Danielle
Jaz, estoy embarazada
¡Ahora lo entiendo todo! O al menos algunas cosas que me estaban pasando y que no tenían sentido o al menos eso pensaba. Bueno lo tienen. Lloro por todo, ahora mismo estoy llorando pero es porque no estás aquí y te necesito. Tengo miedo…, no quiero lastimar al bebé yo…, ni siquiera sé qué tengo que hacer…, ojalá estuvieras aquí tú, sí lo sabrías Jaz. Ojalá hubieses estado a mi lado cuando ese estúpido e insensible doctor me lo dijo como si fuera lo más normal del mundo, fue horrible, como un golpe en el estómago, sentí como mi cuerpo se congelaba, fue como si…, fue como volver a ese día, el dolor en mi pecho no me dejaba respirar, no quiero un bebé si tú no estás conmigo…, hay tanto que añoro de cuando estábamos juntas, daría lo que fuera por volver a verte, aunque solo sea una vez, podría decírtelo mirándote a esos dulces ojos, te extraño
Extraño tu aroma alegre
Extraño tu sonrisa cariñosa
Extraño tu mirada tierna y comprensiva
Extraño nuestras conversaciones
Extraño verte casi todos los días
Extraño que me cuides, que te preocupes por mí
Creo que aún no lo acepto, no lo siento en mi cuerpo…, cuando Lee, me lo dijo hace años, cuando me dio la “noticia” yo tuve esta sensación, esta conexión cuando anunció que tendría una niña, cuando dejé de negármelo y lo acepté todo en mi cambió, estaba lista para pelear por mi bebé y cuidarla, para no dejar que nadie e hiciera daño y…, acabé haciéndolo yo. Ese día dejé de ser feliz, ese día me quedé sola.
No se lo voy a ocultar a Nicholas, ni a mis amigos pero primero quiero dejar de temblar, de llorar, de sentirme como la mierda, he estado bebiendo café y lo detesto, abuso de las bebidas energéticas y comida chatarra de una máquina, quiero una de tus increíbles lasañas, quiero una noche contigo y Aaron, cuando era feliz y no importaba cuantos errores cometiera el hombre del que estoy enamorada, podía soportarlo porque te tenía en mi vida. Tú me recordabas que hay cosas por las que vale la pena aguantar, el amor no es fácil, si lo fuera no existirían los divorcios, lo bueno cuesta y si sientes que ese hombre es tu mitad entonces tú decides hasta donde llegar.
Llegué al límite. Me aparté, le pedí que lo arreglara y me fui. Pero no para arreglar mi vida, la empeoré o empeoró, ya sabes que no creo en eso del destino, la vida son decisiones y las mías me llevaron a perderte. Pero no más, no quiero hacerlo nunca más. Quiero que Nicholas, regrese y me diga la verdad, le puedo perdonar todo menos que me engañe.
Voy a hacerlo bien Jaz, por ti y por mí. Por nosotras.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Sí Señor (Porque Yo lo digo 2)