Si, acepto el contrato (COMPLETO) romance Capítulo 18

Narra Jackson

Al final de otro día mas agotador que el anterior puedo descubrir que mi padre tiene mucha carga para él solo, no ha de ser muy sencillo manejar una gran compañía como esta, claro que hay diferentes equipos que hacen que los procesos sean más diligentes, pero esas personas solo miran su área de encargo, mas mi padre debe estar en todo; ahora comprendo que si hay cierta ventaja de tener a una persona que te de un aventón, no quiero decir que Grace hace todo porque es una mentira, pero reconozco que es de gran ayuda, mi padre tiene algo que hacer a cada hora del día, mi pobre cabecita no podría recordar tantas cosas y estar al pendiente de tantos compromisos.

La mujer es buena en su labor, no puedo negarlo, solo espero que su rendimiento sea igual siempre y no solo hoy porque de seguro quiere sorprenderme con tanta eficiencia.

Al salir de la compañía voy directo a ver a mi padre, quiero contarle que todo está bien, no le doy más detalles de ciertas cosas que a mi parecer no funcionan pero eso sería generarle preocupaciones.

- Señor Nicholas Brown – digo al entrar a la habitación y no ver a nadie

- Dame un segundo responde desde el interior del baño

Miro a todos lados y creo que mi madre ya se ha ido a casa, esta tarde me ha dicho que le ayudará a Emilia con sus tareas porque al parecer le hace berrinche a su maestra particular.

- ¿Cómo estuvo tu día? ¿Cómo te fue con Grace?

- Me fue bien, tenías razón con la chica, fue de ayuda, me rindió mucho más el tiempo

- Ves, te dije que sería de apoyo, por eso hace varios años decidí contratar a alguien que me organizara un poco los horarios, se torna difícil cuando tienes en la mente tantas cosas

Mi padre camina con lentitud, me ofrezco ayudarle pero se niega, no me gusta para nada como luce.

- ¿Cómo te sientes tú? – cuestiono por la notable deterioración de su cuerpo

- Me siento cansado, con pocas fuerzas la verdad

El hombre acuesta en su cama y apoya la cabeza sobre la almohada, mi corazón se hace pequeño y nudo en la garganta no me deja hablar, porque hasta su tono de voz parece diferente.

- Estuve en estos días pensando en mi vida – dice el mirando hacia el techo – me siento feliz a pesar de estar vuelto mierda con esta enfermedad, tengo una buena mujer, mis hijos a quienes he podido darle todo lo que está a mi alcance, y más feliz porque si me llego a ir, sé que podrán vivir por más tiempo con la tranquilidad de que tuvieron a un buen padre, contigo tuve diferencias de las que me arrepiento y ahora más que nunca lo lamento, pero sé que puedo compensarte esos años – el hombre suspira, hace un corto silencio y continua - también me hace sentir tranquilo que puedes continuar dándole vida a Brown Wine y llevarle lo que un día fue un pequeño emprendimiento a tus próximas generaciones, claro, sin dejar atrás a tus hermanos

- Vamos papá, no me gusta que hables de esa manera, siento como si te despidieras de mi – digo sonriendo con algo de tristeza

- No es una despedida, igual todos en algún momento nos tenemos que morir

Sus palabras son más fuertes de lo que él cree, parece que le resulta fácil hablar de esa manera.

Espero en la clínica hasta que él se duerma, doy chance a que mi madre pueda venir y quiero que pueda descansar un rato en casa con mis hermanos, así que a eso de las diez volví a casa solo con la intención de dormir, el agotamiento es muy fuerte.

Al día siguiente desayuno muy temprano, lo hago con el fin de encontrarme con Emilia, ella solo tiene ocho años y hay mucho que no comprende, una manera en la cual se nota que le afecta lo que pasa es a través de sus comportamientos, no quiere hacer tareas, no quiere ir a la escuela, etc.

- ¿Cómo estas princesa? – le digo al verla bajar por la escaleras aun con su pijama de donas

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