Sí Señor (Porque Yo lo digo 2) romance Capítulo 112

— ¿Cómo te sientes hoy?

— Adormecida ¿qué hora es?

— Las 11 de la mañana señorita

— Oh rayos…, me quedé frita después que Nic, se fue

— Vamos ¡a comer! —siempre con su amable sonrisa en el rostro, le acercó la bandeja y tomó asiento al borde de la cama para hacerle compañía

— Gracias Patts, ayer fue un día muuuy agotador, creo que mi batería se descargó por completo, no podía abrir los ojos, aun me cuesta —hizo una mueca agrandando los ojos

— Tu cuerpo se acomoda al bebé, necesitas más reposo, ya no puedes andar como loca de un lado a otro, debes tomar las cosas con calma hasta sentirte mejor, una vez que tu cabeza y tu estado físico estén en paz verás que recobras tu vitalidad

— No puedo esperar, me siento a punto de hibernar, como un oso quiero dormir hasta que el invierno acabe

— Disfruta del descanso, las criaturitas vienen con batería infinita y si llega con la mezcla perfecta será madrugador como el señor Nicholas, y súper activo como su mamá

— ¡Ay no me digas eso!

— Tranquila, yo te voy a ayudar, además, estoy segura que Nicholas, hará todo para mantenerte feliz

— ¿Y crees que eso incluya limpiar culitos cagados? —ríe ante la idea de su niño rico haciendo arcadas mientras intenta cambiar un pañal

— Estoy absolutamente segura que lo cubrirá todo y personalmente, me ha pedido que contrate un cocinero para que me haga cargo de ti y supervise el mantenimiento de la casa

— Mi odioso, creo que la nube negra que flotaba sobre él ya está desapareciendo

— Estoy de acuerdo —suspira nostálgica

— Oye ¿Qué fue eso?

— Es tan idéntico a su abuelo, claro que él si supo reconocer sus errores y te esperó, te recuperó y cambió

— Oh…, Nic, nunca habla de su abuelo, solo sé la historia referente a la Compañía…, le dolió mucho su muerte y quería hacerlo sentir orgullo a cualquier costo, ya vez lo que sucedió con el proyecto del hotel y el problema de los socios

— Trabajé varios años para el señor Jonathan, así conocí a Nicholas y cuando falleció me trajo aquí a tiempo completo.

— Ya no es un amargado

— No, encontró su propósito en la vida y quiere experimentar todas las sensaciones y experiencias contigo, ten paciencia y recuerda que todo es nuevo para él.

— Gracias por todo y no te vayas nunca Patts, si necesitas algo pídelo, vacaciones será lo primero en mi lista, sin mí…, tía, me siento perdida, trato de resolverlo, de darme ánimos pero… —se detuvo sintiendo un nudo en su garganta—. No quiero arruinarlo…, ella, con una mirada sabía lo que necesitaba y yo espero poder hacer eso mismo por el bebé

— ¡Ay mi Dani!

Sin poder contenerse ante la sinceridad de la confesión de esta especial chica Patricia, se levantó del borde de la cama y le dio un afectuoso abrazo, sabía que lo necesitaba.

— Vas a aprender tú solita a reconocer esos detalles ya veras, bastará solo una mirada y lo sabrás, ya lo haces con Nicholas, con tu bebé será aún más simple, tendrán un vínculo irrompible

— Ufff, cuento con ello

Se aferró con fuerza a aquel cálido abrazo antes de componerse y decidirse a atacar su desayuno.

— Llama a tu prometido, ya sabes que si no das señales de vida pronto lo tendrás cruzando la puerta

— Muy tarde para eso, ya estoy aquí

Con calma empujó la puerta para que lo vieran, estuvo escuchando su conversación muy atento y conmovido.

— Nic, perdón dormí mucho —suspiró aliviada, quería un abrazo suyo. Lo necesitaba

— Te perdono solo cuando acabes con tu comida —señaló la bandeja intacta

— Tenemos hambre, descuida —suspira tocando su vientre

— Patricia, voy a necesitar una taza de café mientras le doy de comer a mi chica

— Con mucho gusto, un cappuccino doble enseguida

Canturreó sonriente tomando esa como la señal para darles privacidad, lo cual Nic, agradeció con una leve sonrisa cuando la mujer pasó por su lado.

— Entonces… ¿cuánto escuchaste?

— Lo necesario para pasar el resto del día en casa, traje el trabajo hasta el despacho así que me verás seguido

— Eso suena reconfortante

Mordiéndose el labio emocionada por el gesto se arrastró hasta el centro de la cama dándole espacio a Nicholas, para que se sentara junto a ella. Y lo hizo, se quitó la chaqueta del traje y se acomodó rodeándole la cintura para que se apoyara en su pecho.

