Samanta estuvo lista en menos de una hora, antes de ir a la modista debía pasar por las empresas Montalvo a entregar el paraguas que aquel caballero llamado Maximiliano le había prestado.
Al llegar a la empresa pregunto por el señor Maximiliano Montalvo, la recepcionista le indico donde se encontraba la oficina de él, al llegar al lugar indicado, se encontró con la secretaria de este, la señorita le pregunto si tenía cita, a lo que Samanta respondió negativamente, la señorita muy amable le pidió que esperara un momento. Realizo una llamada a su jefe y le comento sobre la presencia de aquella mujer que quería hablar con él, al colgar el teléfono se dirigió hacia Samanta.
—Señorita puede pasar.
—¡Muchas gracias! —le dijo Samanta algo nerviosa.
Llamo a la puerta antes de ingresar, espero a recibir respuesta y seguidamente ingreso.
—¡Buenos días señor Montalvo! Soy Samanta Castañedo, la chica que usted ayudo el día de ayer, he venido a entregarle su paraguas como habíamos acordado.
—¡Buenos días señorita Castañedo! Por lo que veo si leyó la información en mi tarjeta, me quedé esperando su llamada al no haberla recibido pensé que usted había la había perdido.
—Me disculpo por no llamar antes de venir, no perdí su tarjeta, pero si mi teléfono celular.
—Comprendo, le tengo noticias al respecto, yo encontré su celular, aquí esta —le dijo mientras abría la gaveta de su escritorio y sacaba el móvil de su interior.
—¡Muchas gracias! Estaba muy preocupada pensando que no podría recuperar todos los contactos y documentos importantes que tengo ahí.
—Ya que se encuentra aquí, tome asiento pediré que nos traigan café así podremos platicar y conocernos mejor.
—Le agradezco mucho la invitación, pero tengo una reunión dentro de poco.
—Siendo así que le parece si me da su número para comunicarnos y ponernos de acuerdo y así poder salir a cenar en alguna otra oportunidad.
—Yo le llamo para comunicarle cuando tenga tiempo libre para salir con usted ¿está de acuerdo?
—No me deja muchas opciones así que estoy de acuerdo.
Luego de esa breve platica Samanta le agradeció por toda su ayuda y se retiró. Llegó a la modista a eso de las nueve y cuarenta, todas sus amigas ya se encontraban en aquel lugar todas sus amigas, Jazmín incluida entre ellas.
—Mi bella amiga Samanta llegaste —le dijo Jazmín mientras le daba un abrazó a su “amiga”.
—Espero no haberlas echo esperar mucho tiempo —dijo Samanta mientras se apartaba de Jazmín.
—Llegamos hace poco no te preocupes —le dijo Saraí.
Así fue tardaron alrededor de tres horas en seleccionar el vestido para las damas. El vestido seleccionado al final fue un vestido con escote cariño, corto al frente y largo atrás, sin mangas, en color salmon rose. Al finalizar salieron de la tienda y todas se fueron a almorzar juntas, Samanta se disculpó con ellas y salió con rumbo a casa de su madre, estando ahí, su madre le dijo que iba a preparar algo para que almorzaran, mientras tanto Samanta le envió textos a su hermana y le comunico que viajaría a visitarla el fin de semana, su hermana se extrañó por eso, pero le respondió de manera positiva diciéndole que le esperaría con muchas ansias. Al finalizar la llamada tomo su laptop y compro su vuelo para Los Ángeles.
Mientras se encontraba almorzando junto a sus padres recibió una llamada, era de su suegra la cual quería saber a qué horas irían por el vestido, ella le pregunto a su madre y quedaron de pasar por ella en una hora, a Samanta no le emocionaba mucho la idea de ir en busca de su vestido, pero sabía que mientras no tuviera una idea clara de lo que haría debía disimular y seguir llevando todo tal cual lo planeado.
Así hicieron durante esa tarde Samanta junto a su madre y suegra seleccionaron el vestido de novias, el cual produjo a Samanta sentimientos encontrados, ya que ese debía ser el momento más feliz de su vida, pero con los últimos acontecimientos se había convertido en uno de los más amargos. El vestido seleccionado fue una línea-A, estilo moderno, de manga larga y cuello escarpado, por supuesto en color blanco.
Dejaron el vestido para que le realizaran unos ajustes, seguidamente se fueron a cenar, al lugar llego Fernando, su madre le había llamado para comentarle donde iban a cenar, al llegar le dijo un beso en la mano a su madre y su suegra y un beso en la boca a su prometida. Después de cenar le dijo a Samanta que la llevaría a su casa, pero ella no acepto.
—Amor, ¿te llevo a tu casa?
—¡Gracias por el ofrecimiento! Pero no será necesario yo ando mi vehículo, mejor si puedes y están de acuerdo tu llévate a tu madre y yo me llevo a la mía.
—Ya sabe mi reyna que para mí sus palabras son ordenes, así que como usted diga.
—Ese es mi hijo, siempre complaciendo a su mujer —dijo la madre de Fernando.
Samanta le sonrió y se despidieron, cada uno se fue a dejar a sus madres y seguidamente se dirigieron a sus respectivos hogares.
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