— Prometo que no tardaremos mucho, máximo 2 horas
— Está bien, Nicholas
— Solo vamos a averiguar qué es lo que quiere mi papá
Nicholas, acababa de recogerla en la entrada de su edificio y desde que se subió a su auto que trataba de asegurarle que no tardarían, se sentía nervioso e incómodo con el hecho de estar llevándola por primera vez a su casa de infancia, más nervioso aun con lo que sucedía entre ellos, la tensión se sentía solo con tocarle la mano, estaba realmente preocupado, aunque Danielle, comenzaba a sospechar que era por su familia y no por su situación
— No creo que sea algo tan terrible
— En estos momentos lo pondría en duda, no ha dejado de insistir en que quiere hablar contigo
— ¿Solo conmigo?
— Es absurdo, intenta hacerme creer que no es nada grave, pero se niega a darme detalles, está ocultando algo y no quiero que te diga algo inapropiado
— ¿Cuál es el problema Nic? Solo quiere hablar, ya relájate, estás muy tenso
— No quiero a nadie entrometiéndose entre nosotros, he hecho un esfuerzo inmenso por respetar lo que me has pedido y solo ha pasado un maldito día
— No maldigas —pidió de pronto muy seria
— ¿Por qué no? —confuso la miró de reojo
— Solo no lo hagas, por favor —pidió pensativa
Con curiosidad la observó por unos instantes y luego regresó su mirada al tráfico. Estaban llegando a casa de sus padres y pese a que él, se sentía incómodo por todo lo que estaba pasando, ella, solo era Danielle, y eso lo aliviaba un poco, se veía algo más tranquila que hace una noche atrás y eso lo hacía pensar que debía respetar el espacio que le pidió
— De acuerdo —accedió a su petición de no maldecir por muy extraña que le pareciera
— ¿Hace cuánto que no vas con tus padres? Estás nervioso y no es por la conversación que tu papá quiere tener conmigo ¿está todo bien, hay algo que deba saber?
— Tensa, he tenido varios encuentros con mi hermana y en cada ocasión acaba con una llamada de mi mamá histérica exigiéndome que me disculpe por algo que no he hecho, piensa que “maltrato verbalmente” a Kristall
— Solo hablé con ella una vez cuando aún era tu asistente y… —guardó silencio un instante pensando en lo que iba a decir—. Era un poco, bueno muy parecida a Vanessa, pretenciosa como tú, vanidosa con esa mujer y un poco mimada
— ¿Poco? —rió nervioso—. Mimada hasta las orejas, se ha convertido en una copia de Vanessa, por desgracia —suspiró con fuerza, ya habían llegado.
— Esperemos un minuto —pidió Danielle, al ver la propiedad
Con la boca abierta admiró la tremenda casa de infancia de Nicholas, ahora podía entender por qué era tan altanero y “niño rico” como solía llamarlo. La casa casi era un mini castillo modernizado, una obra de arte extravagante al exterior, ya podía imaginarse el interior
Cuando ambos se sintieron listos bajaron del auto sin la necesidad de decirlo en voz alta, Danielle, tomó de la mano a Nicholas, podía sentir a distancia lo tenso que se encontraba con la situación, no solo por estar llevándola a su casa, sino que por la difícil relación que tiene con su familia y que no le mencionó nunca. El mayordomo y el ama de llaves les dieron la bienvenida en la entrada principal, tomaron sus abrigos y aguardaron a que les dieran instrucciones
— Está bien, continuamos solos
Nicholas, los despachó y entrelazando nuevamente sus dedos con los de Danielle, la guio a la sala donde su madre suele recibir invitados, adoraba esa habitación, siempre estaba redecorándola y presumiendo con sus amistades importantes. Para su sorpresa y como si la situación ya no fuera lo suficientemente incómoda Vanessa, se encontraba muy cómodamente sentada junto a su hermana Kristall, ha estado intentando hablar con ella desde que dejó el apartamento de Danielle, hace un día. También se encontraba su madre, todas bebían una copa con total naturalidad y demasiado bien vestidas
— Buenas noches
Alzó su fuerte voz Nicholas, saludando en general para llamar su atención y que notaran su presencia
— Nicholas ¿dónde se metió Roberta? Esa mujer cada día hace peor su trabajo
— Crecí aquí, no necesito que “Berta” me anuncie mamá
— Adelante entonces
Les hizo una seña a ambos para que se acercaran, su voz cargada de ironía y su mirada llena de prejuicios observaron cómo iba vestida Danielle, para el resto ella lucía perfecta, pero para Irene Allen, nadie lo estaba, nunca.
