Sí Señor (Porque Yo lo digo 2) romance Capítulo 115

— ¡Dani, mi musa maravillosa!

La fuerte voz de Theo, llenó la habitación en cuanto cruzó el umbral de la puerta, iba todo de negro con su traje hecho a medida por él mismo con sus detalles y accesorios

— Mi guapo diseñador está aquí —sonrió a su amigo acercándose con su gatita en brazos que mordisqueaba sus dedos

— Musa, lo digo en serio estás hermosa —extendió los brazos para recibirla como de costumbre, con cariño

— Ya adulador, gracias por venir tan pronto —le rodeó la cintura con su brazo libre

— Te tenía en mi agenda de todos modos, traje a mi equipo privado

— Que pasen, no hagas que se queden en el pasillo

— Dame un minuto solo para mí y mi amiga querida —la meció con delicadeza, Theo, era un hombre muy delicado pese a su apariencia atlética y en ocasiones frívola, debía serlo en su círculo, la moda no es amistosa, es competitiva y agresiva así que solo lo era con sus cercanos.

— Me encanta tu buen humor ¿sucedió algo especial?

— Tú, amiga mía —tomó el rostro de Dani, con suavidad entre sus manos—. Lo digo en serio tienes esa aura, esa esencia femenina, te ves hermosa ahora que se fueron los fantasmas y aceptas este embarazo que te pone tan bella

— Bueno, gracias pero hasta ahora solo he subido de peso, mis piernas crecieron, mi culo y mis pechos, nada me entra

— Están hermosos, no son inmensos, son cincelados —discrepa besándola en ambas mejillas

— Necesito un vestido sexy, pero nada demasiado sugerente y que oculte los kilos extra

— Que disimule el embarazo, no voy a ocultar nada, una chica con curvas es mucho más sensual que una flacucha

— Lindo

Sonríe tomando una de sus manos que aun sostenían su rostro jalándolo a la puerta asomándose al pasillo para pedirles a sus asistentes que entraran y se instalaran

— He venido con varias opciones y con ideas para eso que me pediste así que voy a tomar medidas y haré unos bosquejos mientras Jackie, mi asistente, te maquilla

— La cena es a las 7pm, quédate Wes, también lo hará, me gusta verlos, siento que ahora tengo tanto tiempo

— Musa, cargabas con tantas responsabilidades, además es nochebuena estás nostálgica y claro que me quedo

— Me siento feliz Theo, como nunca

— Bien, así te quiero conservar, quédate feliz que eso me hace feliz a mí.

— Haré mi mejor esfuerzo por permanecer en este estado

— Sí, eso es, querer es todo lo que necesitas —la abrazó con afecto. La conoció en su peor momento y le emociona verla así de segura—. Entonces ahora voy a preparar todo, toma asiento muñeca

— De hecho ¿te molesta si voy a ver cómo va Wes y Nic? Será solo un momento

— Ve, linda

Soltando la mano de su amigo salió de su estudio pasando por la cocina para hablar con Patricia.

— Patts, voy a estar el resto de la tarde en el estudio —anunció sonriente

— ¿Les preparo algo? Tu amigo es un bombón

— Tal vez café, no sé lo que les gusta, sé que el “bombón” Theo, prefiere una infusión

— Ya les ofrezco algo yo misma ¿otro chocolate caliente?

— Sí por favor, te quedó delicioso Patts

— Entonces no dejaré de llevártelos

— Gracias ¿sabes si Wes, sigue con Nic?

