Sí Señor (Porque Yo lo digo 2) romance Capítulo 116

— Si van a estar con miraditas raras mejor los dejo solos —anunció levantándose del sofá—. Bajen en 5 minutos, me suenan las tripas y me muero de hambre

— Musa, recuerda tener cuidado con las calorías

— ¿Eso por qué? Tiene que alimentarse bien —intervino Wes, en desacuerdo

— Solo por unos días, trabajo en un diseño y necesito que entre en el

— Entonces debes olvidar tus papitas con mostaza, si pudiera las desayunaría —bromea Wes, relajándose un poco tomando la mano de su amiga con cariño

— Ya no estoy escuchándolos y nada de esos comentarios delante de Nic, él quiere que engorde pronto

Les advirtió rodando los ojos, como si no entendieran lo complicado que es el tema para algunas chicas, bajar de peso no es fácil. Y Dani, odia hacer ejercicio. Le dio un apretón a la mano de Wes, y se fue a buscar a Nicholas.

— Tiene miedo de no poder volver a su peso normal —susurra Theo, viéndola alejarse

— Lo entiendo y a Nicholas, está ilusionado y poder ver la panza de Dani, lo tiene algo preocupado, por el asunto de la depresión y lo delgada que estuvo, lo asimila a que esté sana

— Bueno ella, está feliz, no dudo que pronto veamos su pancita bien redonda —sonríe Theo, contemplando el perfil de Wes, que sigue mirando hacia la puerta

— Vuelve a comenzar, es un buen inicio, ya hizo planes permanentes…, quiere que cenemos todos los viernes por el resto de nuestras vidas

— Una tradición, es bueno tener de esas

— Si…

Algo nervioso Wes, no fue capaz de girar la cabeza para encontrar la mirada de Theo. Quería decirle algo pero no sabía qué. Así que optó por guardar silencio y esperar a que el diseñador lo hiciera primero

— No tienes que sentirte incómodo —soltó Theo—. No debí intentarlo, fue muy pronto

— ¿Pronto para qué? —se giró y recibió el impacto de ese rostro bronceado y varonil fijo en él

— Wes ¿recuerdas la “cita a ciegas” que nos hizo Dani, hace ya tanto tiempo?

— Últimamente no dejo de pensar en otra cosa —confiesa Wes, apartando la mirada un instante

— Yo tampoco, fue incómodo y no paré de hablar en ningún momento, fui un idiota arrogante no me interesaba un novio

— Estoy de acuerdo, fuiste arrogante —asiente algo más relajado

— Desde entonces me he cuestionado mis decisiones en cuanto a mi vida “amorosa” tú, fuiste solo porque Dani, te lo pidió y yo por curiosidad, quería saber quién eras, ella hablaba tanto de ti y lo atractivo que eres

— ¿Y?

— Lo eres —afirma sonriéndole—. Y fui un idiota. Por mucho tiempo me lamenté no haberte dado una oportunidad, en realidad me pusiste nervioso y hable y hable. El caso es que ni tú ni yo estábamos preparados para conocernos y me gustas mucho Wes, durante todo este tiempo que ha transcurrido he cambiado de pensar, fue hace un año ¿no?

— Creo que si

— Vaya, tienes un efecto especial en las personas, una vibra buena

— No te gusta el compromiso y te acuestas con mujeres —ignoró su comentario recordándole su estilo de vida

— Eso… —comenzó a explicarse pero se detuvo—. Es cierto, pero ha pasado un tiempo desde que lo hice, comencé a sentirme incómodo y lo dejé, lo prometo

— ¿Ha si? —no pudo ocultar su sorpresa ¿qué hacía?

— Sí, me sentí vacío, buscaba estas relaciones sexuales solo por el placer y esta sensación de soledad comenzó a invadirme, nunca le di la oportunidad a alguien de quererme, no confío, lo hice con mi familia y ya ves que hasta mis hermanos se alejaron de mí…, no tengo a nadie

— Siempre estás rodeado de gente…, lo lamento

— No lo hagas, solo prométeme ayudarme

— ¿A qué?

