Seducida por un extraño (COMPLETA) romance Capítulo 75

Son las 6:30 y estoy en mi coche esperando que Dani baje del piso, para ir hacer las compras, la tarde ha sido una completa locura en Blue, hemos tenido muchísimo trabajo y además Matt estaba insoportablemente frío y distante, no solo conmigo, sino con todos.

Ansiaba que el día terminara, no veía el momento de salir de la sala y alejarme lo más posible de Matt y su aura poco amistosa y entretenida que siempre solía tener, tanto así que salí de Blue sin despedirme de los chicos ya en el coche y frente a donde vivo estoy más tranquila y relajada de lo que había logrado estar en todo el día, el ruido de algo vibrar me desconcentra y caigo en cuenta que desde el medio día que puse mi móvil en silencio no he vuelto a revisarlo y que me olvide por completo que lo había metido en mi bolso.

Me giro sobre el asiento para tomarlo ya que lo había lanzado al asiento trasero cuando me subí en Blue Oceans, hurgo dentro del bolso hasta que doy con mi móvil que al momento de cogerlo deja de vibrar, lo saco y reviso, la sorpresa me invade inmediatamente, tengo unas 15 llamadas perdidas, 10 son de Andrew.

Un sentimiento de culpa atenaza mi pecho y comienzo a revisar los sms pero justo cuando veo que tengo algunos de él, el puto móvil se apaga en mis manos, me he quedado sin batería maldigo por lo bajo y giro hacia el edificio, Dani ya viene de camino al coche, tengo demasiada pereza para ir a buscar el cargador, por lo que me digo que si ya espero todo el día por mi respuesta que espere un poco mas no tiene nada de malo, mi mejor amiga al subirse al coche me dice.

—Ay nena tienes de verdad una cara hoy, ¿tan mal estuvo el día? que ha pasado con Matt, no me quisiste decir nada arriba ¡cuéntame!

Pongo mis ojos en blanco porque la verdad de Matt es lo que menos quiero hablar ahorita, después de ponerla al día sobre todo el asunto y todo lo que paso hoy con el su cara de sorpresa es grande, no me dice nada, supongo que está en plan analítico y tratando de darle una explicación a la actitud de Matt, finalmente suspira.

—Nena, no sé exactamente qué es lo que pasa entre ellos, pero este Matt no se parece en nada al que conocimos en la fiesta y tampoco se parece al Matt del que me hablaste, ¿qué crees que este mal?

La miro unos instantes antes de ubicar un puesto de estacionamiento y aparcar el coche cerca de la entrada de la tienda, suspiro y le respondo ya apagando el motor.

—No se Dani, toda su actitud me sorprendió bastante pero creo que hice lo correcto y no me siento mal al respecto... aunque no me gusta su actitud, supongo que pasara algo de tiempo antes de volver a sentirnos cómodos entre nosotros.

Tomo mi monedero y abro la puerta para bajar, mi mejor amiga me imita y nos adentramos en la tienda, allí continuamos conversando sobre Matt y la relación enfermiza y toxica que lleva con Sophi. Por supuesto ella se enfrasco en toda la parte analítica y psicológica de como los afecta emocionalmente una relación así.

Ya estoy hastiada de hablar de Matt y Sophi por lo que cambio el tema y le cuenta lo de Andrew y mi nueva información sobre él, Dani no confía para nada en él y me lo deja claro en cuanto me dice que debo tener cuidado, para no darles más largas y que se ponga en plan histérico paso a Kev y a su propia relación.

Cosa que le anima bastante y ya luego de escucharla charlar durante 5 minutos sobre la discusión estúpida que tuvo con él por una película le dejo de prestar atención.

Mientras pagamos las compras recuerdo nuevamente que Andrew seguro estará furioso conmigo, y que seguro la ausencia de mis respuestas lo habrá impulsado a zarpar. Espero equivocarme y que mañana este de regreso, ansió verlo y reconocerlo no hace más que aumentar las ansias.

El regreso a casa es tranquilo platicamos sobre las cosas que tenemos pensadas hacer esta semana y todas las locuras que planean hacer Kev y Dani durante la próxima semana ya que esta se tomara unos días de descanso. Aparco el coche en el lugar en el que suelo hacerlo, y cuando estamos por subir las escaleras del frente del edificio veo un Mustang negro que conozco muy bien aparcado justo frente a este.

