Te tomo prestado romance Capítulo 66

Bulat abre la puerta del coche y me invita a entrar. Me ayuda a ponerme cómodo y me abrocha el cinturón de seguridad. Se sienta en el asiento del conductor y arranca el motor.

El coche ruge, cogiendo velocidad, y sale a la carretera. Bulat es taciturno. Frío y cínico, como siempre. Hay un silencio monótono en la cabina. Este prolongado silencio me incomoda, así que decido aliviar un poco la tensión, preguntando lo primero que se me ocurre.

- ¿Cómo está tu prometida?

Por supuesto, sólo estoy siendo educado.

- Victoria se está recuperando lentamente, pero lo está pasando mal. Apretando la mandíbula, Bulat mira fijamente la carretera. Al volante, su postura es relajada. El hombre es como un maestro de la situación, el rey de la carretera, conduciendo majestuosamente. Una mano descansa relajada en el volante, la otra en el reposabrazos.

- Ya veo -asiento con la cabeza y me vuelvo hacia la ventana-.

- Va a estar en el hospital durante mucho tiempo. Victoria está en rehabilitación ahora, con los mejores especialistas trabajando con ella. No sólo está herida físicamente, más bien mentalmente. Se necesitará algo más de tiempo para que Victoria vuelva a su antigua vida.

- Me imagino", susurro, frunciendo los labios. - Siento lo de tu prometida.

Bulat gira la cabeza bruscamente, mirándome. Puedo sentir su mirada penetrante, encogiéndome ante la aguda piel de gallina que se extiende a lo largo de mi columna vertebral.

- La boda ha tenido que ser pospuesta, por cuánto tiempo, aún no lo sé. Victoria necesita apoyo ahora, tal vez cuando salga de rehabilitación y termine su tratamiento viva en mi casa. Se mudará antes de que se celebre la boda. Ahora está demasiado destrozada, así que no hay tiempo para celebrar. Esa es la principal razón por la que hemos pospuesto la celebración. Quién sabe, quizá os hagáis amigos. Eso sería genial...

¿Amigos?

No creo que...

Se me secó la garganta.

Tragué un bulto.

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