Narra Gregory
Es normal para todos saber que la vida es dura, esa frase la escuchamos en muchas parte y de muchas personas, también pueden mencionar que es injusta y sí, todos lo sabemos, pero realmente lo interiorizamos cuando atravesamos por eventos incomprensibles, cuando a nosotros nos suceden cosas que nunca creíamos que nos podían suceder, hasta le preguntamos a Dios el porqué de esas duras pruebas, y lo hacemos porque es en ese instante cuando palpamos que realmente es muy difícil. Como padre perder a mi esposa, sentir que debía sacar adelante a dos hijos por mi cuenta fue complejo, pero sin dudas lo que nunca quise hacer fue sepultar a uno de mis hijos, ese es un duelo difícil de aceptar y que llevaré conmigo hasta el final de mis días.
Hace un mes aproximadamente estoy viniendo con más frecuencia a la casa de mis nietos, comparto más con ellos y trato de ser un apoyo emocional, hay vacíos que nunca podré llenar pero intento hacerlos sentir bien, más porque Dilaila no está en las mejores condiciones, comprendo que quiera estar aislada, llorar en silencio, esa es su manera de asimilar la difícil perdida; recientemente he visto que algunas cosas no marchan muy bien, no conozco con exactitud lo que pasa pero no soy tonto, veo a Jackson más preocupado de lo normal y a su madre muy pensativa.
- Abuelo, puedes ayudarme con este ensayo – dice mi nieto Néstor, quien ha tenido que leer un libro igual de gordo que una enciclopedia, en su escuela le dieron un par de días pero se le ha demostrado que a pesar de todo debe seguir con su vida.
- No – respondo de inmediato
- Abuelo, tengo que escribir tres cuartillas, es mucho trabajo para tan pocos días
- Te puedo corregir cuando ya tengas algo listo, pero no te lo voy hacer, ¿Dime que idea tienes para empezar? – pregunto para que use su mente, es un chico inteligente, solo está algo bloqueado
- No lo sé, es que me siento desconcentrado – responde el chico apoyando su cabeza en la mesa
- Bueno, ve a tu cuarto, piensa en algo y luego te puedo ayudar a concretar o darle forma a tu idea
- Está bien
Mi manera de ayudar no está ligada al hecho de dar o facilitar cualquier cosa a alguien, porque soy fiel creyente a la frase de Confucio, “dale un pescado a un hombre y comerá un día, enséñale a pescar y comerá siempre” prefiero enseñarle a una persona a cómo desarrollar habilidades antes que darle todo lo que quiere.
Mi nieto va a su habitación dejándome en el jardín, estando allí, miro a Emilia correr y jugar junto a su perro, parece estar recuperándose de los días tristes, al final es solo una niña, alguien que debería preocuparse ahora por ser feliz, ya tendrá tiempo para aprender sobre las responsabilidades futuras que le esperan.
- Abuelo, buenos días – saluda Jackson saliendo con una taza de café en su mano
- Pensé que estabas en la compañía – digo cerrando mi periódico
- No, hoy me quiero tomar la mañana, ayer no dormí nada – menciona tomando de su taza
- Lo puedo notar, aun llevas la ropa de ayer puesta
El hombre acomoda su camisa algo apenado
- ¿Todo está bien? – cuestiono por la forma en que luce, sus ojeras lo delatan
- Si, solo que hay cosas que debo pensar, creo que me fluyen más ideas en la cabeza aquí que en la compañía.
- Jackson, creo que a lo largo de los años te he demostrado que puedes confiar en mí, sé que algo está sucediendo, lo puedo ver en tu rostro; aunque creas que soy un viejo y que por ende puedo ser inútil, déjame decirte que tengo mucha experiencia en las cosas de la vida, si algo sucede solo cuéntame, quizás pueda aconsejarte
Mi nieto mira hacia el cielo y mueve un poco su cuello, aprieta sus labios queriendo contener sus palabras, por lo que no quiero forzarlo, me pongo de pie para retirarme, cuando el esté listo me dirá lo que sucede.
- Voy a vender la línea de hoteles – dice de la nada haciendo que me quede perplejo
- ¿Qué? – es lo único que puedo decir
- Sé que tienes acciones dentro de mi empresa, que también tienes derechos sobre esto, pero quería pedirte que por favor me des el poder de todo – menciona sin mirarme
- ¿Qué pasa?
- Quiero venderlo, necesito ese dinero – Jackson hace una pausa y sube los codos sobre la mesa, une sus manos y apoya su frente en ellas en una señal de angustia
- Ese apoyo me lo da mi madre, mis hermanos, me lo das tú
- No me refiero a eso, yo no seré eterno, tus hermanos harán su vida, tu madre tampoco será eterna.
- Si vas a insinuar lo que siempre dices de la mujer para mi vida, entonces no quiero continuar con la conversación, no necesito a una mujer que me estorbe día a día, puedo hacerlo solo
- Para mí es más importante, verte ser feliz en una casa pequeña con tu familia, que solo, triste y abrumado en una gran compañía
- No quiero ser feliz, solo quiero dinero abuelo, dinero para recuperar la compañía, no me importa si debo vivir estresado todos los días de mi vida encerrado en una oficina como mi tío, si tengo que hacerlo hasta el final de mis días lo haré, y ya.
No pido para mis nietos dinero, cada vez que pido a Dios por ellos, me enfoco en que sean felices, que tengan una bonita familia y que siempre estén tranquilos, el dinero lo único que trajo en mi fue preocupación y me limitó, sacrifiqué muchas veces a mi familia por ir a cerrar tratos millonarios que hoy día no me han servido de mucho, pensé que tendría algún día el tiempo para disfrutar con mi esposa e hijos, pero el tiempo se me ha ido y se ha llevado consigo a mi amada y a uno de mis tesoros.
- Te voy a ayudar, pero quiero que sepas, que lo que quiero es verte feliz, con el dinero no encontrarás eso; esta es mi oferta…
- ¿Oferta? – pregunta el sin comprender
- Te voy a facilitar el dinero, pero tengo una condición
- ¿Cuál es? Lo que quieras lo hago, si deseas que te lo devuelva con intereses lo haré, si quieres ser socio mayorista lo aceptaré, conozco como eres, no me darás nada solo porque si
- Exacto, te ayudaré pero a la vez quiero algo para ti mismo, que aprendas sobre lo que realmente es importante, la familia.
- ¿A qué te refieres exactamente?
- Quiero que te cases, solo así te entrego el dinero, puedes tomar lo que necesites sin importar la cantidad, no debes devolverlo tampoco, pero te lo daré si contraes matrimonio
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Si, acepto el contrato (COMPLETO)