- ¿Por qué estás congelada, Nastya? Quítate la ropa y túmbate en el sofá. Quiero mirar a mi heredero.
- Yo... yo... - Aprieto los bordes de mi vestido con los dedos.
¡Mis mejillas arden terriblemente!
- Haz lo que te digo", pone los ojos en blanco, "me estás quitando tiempo y, como sabes, mi agenda es apretada". ¡Vamos, quítate las bragas! ¡Deprisa!
¿Cómo puedes decir eso delante de un extraño? Pero el médico masculino finge que no le importa nuestro drama familiar. Está inmerso en su trabajo: escribiendo algo en el ordenador.
- ¡Me acostaré y me desnudaré! Pero no antes de que tú, Bulat Ramzanovich, hayas salido por la puerta", tarareo, ladeando la barbilla.
- ¿Es usted tímido? - Bulat, poniendo los ojos en blanco. - ¡Hazlo inmediatamente, o lo haré yo!
- ¿Tienes que estar aquí?
- ¡Ni hablar!
Entornó los ojos con disgusto hacia el médico.
¡Está claro que está celoso! No quiere que ningún otro hombre me mire, así que quiere estar aquí en persona, para que el diagnóstico dure bajo su estricta supervisión.
Gruñendo, Bulat se dirigió hacia mí.
Mi instinto de conservación se activó inmediatamente.
- ¡Muy bien! ¡No lo hagas! ¡Yo lo haré!
Me agaché, intentando quitarme la ropa interior. Mientras tanto, siento el calor de sus descarados ojos negros sobre mí. Es como si volviera a ser la presa de una bestia insaciable y viciosa con un apetito sexualmente voraz.
- Quiero ver a mi heredero", la voz de Basmanov se saturó con un resuello, como si estuviera excitado.
Parece que sí.
Un gran bulto ha crecido alrededor de la bragueta de los pantalones de Bulat.
Mierda...
A continuación, entrega algunos datos a su asistente y ella golpea con sus dedos el teclado para arreglarlo.
Cuando el diagnóstico llega al final, el médico lo resume:
- El embarazo transcurre con normalidad, el bebé se desarrolla según las normas.
Miro la pequeña mancha en la pantalla como si estuviera hipnotizada, y unas lágrimas ruedan por mis mejillas. En ocho meses, pasará de ser una pequeña mota a un ser humano grande y fuerte.
- Este pequeño frijol, nuestro..." Bulat vacila por un segundo. - Mi bebé.
Un pequeño hombre vive y crece dentro de mí. Todavía me cuesta creerlo.
Pero no debería sentir nada por él, no debería encariñarme con él. Nuestro destino está sellado y pronto tendremos que separarnos.
Debemos ser extraños entre nosotros. Mi tarea es criarlo y darle un cuerpo, todo lo demás que le darán Bulat y su futura esposa Victoria. Lo que está escrito con pluma no se puede cortar con un hacha.
De mala gana, quito los ojos del monitor y miro a Bulat. Quiere a este niño, está temblando y aullando de alegría, pero no lo demuestra. Su mirada, antes dura, se ha vuelto más suave, más cálida. Cuando ve a su pequeño bebé en la pantalla del monitor. Un trozo de sí mismo. El gran...
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