Una Semana después
Julio 6 (Málaga)
—¡¿Franchesco, me dirás donde me llevas?!— Insiste Dana mientras conduzco rumbo al aeropuerto.
He decidido que nadie de mi familia sepa que nosotros dos nos iremos de viaje. Prefiero dejar el auto estacionado allí antes de pedirle que nos lleven. La miro rápidamente y le sonrió —¡No!— Respondo y ella me hace cosquillas.
—Me has pedido que metiera de todo en la maleta, pero ni siquiera sé a dónde vamos...— Se queja como niña pequeña.
Rio ante su actitud e intento seguir conduciendo normalmente a pesar de que intenta distraerme. —No seas impaciente, de todas formas, te enteraras cuando lleguemos al aeropuerto y embarquemos. — Explico y ella se cruza de brazos.
—Vale... solo dime que nadie nos conocerá allí. — Me pide y entiendo perfectamente su pedido, yo también necesito estar completamente liberado de quien soy junto a ella.
—Nadie nos conocerá, eso tenlo por seguro. — Digo firme y ella se sonríe.
Observo como comienza a jugar con el radio del auto hasta que encuentra una canción que suena en la estación que le gusta. La reconozco enseguida ya que ha estado de moda por largos meses y no puedo parar de reír mientras canta "Sin Contrato" de Maluma
—"Dime, dime, dime si tú quieres andar conmigo
No tiene caso que sea tu amigo
Y si no quieres solo dame un rato
Baby, pero sin ningún contrato
Dime, dime, dime si tú quieres andar conmigo
De todo, todo quiero hacer contigo
Y si no quieres solo dame un rato
Baby pero sin ningún descanso."—
—Mmm... ¿Quién lo diría? — Comento entre risas cuando la canción termina y ella baja el volumen.
—¿Qué cosa?— Pregunta confundida.
—Que tú y yo viviríamos algo así como lo que dice la canción. — Le explico.
—Pero tú y yo si seguimos siendo amigos...— Aclara.
—Eso si. —
—Entonces no le busques una canción a esto que traemos. — Comenta entre risas.
—Primero tenemos que buscarle un nombre... un porque... un todo... después le buscare una canción, o le tendré que pedir a Fer que componga una.— Comento mirándola y ella sonríe.
[...]
—¡¿Costa Esmeralda, Italia?!— Pregunta cuando ve el billete de la segunda conexión de avión mientras pasamos seguridad y yo intento que no me reconozcan ya que la revista donde estoy en la portada, esta a la venta en todos los puestos.
Asiento sonriente —Iremos a pasar unos días increíbles a un lugar maravilloso; siempre he querido ir, pero no tuve la oportunidad ¿Qué mejor que ir contigo? — Explico mirándola fijamente y sintiendo que sus ojos color miel me dicen mil cosas sin hablar.
—Me encanta... pero ¿sabes que el lunes tengo un proyecto? ¿no? — Me pregunta preocupada.
Asiento —Lo sé. El Domingo estaremos de regreso. — Le dejo saber y esto parece haberle aliviado.
—Gracias. —
Como me gustaría callarla y decirle que no tiene nada que agradecer... Disimuladamente me acerco a su oído —De nada... eso sí, no todo es gratis en esta vida. — Le informo misteriosamente y ella me mira entrecerrando sus ojos.
Ignorando sus "¿de qué hablas?" caminamos por el aeropuerto después de pasar seguridad y me quedo parado en un rincón alejado dando la espalda a la gente para que no me reconozcan. Ella se para frente a mí y se cruza de brazos —¿Cuál es el precio de este viaje?— Pregunta sería haciéndome reír.
Sonrió triunfal y me acerco más a ella —Dijimos que intentaríamos otras cosas... bueno, eso incluye que vamos a dormir juntos en la misma habitación y en la misma cama y no porque no nos quede otra opción... también incluye que te llevare a cenar, iremos a la playa, haremos todo, pero intentando ser una pareja y no solamente amigos con derecho a roce.— Expreso firme y ella sonríe.
Juega con su cabello y me mira como pensándolo —¿Es decir que caminaremos por la calle tomados de la mano... nos besaremos en cualquier sitio... y todo eso? — Pregunta pícaramente.
—Exactamente. — Replico muriéndome de ganas por besarla.
—Puedo vivir con ello...— Dice sonriente.
—Es bueno saberlo...—
—Prepárate Fran...— Habla pícaramente.