Mi entrecejo se frunce y me niego a creer que sea Andrew que este en mi casa, subimos en el ascensor conversando animadamente, en el pasillo que lleva hasta el piso justo frente a mi puerta, allí de pie recostado a la pared de enfrente de la puerta está el.

Lleva un jean desgastado y algo roto en las rodillas, unos converse negros, una sudadera gris y una gorra negra, su rostro está parcialmente oculto por la visera de la gorra, aun no se ha dado cuenta que Dani y yo caminamos hacia él y mi amiga a mi lado se ha quedado de piedra al verlo.

En ese momento su rostro gira en nuestra dirección y nuestras miradas se encuentran, su expresión es de total agotamiento, angustia y ansiedad, comienza a caminar en mi dirección y Dani hecha andar hacia el piso, antes me quita las bolsas que llevo en las manos y me susurra.

—Nos vemos luego.

Pasa junto a Andrew dedicándole una mirada de aprensión que este simplemente le devuelve, se detiene frente a mí y nos quedamos mirándonos en silencio, la comisura de mis labios quieren traicionarme y regalarle una sonrisa de suficiencia porque sabría que volvería, lo que no esperaba es que fuera hoy mismo, pero me resisto.

Sus ojos están varios tonos más oscurecidos por lo que tienen esa mirada profunda e intimidante que hasta este momento no me había dado cuenta me gusta tanto, finalmente suspira y me dice en un susurro ronco.

—¿Sabes? eres la persona más cruel que conozco Asier, en serio.

Sus palabras me sorprenden un poco, tardo unos segundos en responder pero cuando lo hago mi voz suena divertida aunque no quiero que lo haga, fallo en el intento.

—¿Qué haces aquí? no te esperaba hasta mañana.

Al terminar la frase, no logro controlar la sonrisa que se escapa inevitablemente de mis labios demostrándole así que estaba segura que volvería, Andrew vuelve a suspirar y niega con la cabeza sin apartar sus ojos de mí.

—¿Tienes idea de la cantidad de problemas en los que me metí hoy por tu culpa?

Una punzada de remordimiento quema en mi interior, pero trato de alejarla lo mas de mí.

—¿Por mi culpa?

Mi voz sigue sonando divertida, en su rostro se dibuja una mueca parecida a una sonrisa.

Él se encoje de hombros y me sigue por el pasillo hacia el elevador, donde mientras esperamos me pregunta divertido.

—¿Y a dónde vamos? —lo miro aun divertida y le respondo encogiéndome de hombros

—No lo sé, ¿a dónde quieres ir? —el comienza a reír.

—Mientras estés conmigo el lugar no me importa, pero por favor que no sea muy lejos... me estas matando Asier, ¿quieres contarme ya? —esta vez es mi turno de reír, mientras entramos al elevador.

—No, hay que tener unas cervezas entre ambos para poder hablar de esto.

Su expresión cambia por completo, se vuelve seria, un poco fría y distante, asiente sin decir nada más y sé que está pensando que en decidí continua con Matt y está tratando de montar sus defensas para que no le afecte en cuanto se lo diga. Una vez fuera del edificio camino hasta mi coche y él me detiene a unos pasos de este y me susurra

—¿Que estás haciendo? —lo veo algo confusa y le digo

—Caminar a mi coche, ¿no es obvio? —el niega con su cabeza.

—No vamos a ir en tu coche, te vienes conmigo ¿de acuerdo?

Lo miro un instante y me planto frente a él de brazos cruzados, debo continuar con mi show, por lo que le espeto.

—Esta demente si crees que voy a volver a irme contigo a algún lugar, no quiero quedarme botada en ningún lugar sin posibilidad de poder volver a casa o depender de ti para hacerlo, lo siento si quieres me sigues.

Su rostro ahora si es una máscara completa, es nuevamente el capitán de hielo, el Andrew que no me gusta que sea, pero quiero que piense que estoy con Matt, de alguna forma tengo que cobrarme todas las que me ha hecho porque sé que no tendré oportunidad de hacerlo más adelante, asiente y camina en dirección a su coche, yo me giro abro el mío.

Saco mi bolso su cazadora y vuelvo a cerrar la puerta, cierro y me echo andar hasta su coche con una enorme sonrisa en los labios, rodeo el coche y abro la puerta del copiloto me subo muy campante, me coloco el cinturón de seguridad bajo su mirada atónita, luego me volteo a verlo y sin poder evitarlo una risa audible se escapa de mis labios y es el quien habla esta vez.

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