— Vamos a compartir una copa, pueden tomar asiento frente a mis niñas —señaló el sofá seccional frente a Kristall y Vanessa
— No olvides tus modales “mamá” —siseó apretando los dientes, sabía lo que hacía e ignorar a Danielle, era absolutamente intencional
— Buenas noches Señora Allen, gracias por la invitación — intervino antes que alguno dijera algo que provocara al otro, podía reconocer aquella mirada, la misma del Nicholas, cabreado que conocía bastante bien
— Buenas noches Danielle, ponte cómoda
Con la sonrisa más fingida que pudo Irene, saludó ganándose con eso una llameante mirada de advertencia por parte de su hijo. Sí, la noche no sería “acogedora”. Pero Nicholas, mordió su lengua y se tragó cualquier posible comentario para no incomodar a Danielle, simplemente le rodeó la cintura y la guio para tomar asiento donde su mamá, les indicó. Irene, tintineó una campanilla y enseguida Roberta o “Berta” como Nic, y su hermana la llaman desde niños, les sirvió una copa de vino tinto y así como llegó desapareció.
— Deja que te consiga otra cosa —le murmuró Nicholas a Danielle, al ver la copa en su mano
— Así está bien, no te atrevas a dejarme sola…
Sonriendo por su petición y cercanía impulsivamente depositó un beso en su mejilla y luego le dio un buen trago a la copa de Danielle, dejándola de lado y así liberarla de tener que sostenerla.
— Hola hermanito ¿hay algún problema? Sabes que es de mala educación secretearse frente al resto
— No empieces Kristall —le advirtió sin quitarle la mirada a Danielle
— Entonces dinos que sucede —insistió provocándolo
— Danielle, no bebe alcohol —soltó de malas
— ¡Ay que dramática! ¿Acaso está embarazada o es que no sabe apreciar una buena copa de vino? Ya sabes, de calidad
Las palabras de Kristall, tomaron por sorpresa a Danielle, aún no lo hablaba con nadie…, solo con su tía, intentaba descubrir cómo se sentía antes de contarle a Nicholas y a sus cercanos…, Jazmín, no se lo perdonaría si lo ocultaba y ella sinceramente tampoco
— Te aseguro que los gustos de Danielle, son exquisitos…
Comenzó a decir pero entonces vio la expresión su rostro y la idea se plantó en su cabeza, no pudo evitar examinar su cuerpo buscando alguna señal, descendió desde su rostro maquillado de modo natural congelándose en su vientre dándole vueltas a la idea en silencio
— ¡Nicholas! —lo llamó su hermana en ese tono autoritario tan propio de él
— No va a pasar JAMÁS —espetó Nicholas, tajante.
— En ella tienes todo lo que necesitas —insistió Irene
— Lo pondría en duda mamá, no la conoces como yo, a ti solo te muestra su “cara bonita”
— Nico, mucho cuidado con cómo me tratas, no te lo voy a permitir solo porque Irene, esté presente —intervino Vanessa, con la más hipócrita de las voces
— Manipuladora —gruñó Nic, al escuchar su oculta amenaza
— Basta —le advirtió Irene
— Como sea, Dani, es la mujer que YO necesito y eso es suficiente para mí, ve haciéndote a la idea, todas ustedes
— No voy a permitir a esta “chica” en mi familia Nicholas
— ¿Qué estás diciendo? Eso no depende de ti —alzó la voz sorprendido y molesto
— Te prohíbo que uses ese todo en mí Nicholas, soy tu madre
— Hace mucho tiempo que dejé de preocuparme por el modo en que te hablo ¿recuerdas que me prohibiste entrar a la casa?
— Estás inventando —finge no recordarlo
— Vamos Kris, no te quedes tan callada ¿no vas a opinar? —observó a su hermana alterado, este era el motivo por el que no iba a casa
— Vanessa, es la mujer ideal para ti hermanito, es cierto
— Vaya que les lavó bien la cabeza —comentó Danielle, sorprendida por lo cegadas que ambas tanto madre como hija estaban por esa mujer
— No te permito ese tipo de comentarios, menos con mi familia —chilló Vanessa, ofendida
— Que disparates dices, tú solo eres la “vecina”, ya basta, ni siquiera tendrías que estar aquí, es una “cena familiar” aunque no lo parezca
— ¿Me estás corriendo Nico?
— Si, ve con tu mamá y deja de meterte en mis asuntos y de manipular a mi familia
Nicholas, solo se contenía porque Danielle, no dejaba de apretar su mano, la horrible sensación de ser rechazado por tu propia familia le revolvía el estómago y no estaba dispuesto a admitirlo, menos frente a su mamá. Buscando controlar su temperamento dejó salir el aire de sus pulmones con fuerza, esto era cada vez que pisaba esa casa, Irene, lo atacaba, criticaba y reprochaba sus acciones, lo culpaba de todas sus desgracias, era fácil para ella hacerlo así. Podía contar con que Vanessa, estaría a su lado dándole la razón y diciendo lo que necesitaba oír.
— Ya cierra la boca, no humilles a mi invitada Nicholas, y baja el tono que no hablas con tus empleados, soy tu madre y esta es mi casa así que me respetas ¿quedó claro?
— ¡Increíble!
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