THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUN romance Capítulo 10

—No sabía que existían serpientes de arena —dijo Aiko cortándole la cabeza a una con su Katana.

—Hay serpientes de todo tipo —Taylor saltaba para que dos serpientes chocaran entre sí.

Steve había guardado su espada para usar su arco y dispararles a todas las serpientes que encontraba.

—Como odio a las malditas serpientes —exclamaba Steve acabando con ellas.

—Es cierto —Taylor dio una voltereta en el aire desplegando su látigo para matar varias serpientes a la vez—. Tú les tienes miedo.

—No me dan miedo —Steve le dio a una en la cabeza, esta explotó en una nube de arena—, les tengo mucho asco.

—¡Hay un nido en ese hoyo! —señaló Aiko—, tenemos que acabar con eso o nunca terminaran de salir.

—Tengo mini bombas —propuso Taylor.

—Tenemos que salir antes de que explote, probablemente cerraremos este pasaje —habló Steve.

—Hay un tobogán del otro lado —señaló Aiko que no dejaba de hacer mover sus katanas matando a serpientes a diestra y siniestra—, tomemos ese camino.

—Si, el otro pasaje solo nos hará seguir caminando en círculos —asintió Taylor—, el tobogán nos impulsará hacia abajo como acordamos.

—Entonces Taylor lanza las bombas justo cuando te lo indique —ordenó Steve.

Los tres fueron avanzando estratégicamente mientras las serpientes de arena seguían intentando matarlos. Cuando Aiko y Steve se encontraban más cerca del tobogán. Taylor escuchó la indicación de Steve actuando de inmediato. Saco una de sus bombas y la lanzó directo al nido de serpientes.

Sus dos compañeros saltaron al tobogán y Taylor los siguió de inmediato tapándose los oídos. Pasaron algunos segundos antes de escuchar la gran explosión que hizo que todo temblara.

Siguieron cayendo por varios minutos, dándose cuenta de que habían tomado el camino correcto si querían seguir bajando.

El primero en aterrizar fue Steve, Aiko y Taylor poco después.

—Espero que estén muertas todas las serpientes —Steve observó si sus compañeras estaban bien.

—La bomba es pequeña pero poderosa —sonrió Taylor—, están aniquiladas, ojalá que algunos de nuestros compañeros tengan la mala suerte de llegar a ese pasadizo, notaran que está cerrado.

—Espero que sigamos teniendo la ventaja —hablo Aiko—, siento que hemos avanzado bastante.

—No hay que confiarnos —Steve se dio la vuelta—, todavía nos queda camino.

—¿Por qué este lugar está tan oscuro? —Taylor entrecerró los ojos—, solo hay una antorcha al final del camino.

Aiko iba a dar un paso, pero Steve y Taylor la detuvieron.

Taylor tomó una pequeña piedra hacia adelante y está al chocar con el suelo desató el caos.

El suelo se derrumbó mostrando una gran fosa donde había seres monstruosos.

—¡No me jodan! —Taylor los miró estupefacta—. ¡Son Golems de arcilla!

—¿Esas cosas no estaban extintas? —preguntó Aiko.

—Bueno, al parecer no —Steve miraba hacia la salida—, ¿Cómo llegaremos al otro lado?

—Miren el techo —Aiko señaló hacia el lugar—, tiene estalactitas, podemos sujetarnos a ellas con cuerdas y columpiarnos.

—Tendríamos que ser rápidos —Taylor estaba pensativa —, no creo que las estalactitas soporten por mucho tiempo nuestro peso.

—Entonces concentrémonos en una y nos balanceamos con rapidez, estoy muy seguro de que esas cosas nos atacaran apenas intentemos pasar al otro lado —indicó Steve.

—Si tuviera mi bazuca aquí, los explotaría —suspiro Taylor—, lástima que no me permitieron traerla.

—¿Tienes una bazuca? —Steve la miró contrariado.

—Theo me la regaló en mi último cumpleaños —Taylor hizo un puchero—, mi amorcito es el mejor.

Steve puso los ojos en blanco.

