Tener Niños con Mi Esposo Infértil romance Capítulo 4

Ulises, ¿ha despertado?

El corazón de Ximena latía con fuerza mientras se levantaba y giraba para mirar al hombre en la cama. Sus ojos, tan oscuros como el ónice, reflejaban frialdad y vergüenza, clavándose directamente en ella.-

Ximena sostenía una toalla, su voz apenas susurraba: "Yo... Yo estaba siguiendo las instrucciones de Delia, para limpiar tu cuerpo".

"Anoche".

La voz de Ulises sonaba ronca, su mirada indiferente, cada palabra pesada de acusación. "Me besaste a escondidas, muchas veces".

Ximena se sentía tan rígida como un tronco, deseando encontrar un muro donde golpearse hasta quedar inconsciente.

...

Los pasos apresurados resonaban por el pasillo, el caos se apoderaba de la mansión. Pronto, la habitación se llenó de batas blancas, mientras los intrusos eran expulsados.

Ximena exhaló lentamente, observando la puerta cerrada con atención desde su rincón, sintiéndose aliviada.

Finalmente, no tendría que enfrentarse a Ulises sola.

"Dependeremos de ti para cuidar de Uli. Eres una persona afortunada y traes algo de brillo a mi hijo. De ahora en adelante, llámame mamá. Su hermana se fue al templo a buscar bendiciones, y su padre está ocupado arreglando los problemas. En otra ocasión, toda la familia debería reunirse para una buena comida". Ximena miró la sinceridad en sus ojos, y sus propios ojos se humedecieron ligeramente. Resulta que no todas las madres en el mundo son egoístas y codiciosas. La gente del pueblo siempre la había considerado una mala influencia, un desafortunado. Una estrella solitaria en el cielo. Había causado la muerte de su padre y su madre había seguido a alguien más rico. Era la primera vez que alguien decía que ella era afortunada. Un chirrido.

La puerta principal del dormitorio se abrió de repente.

El médico principal se quitó el estetoscopio y el cubrebocas, y dijo: "El Sr. Ulises está recuperando gradualmente sus funciones corporales, no hay daño en las funciones nerviosas cerebrales. Pero tiene varios hematomas en la médula ósea de las piernas y no tiene sensibilidad alguna, la cirugía conlleva un gran riesgo".

"¿Entonces, no hay manera de tratarlo?", preguntó Juana incrédula, insistiendo. "Sí, las piernas del Sr. Ulises están perdidas, lo que afectará su capacidad reproductiva", las palabras del médico sonaron crueles. "Lo siento mucho. A menos que..." empujó sus anteojos, "a menos que encontremos al médico tradicional Jaime, él ha tenido casos exitosos.

Pero se retiró hace años, nadie ha sabido de él desde entonces, las esperanzas son escasas". Señora Juana se veía desolada. ¿Quién podría encontrar al médico tradicional Jaime Catalán en este mundo? Ximena mostró un destello de confusión en sus ojos, pero las piernas de Ulises claramente... Estaba a punto de decidir si decir algo cuando su teléfono vibró en el bolsillo interior de su chaqueta.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Tener Niños con Mi Esposo Infértil