Sorpresa de una noche romance Capítulo 171

¿Qué clase de excusa era esa?

Había un ligero dolor en el lugar donde se había golpeado. Lydia se sintió molesta cuando miró a Zoe, que se mostraba importuna.

Extendió la mano y cogió el brazo de Zoe, pero sus ojos estaban puestos en Tatiana:

—Yo no lo hice, Tatiana. Es muy injusto que especules sobre ello sin ninguna prueba.

No es que esto no haya ocurrido antes.

Lydia trabajaba como camarera en restaurantes cuando era joven y pobre. Había un chico en la cocina que robaba dinero, pero la acusaron injustamente. Si Lydia no hubiera insistido en comprobar las imágenes de vigilancia, la habrían llamado ladrona para el resto de su vida.

Ahora le volvía a pasar lo mismo. Además de enfadada, Lydia también se sintió un poco dolida.

¿Debería ser agraviada sólo por ser una forastera y no haber ido a la universidad?

—Bueno, Lydia, no quiero ponerte las cosas difíciles, pero este asunto ha causado un grave perjuicio a la empresa, por lo que algunas personas implicadas en el caso serán suspendidas —dijo Tatiana.

Lydia respiró profundamente. Aunque no sabía mucho sobre la delincuencia comercial, comprendía la gravedad de la misma.

Lydia giró la cabeza y miró a Zoe. Intentó liberarse, pero no lo consiguió, y se puso furiosa:

—Lydia, ¿qué quieres? Me has robado el diseño y ahora quieres hacerme daño.

—¿Cómo puedes estar tan seguro? —Lydia enarcó las cejas. No sabía cómo funcionaban los departamentos creativos, pero sí sabía que los empleados hablaban de las ideas de los demás en privado. Tenía que investigar el asunto en su origen.

—Yo... estoy seguro de que conozco mi propia idea. Te la envié directamente a ti cuando se me ocurrió la idea. Y tú eres la única persona con la que tengo un problema. ¿Quién más me haría eso? —gritó Zoe con reproche.

Era como si Lydia hubiera hecho realmente algo atroz.

—En primer lugar, todavía no se sabe si tu idea ha sido vista por otros; en segundo lugar, aunque tuviera un problema contigo, ya te había derramado el café, así que estamos en paz, o tal vez estás enfadado y quieres vengarte de mí. Tercero, ¿quién te crees que eres? ¿Por qué debería robar tu idea? ¿Cuánto puede valer? —dijo Lydia uno a uno.

Sus declaraciones fueron tan organizadas que no sólo Zoe se quedó sin palabras, sino que Tatiana se quedó un poco aturdida.

¿Era realmente Lydia la chica que tenía delante, que no había ido a la universidad?

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Sorpresa de una noche