Sí Señor (Porque Yo lo digo 2) romance Capítulo 109

— Buenos días señora Allen

Ronroneó Nic, contra su oído mientras le acariciaba el vientre como cada mañana.

— ¿Qué, viajamos al futuro?

— Solo es un tecnicismo mi amor, ya eres mía ¿cómo te sientes? —volvió a besarla, esta vez en la mejilla

— Deliciosamente adolorida ¿y tú, pervertido insaciable? —alcanzó el rostro de Nic, con manos perezosas

— Como nuevo señora Allen

— Suenas como princesa de Disney, solo piensas en casarte con tu príncipe azul

— ¿Eres tú mi príncipe azul, Danielle Ross?

— Después de anoche soy lo que quieras Nicholas Allen —acarició su mejilla áspera con el pulgar

— Acabas de hacer mi segundo sueño realidad —suspira divertido

— ¿Tienes dos?

— Sí, quiero desesperadamente casarme contigo y así no dejarte ir otra vez —la besa en los labios—. Y la segunda ya la has hecho, tenerte a mi merced

— Sabes que ya no soy solo yo ¿verdad?

— Y no sabes cuánto me va gustando la idea de nuestra propia familia, lejos de dramas, mentiras y lo más importante irresponsables

— Bueno Cenicienta, haremos un nuevo Allen y Ross, digno de admirar, le vas a enseñar a ser educado y yo inteligente, por supuesto

— Y cariñoso y alegre, positivo… —vuelve a lanzarse a sus labios emocionado por darle al bebé lo que ambos no pudieron tener

— Lo haremos mejor que nuestros padres, te lo aseguro Nic

— Sé que contigo podemos conseguirlo, los niños no merecen sufrir por los errores de los adultos

— Claro que no, mi amor —esta vez ella lo besó emocionada, él, estaba recordando su infancia

— Eres todo lo que necesito, mi odiosa hermosa y embarazada mujer

— Oye niño rico, quién iba a pensar que ese arrogante e insoportable sería el hombre más dulce y cariñoso del mundo, ni en un millón de años —ríe recordando a su jefe de hace ¿4 años ya?

— Tú me transformas, no sabía que te necesitaba hasta que te necesité desesperadamente

— Por motivos equivocados

— No, yo estaba loco por ti pero odiaba tanto que fueras tan respetuosa y que no cayeras en mis tristes intentos de seducirte que me convertía en ese patán insoportable

— ¡Eras malísimo seduciendo! Como un puto robot, aún recuerdo cuando me mantuviste siguiéndote en una de tus galas intentando “coquetear”, que bueno que eres atractivo

— Hieres mis sentimientos

— Dime ¿qué quieres para navidad? —sonríe cambiando de tema

— A ti

— ¡Nic, hablo en serio! Solo quedan 2 días y necesito algo que envolver —frunce los labios en un puchero

— No necesito nada Dani, solo a ti y a nuestro bebé creciendo saludable

— ¿Por qué eres tan positivo con lo del embarazo?

— Porque todo lo que venga de ti, me encanta… —suspira ilusionado—. Un hijo significa que hemos creado a una personita y siempre estaremos unidos, pase lo que pase en el futuro

— Nicholas —abrumada en emociones no pudo evitas echarse a llorar ocultando el rostro en el pecho de Nic

— Oye… ¿qué pasó? No llores cariño

Con cuidado la abrazó arrastrándola sobre su pecho hasta que consiguiera controlarse.

—Lo siento, estoy hecha una sensible y tú eres mi punto débil

— Eres adorable, pero ahora tengo que ir a trabajar, continuamos esta noche

— ¿Vas a averiguar sobre ese asunto con el japonés?

— Sí, no pienso ponerte en riesgo con ese hombre

— Quiero ayudarte, lo hago por ti y porque sé todo lo que has trabajado por levantar el hotel

— ¿Vienes a la ducha? —cambió de tema algo conmovido

— Nooo, quiero quedarme un poquito más en la cama

— Dormilona, de acuerdo duerme, iré a chequear a Robbie, antes de irme al trabajo

— A las 10, avísale a Patts, que a las 10am desayunaremos

— Bien, ahora descansa, prometo no hacer ruido

— Que bueno que encontré un esposo tan considerado

Con una sonrisa de guasón Nicholas, se levantó de la cama en su gloriosa desnudez y se metió a la ducha, no podía evitar su buen humor y lo bien que estar cerca de Danielle, le producía.

