— Muy bien, si ya no vas a comer nada entonces toma una ducha y te pones la pijama
— ¿Ahora?
— Sí, ahora mismo, voy a secar tu cabello rebelde no quiero que te resfríes, ya está cerca la temporada fría, odio el invierno
— De acuerdo
Hizo lo que su amigo le pidió, se dio una ducha caliente y luego dejó que le cepillara y secara el cabello, siempre le ha gustado que le acaricien el cabello, le provoca un cosquilleo agradable en la nuca.
— Listo, a la cama que su príncipe azul me escribió que viene de camino
— No tenía que venir… —susurró algo culpable por haberlo hecho perder su mañana
— ¿Tú crees que se va a perder la oportunidad de dormir con su sensual novia? No, no lo creo, así que no te sientas culpable, solo actúa como un novio que se preocupa
— ¿Lo crees o me lo dices para que no me ponga tonta?
— No ha parado de escribirme en todo el día, a las dos horas de haberse marchado comenzó y ya nadie lo detiene
— Odia los gatos… —hace un puchero
— ¿No quiere a Muffin? ¡Pero si es una cosita hermosa y tierna!
— Creo que no le ha dado una oportunidad, tiene mucho trabajo y preocuparse por mí le quita tiempo
— Oye, no, tiene que preocuparse, así es como funcionan las relaciones
— Lo sé, pero no tiene una novia muy normal que digamos, tomo los malditos antidepresivos, píldoras para dormir, voy al psiquiatra y ya perdí la cuenta
— Y qué, no hay excusas ni para él, ni para ti. Punto
Sentenció molestándose por su modo de rendirse, pero no se lo iba a permitir. Ni a ella ni a Nicholas.
— Gracias Wesito
— Quiero ver una sonrisa en ese rostro y Nicholas, es bastante bueno en eso
— Lo es —suspira pensando en su novio—. ¿Quién te llamó cuando estaba en la ducha? —intentó cambiar el tema
— Nicholas y luego hablé con Leo
— ¿Leo? ¿Va todo bien, Mika, está bien? —preguntó preocupada
— Bien, todo bien, está preocupado dice que Mika y tú no están en buenos términos y que no le aceptas ninguna invitación hace más de un mes, incluso a él lo rechazas ¿hay algo que quieras decirme?
— Es culpa de la terapia..., soy una bomba emocional el doctor Kaen, insiste en repasar todos los problemas de mi vida para poder eliminarlos definitivamente pero siento que tienen el efecto contrario
— Oh mierda ¿ya hablaron de la pelea con las chicas? —hizo una mueca de dolor cerrando los ojos
— Si..., prácticamente le recité todo lo que me dijeron, no olvido una sola palabra y ese no es mi “problema”
— No confías en ellas como antes, lo sé
— Exacto, lo intenté, pero no es como antes la confianza ciega que les tenía se quebró cuando se unieron para atacarme, para insultarme
— ¿Por eso no quieres ver a Mika?
— No —toma una profunda respiración—. Estoy celosa porque..., porque ella está embarazada y yo..., yo desearía no haber perdido a mi bebé y…, mis dos amigas tienen lo que yo perdí y siento que…, que… —se echó a llorar
— Mierda
Preocupado la abrazó intentando calmarla, estaba bien sentir celos pero no debía apartar a la gente, a sus amigos.
— Detesto ser una llorona pero siento que todo se me viene encima y que no tengo fuerzas para levantarme
— Calma, estás trabajando para superarlo vas a volver a la universidad, tienes novio, una gatita mimada, a mí, a Aaron, que por muy despistado que sea siempre está para ti…, Theo, la lista sigue
— Nic, quiere conocerlos a todos... —susurra recordando su conversación con el—. Como una cena con sus amigos y los míos
— ¿Y qué te asusta? A mí me parece la ocasión perfecta para que nos reunamos todos. Los chicos quieren que nos veamos todos, han pasado meses
— Me asusta que los amigos de Nic, se den cuenta que no estamos al mismo nivel
— ¿Qué mierda significa eso? Tú eres un ser humano y muy valioso, el más valioso —rompió el abrazo molesto—. No quiero volver a escucharte decir algo así ¡ni pensarlo!
