Sí Señor (Porque Yo lo digo 2) romance Capítulo 82

Estaba a punto de ir y abrirle la puerta para que se largara de una vez cuando escuchó sonar su celular desde la habitación y sin importarle que estuvieran en medio de una discusión se giró para ir a responder la llamada que probablemente era de la veterinaria

— ¿Dónde vas? —alzó la voz

— A mi habitación, ya conoces la salida

Ignorando sus protestas corrió a su habitación, y contestó la llamada con temor de escuchar lo peor. Estaba temblando solo quería que su gatita no sintiera dolor, que no sufra y que no estuviera muerta

— Hola…, si…, habla ella ¿cómo está Muffin?

Un furioso Nicholas, la siguió a la habitación con la intención de continuar con su discusión, pero en cuanto la escuchó al teléfono y escuchó su voz supo que algo no estaba bien, se quedó en el marco de la puerta escuchándola, se oía vulnerable…, apagada y apenas conseguía hablar con claridad

— ¿Se pondrá bien? ¿Si accedo al procedimiento se pondrá bien o es solo una posibilidad? ¿Cuáles son los riesgos?

— Bien…, intentaré ir mañana temprano ¿lo conseguirá si voy mañana?

— De acuerdo, gracias.

Dejando caer el celular sobre el colchón se llevó ambas manos al rostro y susurró para sí misma

— ¿De dónde voy a sacar dinero para pagar esto justo ahora?

Antes de ser descubierto husmeando regresó a la sala, solo fueron unos cuantos pasos y pretendió que seguía en su anterior estado

— ¡Danielle!

La llamó desde la sala.

— ¿Qué pasa ahora Nic?

Arrastrando los pies se asomó por el pasillo, y lo miró a la espera de escuchar lo que quería decir ahora.

— Lamento haber llegado tarde, mañana si vendré a la hora

— Está bien… —murmuró desanimada

— ¿Te molesta si uso el baño antes de irme?

— Claro que no

Con decisión fue hasta la puerta frente a la habitación y entró, aguardó unos instantes a que Danielle, saliera del pasillo hacia la cocina y se escabulló por el celular de Danielle, se encerró en el baño, digitó la clave de 6 dígitos que muchas veces le vio ingresar y marcó el último número que había llamado.

— Clínica veterinaria Pet Paradise…

— Buenas noches, acaban de llamar a mi novia, Danielle Ross

— Oh sí, es por su gatita Muffin, para ponerla al corriente

— Necesito información sobre su estado, mi novia no está muy bien con la noticia y no he entendido mucho serías tan gentil de aclarármelo

— Claro, es comprensible la pequeña tiene múltiples fracturas y heridas profundas, perdió mucha sangre, necesita varias cirugías señor

— ¿Debemos firmar algún tipo de consentimiento?

— Sí, el dueño, en este caso Danielle, debe firmar el consentimiento y el acuerdo por el presupuesto

— Quiero hacer esto lo antes posible, yo iré a firmar los papeles, mi novia se encuentra indispuesta

— Creo que podríamos hacer una excepción, señor…

— Allen, Nicholas

— Muy bien señor Allen, lo esperamos, tendrá que llamar a este mismo número o tocar, el horario de atención ya acabó y durante la noche solo atendemos urgencias

— Bien, necesito la dirección

Una vez que obtuvo la información que necesitaba regresó el celular a su lugar y fue hasta la sala. Danielle, estaba sentada con una nueva taza de té en las manos mirando al vacío. Se inclinó y depositó un beso en su mejilla antes de despedirse, no estaba seguro que lo registrara, estaba realmente preocupada

La mañana siguiente cuando Danielle, se preparaba para salir al veterinario a primera hora para poder ver a su gatita, Nicholas, la llamó

— ¿Qué haces mi amor?

— ¿Nicholas? Voy a…, a hacer unos recados —mintió algo extrañada con su buen humor

— Estoy cerca, te acompaño

— Pero… ¿no tienes trabajo? Son solo las 8 de la mañana

— No tengo nada esta mañana, espérame en la entrada y no te vayas sin mi

— De acuerdo

Confundida lo esperó en la entrada y cuando vio su deportivo negro acercándose intuyó que algo ocurría ya que ahora utilizaba chofer. Sin cabeza para pensar en nada más subió al auto y para cuando se dio cuenta estaban fuera de la clínica veterinaria

— Debiste decírmelo Dani, mira tú carita, no dormiste en toda la noche

— A ti no te gusta mi gatita y las cosas no han estado bien entre nosotros Nic —explicó apagada

— Sé que soy odioso pero me gustas tú y si a ti te gusta esa bola de pelos, entonces a mí también

— Nic…, ella está mal —intentó explicarle pero las lágrimas y el nudo en su garganta se lo impidieron

— Ya la operaron, anoche, todo salió bien, por favor perdóname me contaron que se escapó cuando saliste a esperar a tu novio, va a estar bien, es fuerte y rechoncha, lo prometo

— Yo… —nuevamente no fue capaz de hablar

— Ven aquí

Soltándole el cinturón de seguridad la atrajo en un fuerte abrazo, no la soltó, dejó que llorara ignorando sus intentos por alejarlo, no le gustaba que la viera así de vulnerable, pero no tenía fuerzas para resistirse…. Cuando consiguió componerse, Nic, la ayudó a limpiar su rostro antes de bajar del auto y entrar a la clínica. No dejó de abrazarla hasta que les permitieron ver a Muffin.