Como acordaron los tres, se desplegaron para amarrar cada uno una cuerda a una estalactita. Cuando procedieron a tomar impulso para hacerlo, los golems de arcilla empezaron a lanzarles grandes rocas para derribarlos.

Taylor maldijo mientras estaba en el aire, por el sorpresivo ataque se desvió y no iba a llegar al otro lado. Steve y Aiko le gritaron, pero Taylor cerró los ojos y se soltó. Se dejó guiar por sus instintos y su entrenamiento.

Ella sabía que unos Golems de arcilla no eran competencia para ella.

Desplegó su látigo y abrió los ojos justo para ver como una gran roca iba directo a ella. Concentró toda su mente en la punta de su látigo. Era un artefacto mágico que respondía a su propio cuerpo.

—Los artefactos como este son escasos y perdidos —le había explicado el señor Dylan, cuando Taylor le había mostrado el látigo que le había heredado su abuelo—, solo conozco un artefacto mágico, una pulsera que repele la magia que usó una loca para arruinar mi boda.

Taylor sabía que era momento de usar todo el poder que le habían brindado.

—¿Qué haces? —Taylor intentó quitarle su látigo la primera vez a Bael—. ¡No lo vayas a romper!

—No estoy rompiéndolo, estoy fortaleciéndolo —Bael apretó con fuerza el látigo mientras su palma parecía cubierta con fuego—, nosotros los semidemonios podemos dejar parte de nuestra magia en objetos, como el collar de la señora Concetta que le regaló mi papá. Ella puede usar una parte del poder de mi papá y está conectada a él. Estoy depositando una parte de mi en este látigo mágico. Úsalo cuando sea necesario y llámame cuando me necesites.

Taylor azotó su látigo contra aquella roca gigante y una honda de fuego salió de esta partiéndola a la mitad. Se abalanzó contra los Golems como si fuera ella una bala y empezó a desplegar todo el poder de su látigo.

El fuego se desplegó de un lado a otro mientras saltaba atacándolos. Los Golems intentaron defenderse, pero el fuego demoníaco que surgía de “decapitadora” los partía como si fueran de un material blando.

En poco tiempo Taylor quedó sola con los Golems destrozados y el fuego crepitando a su alrededor. Ella soltó una carcajada y se sentó en el suelo algo exhausta. El fuego se extinguió solo después de eso.

Aiko le soltó una cuerda para que Taylor saliera de ese pozo.

—¡¿Por qué has esperado hasta ahora para usar tu látigo a su máximo nivel?! —exclamó Steve—, hubiéramos vencido las dificultades más rápido.

—Porque no todos los concursantes tienen una arma de este calibre, no quería ponerme en ventaja —Taylor se encogió de hombros.

—Todos los concursantes intentarán hacer trampas —Aiko le sonrío—, es muy noble de tu parte intentar ser justa.

—Es estúpido —Steve negó con la cabeza—, estamos enfrentando trampas mortales aquí, no estamos para ser nobles. Si nos encontramos con otro ser terrible úsalo. No quiero ser comido o algo así.

Los tres siguieron con cautela por pasadizos casi sin nada que los alumbrara.

—Se que estamos ya en lo muy profundo —Aiko se estremeció—, lo puedo sentir.

—¿No puedes usar un poco de ese fuego infernal? —Steve temblaba—, está haciendo frío aquí.

—Solo sirve como arma, probablemente te mate si lo despliego contra ti —explicó Taylor.

—Chicos, ¿Hay alguna posibilidad de estar perdidos? —habló Aiko después de un buen rato desorientados.

—No lo creo —Taylor se masajeo los brazos para entrar en calor—, todos mis sentidos casi pueden sentir el peligro acercándose.

—Yo también —Steve sacó su espada—, no es normal que haga frío, estamos cerca de algo que enferma el clima.

Aiko paró de caminar de pronto.

—¿Y si de verdad es un Dragón escarchado? —pregunto asustada—. ¡Tal vez lo descartamos muy rápido!

—Si es un dragón escarchado y por eso hace tanto frío entonces estamos de suerte —Taylor tanteo su látigo—, lo prendere vivo.

—¡Aja! —Steve señaló triunfante hacia adelante—. ¡Apuesto a mi casa que aquí está el Guardián!