— Es que yo...
— Ya es hora que te preocupes por tu imagen, está bien ser vanidosa, eres una chica hermosa, pero que no puede seguir yendo por la vida solo en jeans o ropa de deporte.
— ¿Debería sacar mi autoestima de debajo de la cama?
— ¡Por supuesto! Necesitamos ir de compras y conseguirte un nuevo guardarropa para cuando vayas a clases
— Solo dame unos días, tengo que ver al doctor Kaen, es mitad de semana y no lo he visto una sola vez
— Ve a lavarte la carita, tu hombre debe estar por llegar y no puedes recibirlo con lágrimas en los ojos
— ¿Ya te vas?
— Sí preciosa, mañana tenemos que dejar el dolor de lado y encargarnos de cosas importantes
— Puedes reenviarte los correos, mi celular está en algún lugar de la sala
— Ve a refrescarte y a la cama, te quiero
— Y yo a ti Wesito
Un abrazo afectuoso y Wes, fue por esos correos, no estaba dispuesto a que el patrimonio de Jazmin, se perdiera. Se reenvió los correos de Galvin, y salió del apartamento a esperar a Nicholas, junto a las escaleras.
— Wes, buenas noches ¿Cómo está Dani?
— Sensible, pero está mejor
— Gracias por cuidar de ella
— Nicholas, debes controlar tu temperamento la depresión de Dani, es seria y pese a que no tiene tendencias…, suicidas, siento que empeora y cada día es más grande, tenemos que mencionar más a Jazmín, aunque llore, pero tiene que acostumbrarse, recuérdale momentos, lo que sea
— Tal vez deberíamos pedirle su opinión a Kaen, no lo tomes a mal, estoy de acuerdo contigo y quiero que superemos esto pero con responsabilidad, no quiero cagarla
— Nos vemos en unos días
— Puede llamarme
Daniel, solo asintió para luego retirarse pensativo, pudo escuchar la breve conversación que Nicholas y Galvin, tuvieron y sentía curiosidad por saber más acerca del tema.
— ¿Nic?
Danielle, apareció en la sala interrumpiendo su lectura. Cerró la carpeta de golpe y la dejó caer en el sofá mientras se acercaba a ella
— Hey, buenos días cariño —besó su mejilla—. ¿Dormiste bien?
— Si... ¿estabas hablando con alguien? —señaló la puerta
— Estaba al teléfono. Oye aún es temprano ¿y si regresamos a la cama? —propuso rodeándole los hombros
—Tengo hambre —suspiró al escuchar a su estómago retorcerse de hambre
— Yo me encargo ¿quieres donas? ¿Croissant?
— Si, ambos
— Todo lo que quieras
Sonriente la besó en los labios y la regresó a la cama. Se recostó junto a ella para ordenar el desayuno en la aplicación, era una buena señal que tuviese apetito así que pidió mucha comida pensando en que tuviera para comer más tarde
— No quiero que pierdas toda la mañana por mi culpa
— ¿De qué culpa me hablas?
— Hago que te retrases en el trabajo
— No, haces que pase más tiempo con la mujer que me vuelve loco —afirma besándola con fuerza
— Quiero que te vayas después de desayunar, tienes mucho que resolver aún
— De acuerdo pero necesito saber qué harás hoy y con quien
— Voy a estar bien —intentó convencerlo
— Insisto
— Te llamaré
— Y escríbeme también
— Si Nicholas, también te voy a escribir
— Eso es, vamos a cenar esta noche, traeré tus papas fritas y ensalada o algo nutritivo
— Gracias
— Nono, las gracias las quiero en la cama
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