—¿Para qué exactamente?— Pregunto y no sé cómo resisto no pegar su cuerpo al mío.
—Para todo... para que te canses de mi... — Bromea. — Veamos si no te arrepientes de este viaje...— Dice y luego rio.
—Jamás Dana. Te cansaras tú antes que yo. — Le advierto y esto se está convirtiendo en un reto.
—Si me vas a besar como lo haces, no me cansare jamás.— Sentencia firme y joder que me muero de ganas de besarla.
—¿Me estas queriendo provocar?— Cuestiono sonriente.
—Para nada.—
—Ya verás cuando estemos allí... No sabes el lugar que he elegido para pasar el fin de semana contigo.—
—Franchesco... no sigas... es que de verdad quiero besarte y no puedo. — Me dice con un hilo de voz y solo puedo sentir que se me va a salir el corazón del pecho.
Contengo la necesidad de responderle, y bajo del auto. Le digo al hombre el nombre de la reserva; el cual es claramente el de ella y acuerda en encargarse de las maletas. Otro hombre intenta abrirle la puerta a ella, pero niego.
Camino a su puerta y la abro para ayudarle a bajar. Tomo su mano y ella me sonríe —Pero, que caballeroso...—
—Para responder a tu pregunta, no. Busco que te enamores de mí y que yo me enamore de ti. — Le digo amarrando su cintura a mis brazos.
Me mira totalmente sorprendida y sonríe —¿Tú quieres enamorarte de mí?— Me pregunta colando sus brazos por encima de mis hombros.
Pego más su cuerpo al mío —Déjame reformular mi deseo...— Explico entre risas —Quiero averiguar si estoy enamorado de ti ya... sabes que no es fácil todo esto. — Intento seguir, pero cubre mi boca con su mano.
—No digas nada, lo sé muy bien... dejemos que todo fluya como deba ser, ¿sí?—
—Me parece perfecto, ahora ven... vamos a hacer el check in y luego vamos a almorzar.— Propongo y asiente.
—Muero de hambre.—
—Y yo.— Le digo mientras entramos al lobby del hotel.
[...]
Una vez que nos hemos registrado, decidimos ir a la habitación para colocarnos nuestros trajes de baño y luego bajar a almorzar al restaurante que esta junto a la playa del hotel.
Abro la puerta de la que será nuestra habitación en estos días y su mirada al ver la suite es digna de una fotografía.
—¡Por Dios! ¡Que vista tan increíble! — Exclama acercándose a la puerta doble que da al balcón con vista al mar.
Me acerco a ella y la abrazo desde atrás. —Me gusta mucho que te guste...— Comento sonriente.
—Franchesco... eres increíblemente detallista. Sabes que amo el mar y me traes a un sitio así.— Comenta colocando sus manos sobre las mías.
Muevo su largo cabello a un lado y apoyo mi barbilla sobre su hombro —Es lo mínimo que te mereces de mí. Dana, tú siempre has estado a mi lado en los buenos y malos momentos... Me has regalado momentos de tu vida que nadie me ha dado antes, y por si fuera poco me has dejado entrar en tu intimidad como nunca nadie me ha dejado... No puedo pensar que esto sea solo sexo, no puede ser solo eso. — Digo con la mayor honestidad del mundo y lentamente ella se da la vuelta para que quedemos frente a frente.
—Sabes que no tienes que agradecerme nada. Todo lo que hecho por ti ha sido sin interés alguno Franchesco... además, tú también has estado para mí siempre. No sé qué es exactamente todo esto, pero estoy segura de que no es solo sexo, como has dicho tú, no puede ser solo eso. — Me dice sonriente y sin poder evitarlo la beso como queriendo sellar estas palabras.
—Como me encantas por favor...— Digo sobre sus labios y ella acaricia mi rostro con sus sensuales manos.
—Tú también me encantas...— Confiesa y ambos sonreímos. —¿Nos cambiamos mejor antes que terminemos enredados entre las sabanas?— Pregunta entre risas.
—Sí, vayamos a disfrutar del día allí fuera... luego a la noche tendremos tiempo de disfrutar de lo que me parece que será una muy cómoda cama. — Digo riéndome con ella.
—¡Lejos tentación!— Bromea mientras me empuja y va en busca de su maleta.
—¡La tentación eres tú!— Replico mientras la veo buscas su traje de baño.
«Esta mujer... ¿Cómo es que no vi todo esto antes?...»
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Sin Darnos Cuenta