— No, Wes, se encuentra en la sala al parecer necesita un momento

— Ay, veré si está bien

— Ve yo voy con tu otro amigo guapetón

Riendo por el comentario de Patricia, Dani, se encaminó a la sala a ver a su amigo. Lo observó en silencio, se encontraba sentado en el sofá con un vaso vacío entre las manos y la cabeza gacha clavada en un punto fijo en la alfombra. Verlo en este estado la asustó, no era su relajado y optimista mejor amigo, este Wes, lucía lúgubre, apagado, sin vida…, con el corazón latiendo con fuerza en su pecho decidió no decir nada y solo se acercó. Cuando él, percibió su presencia lo recibió en sus brazos con fuerza, Wes, no se levantó, enterró su rostro en el vientre de su amiga y lo soltó todo, el sollozo que contenía sonó como la canción más triste, lloró sintiendo que todo lo miserable que ha sido, todo lo que ha soportado finalmente se iría, había llegado al fin. Lloró por ese amor no correspondido al que nunca le confesó sus sentimientos cuando adolescente. Lloró por todas las veces en que su mamá se puso del lado de su papá en vez de abrazarlo y consolarlo como tanto lo necesitaba. Lloró sintiéndose libre al fin pese a que venía lo difícil…, enfrentar a su familia, no había marcha atrás, los perdería definitivamente

— Gracias Dani, gracias por llegar a mi vida y convertirte en mi mejor amiga. Gracias por defenderme y quererme como soy con todos mis defectos, mis imperfecciones, mi culo gay

— Cariño ya no llores —pidió llorando como loca—. Te amo como eres, un hombre maravilloso, bondadoso…

— También te amo Dani —sollozó apretándola con sus brazos, temblando

— Ya no hables, tómalo con calma, estoy aquí y no me voy a ir nunca.

— No subas mucho de peso en los próximos días o mi hermoso vestido “exclusivo” no te entrará ni a patadas

— No me llames gorda —pidió frunciéndole los labios

— Musa, jamás lo haría pero sé que te encanta el chocolate y los antojos provocan estragos en las embarazadas, aguanta un poquito y luego yo mismo te consiento

— Solo tengo antojos de sexo ¿eso no engorda, verdad?

— ¡La mejor vitamina que puedes tomar! Solo no te vuelvas tan salvaje, al parecer serás una de esas obsesas caliente todo el tiempo —sonrió con picardía—. Sexo adictas, qué envidia

— Tengo un prometido muy atractivo ¿qué puedo hacer? No me voy a negar, sería un pecado

— Si… —suspira pensativo

— Quedan unos minutos para la cena ¿ya acabamos? —pregunta mirando la hora en su celular—. Envía a casa a tu gente, voy a ver cómo sigue Wes y regreso contigo

— ¿Wes? ¿Le pasa algo? —en un segundo su sonrisa desapareció dando paso a la preocupación

— Problemas, ya sabes con su estúpida familia, está algo decaído

— Quisiera hacer algo más que aconsejarlo —suelta con pesar

— Oye, eso me recuerda que no me contaste que lo ibas a invitar a salir

— No fue una cita, aunque tal vez sí…, estoy algo confundido

— ¿Me vas a contar?

— Primero ve a verlo, luego hablamos

— Mm…, evasivas bien, como quieras, hoy no tengo mucho tiempo

— Vamos chismosa hermosa, ve por tu amigo —la besó en la mejilla y volvió a su bosquejo

Necesitando distracción Wes, abrazó a su amiga en cuanto la vio entrar, se había duchado y se sentía algo mejor luego de su colapso emocional, la navidad provoca esa nostalgia melancólica en él. Así que Danielle, decidida a animarlo o a al menos distraerlo de la mano lo llevó al estudio invitándolo a unirse.

La mirada de Theo, sobre Wes, fue obvia buscaba algo que le dijera lo que sucedía, su pulcro rostro lucía cansado sin ese brillo jovial que lo acompañaba siempre, su cabello largo estaba húmedo y el silencio no le causaban buena espina. Lo miró hasta que junto a su amiga tomaron asiento en el mismo sofá que él, poniendo a Dani, en medio marcando distancia.

Por supuesto que ella sentía la tensión entre ambos, de hecho le resultaba agradablemente incómodo el adorable modo en que el diseñador estaba más allá de nervioso y ansioso por una mirada o algo de atención por parte de Wes, buscaba algo así como una señal secrete que le confirmara que se encontraba bien porque por alguna razón no se atrevía a preguntarlo directamente. Tras recibir ese “inocente” rechazo Theo, esperaba que lo apartara, pero fue muy educado y respetuoso, no lo puso en su lugar o mucho menos reaccionó mal y ahora estaban sentados en el mismo sofá con su amiga, intentando no con mucha convicción pretender que estaba todo normal entre ambos.

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