Te Quiero Como Eres romance Capítulo 73

Ernesto miraba hacia Carlos con sorpresa, y el otro no dijo nada. Con su silenció lo admitió.

Eso era un hecho.

La primera vez cuando se encontró con Micaela esa noche en el hotel, le propinó una patada a Roberto, pero no pensaba de hacerle algo más a ese hombre. Sin embargo, cuando paulatinamente fue percibiendo sus sentimientos hacia Micaela, pasado medio mes tras el incidente planeó la bancarrota de ese hombre.

¡Carlos nunca permitiría que nadie tocase un pelo a su mujer!

En la puerta de la sala VIP, Leonardo y el director general de Celotierra entraron, junto con una camarera que no cesaba en su llanto.

El director general realizó una pequeña reverencia a Carlos al entrar en la habitación:

—Sr. Aguayo, sentimos muchísimo las molestias, no esperábamos que sucediera eso, nos ocuparemos de todos los gastos de hoy...

—Cállate —Ernesto interrumpió su frase a viva voz—, a nadie le importa los gastos. ¡De lo que debes encargarte es del incidente de hoy! ¿Dónde están los sospechosos?

—Sí sí sí, usted tiene toda la razón. Ya hemos mandado gente a buscar el sospechoso por todo el hotel, ¡les podemos asegurar que no escapará ni una mosca!

Después, el director tiró de la camarera hacia delante:

—¡Ya tenemos detenida la gente que había engañado!

Micaela y Olivia se aproximaron con la cara llena de lágrimas.

La camarera cayó a los pies de Carlos por el fuerte tirón del director. Debido al miedo que sentía cada vez lloraba más, entre sollozos dijo:

—Lo siento mucho señor, pero no le mentí con intención...

Carlos miró a la mujer en el suelo con una cara inexpresiva.

¡Fue esta mujer!

Si no fuera por esta mujer, seguramente hubiese entrado en el lavabo para confirmarlo. ¡Entonces no le pasaría eso a Micaela!

Carlos no dijo nada, se limitó a mirar al director con una mirada penetrante.

El director secó un poco el sudor de su cara, habló en un tono más alto:

—¡Abre bien los ojos y ve con claridad! Toda la gente que está en esta sala son personas grandes de la Teladia. Dime honestamente, ¿por qué has mentido?

La mujer entró en pánico y sacudió la cabeza.

—No he mentido. Cuando salí del ascensor de verdad vi a una mujer que quería entrar en él. La descripción de su cuerpo y la altura encajan con lo que indicó este señor...

La mujer lloró lastimosamente, no parecía una mentira.

Micaela le dio lástima y dijo a Carlos:

—A lo mejor está diciendo la verdad, tan solo fue una coincidencia...

Carlos frunció el ceño y miró hacia el director y dijo:

—¡Enséñame la videovigilancia!

—¡Sí señor, lo prepararé ahora mismo!

El director se fue enseguida para dejarlo todo listo.

Leonardo preguntó de repente:

—¿Todavía recuerdas el aspecto de esa persona?

La camarera pensó y contestó:

—Debe tener unos 20 años, llevaba un bonito vestido blanco y portaba un sombrero...

Leonardo empezó a tener una mala sensación.

En ese momento, entraron unos empleados del hotel. Ellos miraron al director, luego al Carlos quien como tenía un semblante poderoso, no se atrevieron a acercarse, por eso se quedaron en la puerta y dijeron mirando a sus pies:

—Jefe, ya hemos revisado todo el hotel, no hay nadie sospechoso.

En cuanto terminaron las palabras, empeoró el ambiente...

Micaela tiró un poco del brazo de Carlos y dijo:

—Quizá tan solo por casualidad, la mujer vino a comer y se fue. Sr. Gallo está en bancarrota, por eso está mentalmente inestable. Hace poco salí a coger una llamada y tuve la mala suerte de encontrarme con él. A lo mejor no es algo tan complicado. Además, ahora estoy bien, ¿no?

Carlos miró hacia Micaela, no dijo ni sí ni no. Se notó el cansancio en la cara de la mujer. Puesto que no encontraron a la sospechosa y que la vigilancia también se podía mirar desde casa, Carlos se dirigió a todo el mundo:

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Te Quiero Como Eres