— Dame una oportunidad, quiero que me conozcas, no soy el idiota superficial que pretendo ser la mayoría del tiempo y esa gente solo quiere algo de mí o les pago

— Sé que no eres superficial, no necesitas convencerme de nada

— ¿Cómo lo sabes? —preguntó con curiosidad y algo sorprendido, llevaba una vida superficial hace tiempo

— Lo sé por como tratas a Dani, la cuidas y te preocupas por ella

— Es una joya, me inspira

— Tu “Musa”, me queda claro, pero con ella eres diferente además la otra noche fuiste honesto y me contaste acerca de tu pasado, tu familia, confiaste en mí

— Sé que no le venderás la historia a una revista —le guiña provocando que se ruborice

— Claro que no —le aseguró

— Entonces ¿Cuándo tendremos la primera cita? —quiso saber usando su tono aterciopelado e íntimo acomodándose más cerca de Wes

— Eh…, bueno ahora mismo no estoy trabajando por las vacaciones…

— Muy bien, iremos por un par de copas luego de la cena y en unos días tendremos nuestra propia y privada cena ¿te parece bien?

— Si, suena bien… —tragó saliva con fuerza, nervioso de tenerlo tan cerca

— Grandioso, hora de ir a cenar o Dani, se pondrá de malhumor

— Voy a estar bien, recuerda que he tratado con él —intenta distraerlo acariciándolo

— Y yo he escuchado lo que piensa de ti, no es agradable y me hace enfadar solo pensar en el infeliz

— Vamos a dejar esta discusión, voy a permitir que sigas masajeándome el pecho y a disfrutar el trayecto

— Bien, perdón

Sonriendo satisfecha depositó un suave beso en los labios de su prometido y volvió a su lugar preferido, los brazos de Nic.

La famosa gran cena navideña fue llevada a cabo en un importante teatro en el centro de la ciudad, el mismo que años atrás Imperio había restaurado y vuelto a dar ese esplendor moderno conservando sus antiguos cimientos.

— En la recepción se encuentra Tamara, búscala ella te hará compañía y te enseñará el lugar al que tienes que llevar al bastardo ese

— De acuerdo mi amor, nos vemos luego

— Sí, ayúdame a deshacerme de esas mujeres desesperadas que solo piensan en quitarme la ropa

— No me provoques Nicholas —lo golpeó con suavidad en el pecho

— Perdón, pero lo digo en serio, mantenme ocupado no quiero escuchar las historias o los planes de vacaciones de nadie, solo los nuestros

— Tendrás que aprender a hacerlo

— Solo ten cuidado, te amo

— Yo también te amo y no te acerques a menos que te lo pida

— Dani —protestó

— Ya me voy, te veo luego bombón

Volvió a besarlo y esta vez bajó envuelta en su abrigo a juego con el hermoso vestido color rojo que gracias a Theo, le quedaba como guante de seda.

Con una copa de soda y limón en la mano Danielle, se paseó por la recepción. Fue muy agradable ver la cara tan familiar de Tamara, luego de tanto tiempo, la conversación la ayudó a relajarse un poco ya que desde la barra vio entrando a Edith y su esposo, lo que solo podría significar una sola cosa

DRAMA

Pero la noche acababa de comenzar así qué pasó de ellos y se centró en un solo objetivo.

El japonés de mierda

Tamara, le comentaba acerca del nuevo jefe mientras daban un paseo, le enseñó el salón al que debía llevar al japonés, todo bien, estaba cerca y habían un par de hombres bebiendo y fumando por lo que no estarían solos, de regreso una extraña sensación la invadió, de inmediato se sintió incómoda, expuesta y no sabía el motivo. Acompañó a Tamara por un bocadillo al buffet mientras la escuchaba contarle algo sobre su hija a quien conoció una vez y entonces su extraña sensación tuvo explicación. Captó la mirada de Kobayashi, sobre ella, justo al otro extremo, cruzando el salón estaba el hombre de la noche acompañado de dos grandulones que lo resguardaban en todo momento, claro, esperaba que Nicholas, intentara confrontarlo y el muy cobarde llevó a un par de gorilas. Le sostuvo la mirada unos segundos, lo suficiente para que supiera que lo había visto pero que no tenía intenciones de acercarse. Era muy pronto, necesitaba un momento para prepararse. Entonces Tamara, la sorprendió presentándole al nuevo jefe de IMPERIO CO., un hombre encantador que sabía perfectamente quien era ella, la prometida del dueño. Mientras Danielle, intentaba concentrarse en su conversación Kobayashi, comenzaba a acercarse con toda calma y esa perversa mirada sucia instalada en el rostro, pero Dani, trató de prolongarlo todo lo posible, sentía como recorría su cuerpo y eso le revolvía el estómago

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