En pijamas y hambrientos Dani y Robbie, desayunaron las delicias de Patts, en compañía de Muffin, quien se volvió loca con los pastelillos de mermelada, quería uno a como dé lugar y sus intentos por agarrar uno de la mesa eras divertidos y adorables, ya estaba mucho mejor y se acomodaba a su nueva movilidad en tres patitas.

— ¿Qué demonios haces tú aquí?

No pudo evitar la mueca que apareció en su rostro al comprobar que la dueña de esa petulante voz no era otra que Vanessa, con su abrigo súper lujoso y abultado junto a esa actitud de reina del castillo estampada en el rostro.

— La seguridad aquí es una mierda, dejan entrar cualquier cosa —murmuró Dani, fulminando a la intrusa a través del espejo frente a ella

— Solo tienes que mirarte al espejo querida —contraataca la arpía

— Ya basta, sé lo que pasó en esa fiesta, deja el drama y recupera tu dignidad, hay hombres con más dinero que Nic, y tal vez lo suficientemente atractivos, busca otra opción y déjanos en paz

Suspiró harta del drama. No quería tener que lidiar con otra Frida o peor aún, con un nuevo Cameron. Ya no tendría consideración, intentó ser educada por mucho tiempo pero ella no posee absolutamente ni una sola gota de empatía.

— No puedo creer que Nico, haya preferido a una mamarracha como tú, en vez de a mí y la sociedad con mi familia.

— ¿Es lo mejor que tienes? —contuvo su malestar, no así la mueca—. Bueno supongo que la belleza que te tocó no venía con inteligencia, déjame en paz, no tengo nada que ver contigo, yo no te hice nada

Dispuesta a cortar este “encuentro” absolutamente planeado por parte de la señorita, Danielle, inspiró profundamente reuniendo fuerzas para salir de allí, conseguir una botella de agua y llegar a su auto sin vomitar en el intento. Pero no estaba entre los planes de Vanessa, dejarla ir tan pronto

— Huyes como lo haría el estafador de tu papi, de tal palo tal astilla, ustedes los pobres son unos cobardes ¡unas ratas!

— “Ratas” por nuestra inteligencia, gracias —ignoró el pequeño pinchazo en el vientre que escuchar a esta mujer llamar estafador a su papá le producía

— Todos te abandonan, ya verás cómo Nico, lo hace en cuanto tengas al bastardito que esperas, ni tu mamá te quiso, te va a desechar por vaca

— Si bueno, cuando lo haga te llamo para que salgas de la alcantarilla a arrastrarte, eres buena en eso

Como una serpiente que salta a morder a su presa Vanessa, no se tragó ese insulto, recibió el golpe de frente e iba a devolvérselo a Danielle, pero fue demasiado melodramática chillando antes de lanzar su mano así que Dani, simplemente dio un paso al costado dejando que le pegara a la puerta en vez de a ella.

— ¡Estúpida perra, me fracturaste la mano! —se quejó Vanessa

— Yo no hice nada, es otra la que le pega a las puertas

— Solo eres una adicta, estás mal de la cabeza, viciosa

— Hiciste tu tarea, bravo. Al menos eres capaz de eso, quizás sea el espíritu de estar en una universidad ¿sabes a lo que se viene aquí, no? Porque a golpear puertas no precisamente

Con la respiración bastante acelerada, Danielle, comenzó a respirar con algo de dificultad, no le encantaba escuchar que esta mujer conociera todos sus defectos y necesitaba salir de allí ya mismo, el espacio reducido comenzaba a sofocarla. Así que hizo lo mejor para su salud, dejó que ella despotricara insultos, ofensas, incluso sacó al malnacido de Cameron y su violenta "relación” manifestando que se lo tenía merecido por no aceptar su lugar en el mundo, uno donde la gente rica no se mezcla con la pobre. Alterada por los malestares que su cuerpo manifestaba Danielle, salió del baño con Vanessa, pisándole los talones, al menos tuvo la decencia de callarse cuando gente pasaba a su lado, pero no se lo puso fácil y la siguió hasta el auto.

— ¡Ya déjame en paz, loca!

— No va a pasar, Nico, es mío yo lo vi primero

— Claro, lo que tú digas

Fue todo, subió al auto y arrancó pasando peligrosamente cerca de Vanessa, en su salida, no estaba en condiciones de tener precaución y tampoco iba a atropellarla, solo le dio un susto y condujo hasta la primera cafetería que se le cruzó. Compró una botella de agua y una taza de té, no podía conducir en esas condiciones, comenzaba a sudar de los nervios así que se quitó el abrigo y tomó asiento para calmarse.

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