— Nic… —susurró volviendo a llorar, pálida por la impresión—. Le falta una patita

Se llevó las manos al rostro para acallar su llanto, lloraba desconsoladamente pensando en su pequeña traviesa

— Lo sé amor, lo sé, calma —la consoló atrayéndola nuevamente a su pecho—. El hueso estaba muy dañado, era necesario para que su cuerpo sane y pueda desarrollarse, aun es pequeña y está en crecimiento

— Pero su patita…

Nada consiguió consolarla, su corazón roto volvió a romperse, Muffin, solo tenía 6 meses. Era una bebé. Sobrecogido con lo mal que la estaba pasando Nicholas, la llevó a su casa y en cuanto Danielle, vio a Patricia, se lo contó todo entre lágrimas, se sentía tan culpable del hecho que perdiera una de sus patitas…

— Ay mi vida, calma que esa criaturita tiene 7 vidas y estoy segurísima que se adaptará, la vamos a cuidar juntas y a mimarla mucho, mucho

Nicholas, las dejó hablando en la sala un momento mientras le avisaba a su secretaria que se iba a tomar la mañana libre y que trabajaría desde la casa por la tarde.

— Patricia, puedes prepararle un té o algo para que descanse, no durmió nada anoche

— Por supuesto, tengo unas hierbas que la ayudaran, Dani, linda, todo va a estar bien, vamos que me gustaría visitarla ¿qué dices?

— Gracias Patts

Danielle, bebió el té en la sala junto a Nic, que no dejaba de mirarla y escribir en su celular con una extraña expresión en el rosto

— Yo…, lamento que hayas perdido la mañana

Dijo sin saber qué más podía decir. Dejó la taza vacía en la mesita auxiliar y se levantó cruzándose su bolso lista para marcharse

— ¿Qué haces? —se puso de pie también

— Me voy a mi apartamento, debes tener mucho trabajo que hacer

Dicho esto se levantó de la sala y fue por sus cosas a la habitación, al regresar Nic, continuaba donde mismo pero ahora con la palabra “culpable” escrita en la frente

— Gracias por tu apoyo, voy a necesitar la factura de la clínica, no quiero olvidar pagarla y que dejen de cuidar a Muffin

— Dani, ya está todo pagado, no te preocupes por eso

— Oh… —incómoda apartó la vista, no quería tener que hablar de dinero con él

— ¿Podemos hablar?

— No tengo tiempo, además ya es un poco tarde para eso

— Al menos llévate el auto, es tuyo, fue un regalo, hice que le llenaran el tanque —suspiró resignado, seguía enfadada

— No fue un regalo, solo me lo impusiste

— Lo necesitas, por favor acéptalo, pronto será tu cumpleaños, tómalo como un regalo adelantado

— De acuerdo…, voy a usarlo

Murmuró no muy convencida pero sus ojos de cachorro abandonado la ablandaban, así que necesitando aire, se despidió manteniendo la distancia y salió de la casa, el auto ya se encontraba en la entrada y Patricia, aguardaba por ella así que juntas se marcharon. Visitar a Muffin, y escuchar a la doctora la calmaron un poco, pero no iba a estar tranquila hasta que la viera despierta

Luego de una terrible tarde con su ex novio, ese que la dejó por “pobre” Theo, la rescató, ayudarlo con sus cosas de diseñador la distrajo y alivió. Lo acompañó a esa presentación de su línea de ropa interior vistiendo un hermoso vestido creado para ella, siempre lo decía, es su Musa. Fue agradable y que el evento fuese a las 10 de la noche la ayudó a no pasarse la noche llorando. Llegó rendida y directo a la cama.

El martes se toparon en la clínica, ella acababa de visitar a Muffin, y estaba realmente aliviada de ver a su gatita consciente y viva. Fue como volver a respirar.

— Danielle

— Nicholas, hola ¿qué haces aquí?

Estaba incómoda, no esperaba verlo, seguía descifrando qué hacer con su situación.

— Vine a asegurarme que no le falte nada a Muffin

— ¿Qué? ¿Vienes a pagar?

— Bueno, sí

— No por favor, yo puedo hacerlo, me dijiste que ya estaba todo saldado

— La cirugía, sí, tranquila ya está todo bien, la Doctora me comentó que en un par de días puede ir a casa

— ¿Hablas con su Doctora? —no pudo evitar la sorpresa y que se preocupara por su gatita

— Claro, la llamo todos los días

— Oh… ¿Por qué? A ti no te agrada mi gatita

— Porque es importante para ti

— No tienes que hacerlo Muffin, es mi responsabilidad

— Culpa

— No lo vuelvas a hacer, sé que tus intenciones son buenas pero me hace sentir como si quisieras comprarme, sé que estás acostumbrado a solucionar todo con dinero pero es una relación, hacen falta más que solo palabras

— ¿Me lo vas a poner difícil?

— ¿Difícil? La vida es difícil Nicholas, no viene en bandeja de plata

— ¿Qué quieres que haga?

— Sabes lo que tienes que hacer

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