Ante ellos estaba una monumental puerta de piedra tallada.

La cabeza sangrante de Theo colgaba de la mano cadavérica de su padre. La soltó y cayó al lado de las demás partes descuartizadas del cuerpo de Theo que estaban desparramadas y llenas de sangre.

Taylor siguió gritando y llorando mientras se arrastraba a lo que quedaba del cuerpo.

Escuchó un grito de dolor de su padre, al levantar la vista vio a Raimi cortando el cuerpo de su padre por la mitad con su espada.

—Vamos Taylor —Steve apareció a su lado intentando apartarla—, este no es Theo, es un truco. Lo dejaron para torturarte.

—¡Suéltame! —Taylor se aferró al cuerpo de Theo—. ¡Suéltame!

—Te tendieron una trampa —Raimi la miró fijamente —, sabían que llegarías al final, mis propios compañeros intentaron atacarme para evitar que llegue aquí.

—Taylor tenemos que salir de aquí —dijo Aiko —, estás en peligro.

Pero Taylor no reaccionaba, no podía procesar nada más de que Theo estaba muerto. No podía controlar el dolor de su pecho, era insoportable

—¡Bael —grito desesperada agarrando su látigo—. ¡Bael!

Un destello de luz emergió y Bael apareció inmediatamente preocupado.

El mismo casi se cae cuando vio el cuerpo de Theo destrozado y a Taylor desquiciada sobre él, pero entonces recordó que Theo estaba almorzando en la residencia coreana junto a los demás.

—¡Ayúdame! —Taylor lo miró desesperada —. ¡Trae a Liam para que pueda salvarlo!

Bael empujó a Steve y levantó a Taylor como si esta no pesara nada.

—Taylor reacciona —la sujetó con fuerza —, este no es Theo, el verdadero está bien, no sé qué m****a es eso, pero no es el verdadero.

—¡Por favor Bael! —Taylor se sacudía—.¡Sálvalo!

Bael supo entonces que no podría calmarla, estaba en shock por perder a su mate. Si bien los humanos no sentían la conexión de mates al mismo nivel que los hombres lobos, la conexión aún persistía y Taylor ya estaba unida a Theo. Esto debía ser demasiado doloroso para ella.

—Te llevaré con él.

Antes de que Bael pudiera desaparecer, el Guardián hizo surgir un espectro en forma de Jessy.

Bael soltó furioso a Taylor.

—No sé quién es, pero ella no es real —Raimi se atrevió a hablar a pesar de suponer con quien estaba tratando—, no te dejes engañar como tu amiga.

—Se que no es ella —rugió Bael.

Bael desplegó sus alas haciendo retroceder a Aiko y Raimi. Steve sostuvo a Taylor intentando protegerla.

El semidemonio fue directo al Guardian de la oscuridad, por un momento parecía que iba atacar porque el Guardian ya empezaba a moverse. No obstante, Bael podía sentir que aquella criatura se alimentaba del dolor de las personas. Un ser maligno de alto poder demasiado tentador para él.

Bael paró en seco en medio del aire y empezó absorber al Guardian oscuro, todo su poder empezó a ingresar a su cuerpo.

El chillido de terror y dolor de aquella criatura les heló la sangre a todos los presentes. Hasta Raimi que era un hombre resistente no pudo evitar sentir como se le revolvía el estómago.

Cuando no quedó nada de aquel ser, el cuerpo falso de Jessy y Theo desaparecieron junto a los demás. Taylor parecía en trance aún, como si estuviera soñando despierta.

Bael volvió a aterrizar delante de los cuatro observando como los tres cazadores rodeaban a Taylor protegiéndola.

—¿Usted debe ser uno de los primos de Theo cierto? —preguntó Steve temblando, veía en Bael el rostro de Alan, el demonio que hizo explotar a su padre en pedazos—, soy… Soy amigo de Taylor de su villa.

—¿Qué pasó aquí? —cuestionó Bael lleno del odio que le proporcionó la criatura—. ¿No se supone que este es un examen de cazadores o algo así? ¿Dónde está Gerald?

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