Sorpresa de una noche romance Capítulo 103

Lydia había estado recostada contra el sofá. Ahora se sentó.

No sabía qué había pasado entre Ana y Ismael, pero ella y Ismael ya eran pasado.

—Lydia, yo...

—Si no hay nada más, voy a colgar —Lydia se mordió el labio. Su único defecto como persona era, probablemente, que era blanda de corazón, sobre todo con la gente a la que una vez quiso.

Ana le había presentado a Ismael en primer lugar. Los dos eran compañeros de universidad. Por aquel entonces, Lydia ya trabajaba y de vez en cuando comía con Ana. Con esas idas y venidas, se encontró más a menudo con Ismael, que entonces empezó a cortejarla.

Lydia asentó sus pensamientos y estaba a punto de colgar cuando llegó una repentina exclamación desde el otro lado.

—¡No me rendiré tan fácilmente, Lydia!

Lydia ya había colgado.

Sus sentimientos quedaron en el pasado, como polvo en el viento.

—¿Quién era?

La repentina voz sobresaltó a Lydia. Casi tiró el teléfono mientras saltaba. Entonces descubrió que Eduardo había aparecido ante ella en algún momento.

—Un amigo.

—¿Sólo un amigo? —Eduardo se acercó, mirando a Lydia desde la cabecera, con los labios curvados—¿O un ex novio?

Lydia bajó la mirada y no habló. Sin embargo, su puño se apretó.

No era porque se sintiera sola sin Ismael, pero... ¿qué derecho tenía Eduardo a hablarle así? ¿Qué creía que estaba haciendo? ¿Atrapándola?

—No olvides quién eres, Lydia.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Sorpresa de una noche