— Bebe tu leche antes que se enfríe

— Blanca sin sabor a nada —hizo una mueca

— Te hace bien, vamos quiero mirar como la bebes

— De acuerdo

Se preparó una tostada con mermelada de moras mientras que Patricia, le llevó su café a Nic. Se entretuvo preguntándole acerca del trabajo y el observándola comer

— Necesitamos una tv aquí, pienso pasar algunos días encerrada en esta cama

— ¿Y yo qué? Vas a ignorarme y solo verás tus películas —protestó en desacuerdo

— Eso jamás, tendrás que acurrucarte conmigo

— Lo voy a pensar, tenemos una sala de cine y recuerda que debes revisar las cosas para Robbie

— En cuanto tome una ducha, tengo que llamar a Theo ¿a qué hora tenemos que ir a la fiesta?

— Ay, eso fue casi romántico —suspira con la boca llena de pasta dental

— Tú misma lo has dicho, antes era un imbécil

— Y ahora eres mi cenicienta —sonrió luego de enjuagarse la boca para poder comérselo a besos

— Que nadie te escuche llamarme así —advirtió con una peligrosa mirada

— Vamos bombón, quítame la ropa, quiero meterme en esas burbujas —pidió besándolo juguetona

— Es doloroso tener que dejarte aquí desnuda —se quejó regresándole el beso

— Trabaja todo lo necesario porque mañana es navidad y esta es la última nochebuena que te lo permito ¿quedó claro señor Allen? —mordisqueó su labio

— Sí señora Allen —intensificó el beso introduciendo su lengua…

— Eres un travieso, ya basta me quitas la ropa tú ¿o lo hago yo? Debemos parar —insistió antes que ninguno fuera capaz de detenerse

— Por favor, no me prives de los placeres de tenerte de esposa —continuó con el ardiente beso aprisionándola contra el lavabo doble

— “Futura esposa” pero no, no te voy a privar de eso, tiene que ser rápido o ninguno conseguirá hacer nada productivo hoy

— ¿Ya te tengo caliente?

— Siempre, tu siendo arrogante me excita y no debería admitirlo “niño rico”

— Oh carajo, te amo

Soltando una alegre carcajada Danielle, puso sus palmas sobre los pectorales de Nic, apartándolo un poco para luego deslizar sus manos hasta la hebilla del cinturón abriéndose paso hasta llegar al botón y cierre del pantalón, metió su mano y palpó sobre los bóxer comprobando su excitación. Se mordió el labio inferior conteniendo un gemido y en su lugar levantó la cabeza para mirarlo a esos oscuros ojos centelleantes de deseo. Se besaron como locos tocando las amígdalas del otro mientras sus cuerpos colisionaban. Nic, la levantó acomodándola al borde del lavabo, bajó sus pantalones del pijama dejándolos caer al suelo, sabía que no usaba ropa interior para dormir así que introdujo su mano acariciando sus pliegues, preparándola aunque ya estaba muy lista para recibirlo

— Me matas Dani

— Hazlo, quiero ver cómo me la metes —jadeó sin aliento

Nic, volvió a besarla para luego prestar mucha atención a lo que hacía. Metió la mano dentro de su bóxer sacando su erección, sosteniéndola con su puño la guio entre las piernas de Danielle, dando un par de golpecitos a su clítoris arrancándole un gemido, nunca tendría suficientes, le provocaban escalofríos por todo el cuerpo. Dejándose de rodeos lo hizo. Presionó en su abertura introduciéndose lentamente, centímetro a centímetro bajo su atenta mirada

— Me encanta ver como entras en mí, pero ahora se mi Demonio, quiero que seas rudo, no te detengas hasta acabar

— Podría correrme solo escuchándote

— No juegues, cógeme ya Nic

— Por supuesto

La agarró por el culo enterrando sus dedos en su piel de porcelana y comenzó a mecerse dentro y fuera cada vez más rápido encerrándose en una burbuja de placer explosivo donde no existía nada más que solo ellos.

Luego de obligar a Nicholas, a no meterse al jacuzzi con ella y regresar al trabajo Danielle, tomó su baño reponedor. Absolutamente relajada se tomó su tiempo para vestirse y revisar todas las cajas que llegaron en el correo con regalos para Robbie. Había de todo, al parecer a Nic, le emocionaba sorprender al dulce niño que tanto cuida a su Dani. Había muchos juegos para su consola, ropa, zapatillas, figuritas de colección, incluso calcetines, sin dudas le daría una navidad especial. Ilusionada con ver la sonrisa de Robbie, comenzó a envolver encerrada en su estudio mientras hablaba con Lina por altavoz. En medio de una pausa de envolver Wes, la llamó para contarle sobre Muffin

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Sí Señor (Porque Yo lo digo 2)