manos ascienden nuevamente por mi espalda hasta mis hombros donde los masajea con un poco de fuerza y luego las sube hasta mi cabello donde enreda sus manos en él y da un tirón para separarme de su boca.
Bajo mis piernas de su cintura para darle libertad de movimiento y en cuanto estas caen noto que estoy a unos cuantos centímetros del suelo, mientras desciende con su manos mi short su boca va explorando mi cuerpo, se encuentra con mis pechos y allí se detiene, mientras yo muevo las piernas para que el short caiga al suelo junto con mis bragas.
Atrapa con sus dientes mis pezones erectos y duros como roca, los masajea con su mano libre y los lame, luego pasa al otro y le brinda las mismas atenciones haciéndome echar la cabeza para atrás y negar
—Joder Andrew me estas matando — gruñe sobre mi pecho, luego se separa de mi un poco lo justo como para mirar mi rostro.
—Yo estaba muerto y tú me reviviste, me vuelves loco Asier, ya perdí la cabeza por ti.
Vuelve a besarme con desesperación, como si no hubiera nada más importante en su vida, en su mundo que comerme la boca como lo está haciendo, desciendo mis manos hasta el botón de su pantalón y lo suelto, con velocidad bajo el cierre e introduzco mi mano dentro de su bóxer, un gemido se escapa de mi boca al sentir su tamaño en mi manos, es grande, muy grande, sus labios se separan de los míos y lo escucho gruñir y maldecir por lo bajo y susurra
—Joder Asier, no hagas eso, vas hacer que me corra.
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