Soy más rica que mi exmarido multimillonario romance Capítulo 253

Al oír las palabras amenazantes de Alina, Tomas no pudo evitar temblar y se apresuró a decir en voz ansiosa:

—¡Es el señor Caleb quien me mandó venir!

«Je, je. Tomas, ¡qué pobre eres! Sé que vienes a verme bajo la orden de Caleb y no tienes otra opción, pero no me importa. Quien habla por Emma, ¡quien es mi enemigo!»

Alina miró a este asistente con algo de burlas y dijo sonriendo:

—Entonces, ten cuidado, ¿eh? Porque de ahora en adelante, ¡no seré educada con cualquiera que ayude a Emma!

Ante las palabras de esta, Tomas, quien estaba ansioso, entró en pánico al instante.

«¡Caramba! Ahora que Alina dice tales palabras, ¿qué más puedo hacer aquí? El señor Caleb ha querido que yo convenza a ella de dejar de llevarle la contraria a Emma. Pero viendo su actitud agresiva, ¿cómo me atrevo a provocarla?»

—¿No tienes algo que hablar conmigo? ¿Por qué te callas? —Alina preguntó en voz desdeñosa al ver que Tomas se quedó mudo.

«Señora Alina, ¡¿cómo me atrevo a hablar?! Si le digo lo que me indicó el señor, ¡usted seguramente me va a dar unas cuantas bofetadas más! Ay, Dios mío...»

Tomas siguió permaneciendo en silencio.

Alina dijo a la ligera:

—¿Parece que ya no quieres hablar conmigo?

—No, señora Alina...

—¿Dime?

—El señor Caleb quiere saber qué quiere usted de él.

Al final, Tomas se lo dijo a Alina, pero destacó el título «el señor Caleb» para demostrarle a Alina que esto no tenía nada que ver con él.

Ante las palabras de Tomas, Alina se congeló ligeramente y luego hizo una mueca fea, irradiando una aura peligrosa.

«¡Todavía quiere protegerla!»

—¡Lo dejaré sin nada! —dijo Alina palabra por palabra.

¡Ella los dejaría a él y a Emma perder no solo dinero, sino también reputación!

—Usted sabe que esto no es fácil —Tomas dijo a Alina con el ceño fruncido.

Tomas conocía muy bien a su jefe y sabía que Caleb no era cualquiera.

¿Alina quería dejarlo sin nada? ¡Qué ingenua!

—¿Sí? —Alina sonrió con frialdad.

A los ojos de Tomas, semejante burla era demasiado ingenua.

Caleb había tenido muchos rivales en Ingford a lo largo de los años, pero nadie había sido capaz de dejarle sin nada.

—Señora Alina, no te hará ningún bien seguir así —Tomas dijo en voz seria.

Caleb había sido algo de aprensivo a Alina durante este tiempo.

Compadeciéndola por la pérdida de sus seres queridos de la vida, Caleb siempre le daba margen a ella, no importaba qué hiciera.

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