Sorpresa de una noche romance Capítulo 125

Inmediatamente, todo estaba oscuro y Lydia no podía ver nada. Lydia jadeó horrorizada.

—¡Suéltame! Suéltame—gritó.

Luchó y pataleó, intentando escapar, pero al segundo siguiente la cargaron en el hombro de alguien y la metieron en una furgoneta. Entonces pudo oír cómo la furgoneta se ponía en marcha y salía disparada hacia delante.

Todo lo que Lydia podía ver era oscuridad y su brazo era agarrado fuertemente por alguien. Estaba muy asustada por este repentino ataque y su corazón latía rápidamente. Podía oír el motor y la respiración de algunos hombres. Lydia trató de calmarse y de adivinar lo que querían: «¿querían dinero o sólo a ella?»

¿Por qué a ella? No lo pudo averiguar, porque ella no era nadie y seguro que no tenía enemigos. «¿O es por Eduardo?»

Ante este pensamiento, un frío sentimiento de miedo la invadió.

—¿Quiénes son ustedes? ¿Qué queréis que haga? Si queréis amenazar a Eduardo, estáis muy equivocados. No tengo ninguna importancia para él —dijo Lydia. Podía sentir que temblaba de miedo. Intentó mantener la calma y sacar su teléfono del bolso, pero antes de que lo consiguiera, le quitaron el bolso.

Una voz extraña llegó desde arriba:

—No hagas ninguna locura. Si no llamas a la policía, no te haremos pasar un mal rato.

Al parecer, la voz había sido alterada por un cambiador de voz. No tenía por qué cambiar la voz, ¡a no ser que se tratara de alguien conocido por ella! Lydia se estremeció como con un escalofrío al pensarlo.

Al cabo de un rato, la voz volvió a sonar.

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