Te Quiero Como Eres romance Capítulo 113

Micaela levantó la cabeza abruptamente, abrió los ojos y vio que su mano estaba pegada al pecho fuerte de Carlos...

Carlos extendió su mano y presionó la cabeza de Micaela contra su pecho.

—Todavía es temprano. Sigue durmiendo —su voz aún era baja y ronca después de despertarse:

La cara de Micaela estaba sonrojada. No tenía ninguna impresión de cuándo él apareció anoche, ni de cómo se quedó dormida en sus brazos...

—Tú, ¿¡por qué no llevas ropa!?

Micaela tartamudeó. Luego se miró a sí misma, y el pijama todavía estaba bien puesto en su cuerpo...

Carlos miró su rostro sonrojado con alegría y dijo en voz baja:

—No me diste pijamas.

Pues, era la verdad ...

Micaela se sintió tan nerviosa que no podía quedarse aquí con tranquilidad. En este momento el móvil sonó. La chica se levantó apresuradamente y lo atravesó a Carlos para tomar su teléfono. Se sentó aliviada y respondió sin mirar quién llamaba.

—¡Micaela, eres una perra! ¿Quieres trabajar en mi empresa?

Micaela mantuvo el teléfono alejado en seguida. ¡La voz que venía del móvil era tan alta como si pudiera perforar el tambor!

La chica quien hizo la llamada estaba tratando de ajustar su respiración. ¡Parecía que Adriana estaba loca de ira!

Adriana estaba muerta de furia. Aunque por fin ella había ganado el primer lugar en el desfile ayer, ¡Micaela obtuvo la más atención!

En ese momento, tanto ella como Ivanna estaban en el escenario, por eso no sabían que Eric quisiera contratar a Micaela. Esta mañana vio en el grupo de la empresa en el móvil que Eric iban a firmar a la chica última que vino ayer provisional, y ya había preparado el contrato. Por lo tanto, le llamó a Micaela apresuradamente.

Por supuesto Carlos lo había escuchado y se quedó sombrío.

—¿Qué pasa? ¿Tienes miedo? ¿Tienes miedo de que te robe toda la atención? —Micaela le preguntó.

—Venga ya. Deja de soñar. ¡Es mejor que te preocupes por los pobrecitos bastardos del orfanato!

Al terminar de decirlo, Adriana colgó el teléfono.

Micaela se sorprendió. Al pensar que sin duda Adriana echaría a los niños del orfanato a paseo en seguida, no pudo evitar querer ir a firmar el contrato con Eric de inmediato para tomar su pago y se lo arrojó a Adriana.

Se dio la vuelta e iba a levantarse de la cama apresuradamente, pero Carlos la agarró del brazo.

Micaela lo miró y explicó con ansiedad:

—Carlos, voy... vamos a encontrar con el Sr. Eric...

Carlos se volvió tranquilo al escuchar que Micaela dijo «vamos» en lugar de «voy».

Aún ella recordaba que tenía un novio.

Carlos soltó su brazo, y Micaela se levantó de la cama de inmediato, abrió el armario y le dio la ropa al hombre que había arreglado la noche anterior, mientras ella se dio la vuelta y llevó la ropa al baño para cambiarse.

Después de que Micaela terminó de lavarse, costó deliberadamente un rato en el baño antes de salir. Carlos ya estaba bien vestida y se paró frente a la ventana.

—¿Quieres firmar el contrato cuanto antes y tomar tu pago para comprar el terreno del orfanato? —al escuchar que Micaela salió, Carlos preguntó.

Micaela asintió. Parecía que quería irse de inmediato.

—No es favorable para ti firmar el contrato con la empresa con tanta prisa si quieres negociar las cláusulas con ésta. Tienes que dejar que la empresa conozca tu valor. Eres tú quien toma la decisión si firma el contrato o no, no la compañía. Y la compañía lo contratará sin duda alguna.

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