—Por la diosa luna —Odette se levantó—, hasta aquí puedo escuchar el conflicto, iré a ver que está pasando.
Theo le dio una sonrisa débil.
—No es nuestra familia si no se matan entre ellos en una reunión ¿cierto? —dijo intentando bromear.
Odette salió de la habitación y Theo siguió en la misma posición. Sujetaba la mano de Taylor casi recostado a su lado. Le rompía el corazón verla de ese modo, vulnerable y herida. Le hacía sentir tan impotente no poder hacer nada para poder ayudarla.
Taylor normalmente parecía alguien imponente e inquebrantable. Se veía tan poderosa y segura de sí misma que Theo pasaba por alto muchas veces que es humana. Que no tenía poderes o regeneración como ellos y algo como una bala o un accidente podía acabar con ella.
No podía imaginar un mundo sin Taylor, ella lo era todo para él. Desde que se levantaba y hasta que se acostaba. No sabía si era posible, pero cada día la amaba un poco más. Una vida sin Taylor no tenía ningún sentido para él.
—¿Eres real?
Theo levantó el rostro al escuchar la voz de Taylor.
—¡Taylor!
Theo se aproximó a ella para unir sus bocas.
—Gracias, gracias , gracias —Theo inundaba de besos su rostro—, por la diosa, estaba tan asustado.
Taylor abrazo a Theo con mucha fuerza.
—Mierda… —Taylor soltaba algunas lágrimas—, dime que eres realmente tú, dime que no es un sueño, dime que estás a salvo.
—Mi amor —Theo intentaba hablar entre los besos desesperados que se daban y las lágrimas que surcaban sus rostros—, mi amor, estoy bien, soy yo realmente. No me hicieron nada, lo que viste fue una alucinación.
Los dos lloraron y siguieron besándose de modo impaciente. A Taylor le costó un momento reconocer que ese no era un sueño o una alucinación. Theo la calmó entre caricias y mimos.
Cuando la cazadora pudo calmarse, él se acostó a su lado apapachándola y explicándole lo que había pasado desde que entró en trance. Taylor empezó a sentir vergüenza.
—¡Dios!, soy una idiota —gimió Taylor ocultando su rostro en el pecho de Theo—, todos pensaran que soy una débil de mente, ¡Qué horror! ¡Gerard y Bael se van a burlar hasta el cansancio!
Theo suspiró.
—Estuvieron muy preocupados de hecho —Theo negó con la cabeza mientras le acariciaba el cabello—, Bael estaba totalmente furioso, te ha agarrado mucho cariño como supuse que lo haría. Ustedes son un par de cabezas huecas impulsivos, por supuesto que se harían buenos amigos.
Le explico todo lo que pasó después de que los trajera y se fuera en busca de Gerard.
—¿Me estás diciendo que Steve, Raimi y Aiko están aquí? —pregunto incrédula.
—Aiko resultó ser la mate de Natsuki.
—¡¿QUÉ ME ESTÁS DICIENDO?! —Taylor se levantó de un salto de la cama.
Cuando Theo terminó de explicar todo lo que pasó mientras Taylor estaba inconsciente. Esta se reía a carcajadas.
—Como amo este lugar —dijo limpiándose las lágrimas que eran ahora de felicidad—, aquí pasa de todo, una nunca se aburre.
Theo se puso serio de pronto y Taylor lo notó inmediatamente, porque Theo no era de ponerse serio con normalidad.
—¿Qué pasa?
Theo tomó sus manos.
—Después de lo que pasó —él tragó saliva—, no es porque creo que seas débil, pero ver en qué estado quedaste, pensar que fue por mi culpa hace que me sienta miserable. No quiero ponerte en esa situación otra vez. La conexión de mates que tenemos se ha vuelto demasiado profunda y fue lo que te puso en peligro Si quieres que nos vayamos, si quieres dejar todo esto como lo hablamos hace años cuando llegamos. Podemos hacerlo ahora, antes de que todo empiece, antes de volver arriesgar nuestras vidas. Vámonos y pongámonos a salvo, viajemos por el mundo como soñaste.
—¿Dejarías a todos por mí? —preguntó Taylor pasmada.
—Tú lo eres todo para mi —Theo puso la mano de Taylor en su corazón—, no puedo perderte Taylor, eres la razón por la que respiro cada día. Te seguiría al fin del mundo si fuera necesario.
Taylor volvió a besarlo, pero este beso era diferente a los demás, este beso lo era todo para los dos.
—Theo Hutton —Taylor se arrodillo en la cama mirándolo con una sonrisa amplia—. ¿Quieres casarte conmigo?
Theo pestañeo varias veces procesando lo que acababa de escuchar.
—¿Qué?
—¿Quieres casarte conmigo? —volvió a preguntar Taylor.
La cara de Theo era todo un poema, era como si su cerebro no pudiera entender las preguntas.
—¿Estás rechazándome? —pregunto Taylor sin dejar de sonreír.
—¡Claro que me que me quiero casar contigo! —reaccionó Theo—. ¡Es lo que más deseo en este mundo!
La alzó en sus brazos para darle vueltas mientras Taylor se reía a carcajadas.
—Crei… crei… —Theo temblaba de la emoción—, yo pensé que tu jamás querrías casarte conmigo.
—Me haces sonar terrible —Taylor le beso la mejilla—, mi lobito de élite ¿Cómo no podría casarme contigo?
—Por la diosa luna —Theo no cabía en sí mismo—, te amo tanto Taylor, no tienes idea de lo feliz que me haces.
Taylor sujeto su rostro.
—Escúchame bien —Taylor lo miro directo a los ojos—, sé qué hace unos años llegué aquí con la peor actitud del mundo. Sé que te hice sentir que estaba aquí casi por obligación, pero por si no lo has notado he cambiado totalmente de idea. En contra total de mi voluntad me enamoré de tu familia. Yo siento ya que soy parte de ellos, cada uno se abrió ante mí y me han dado su apoyo incondicional. Quiero que formemos nuestra familia aquí junto a ellos, quiero una boda loca con tu papá siendo dramático o uno de tus tíos causando alboroto, quiero que nuestros hijos crezcan al lado de los hijos de tus primos. Quiero envejecer aquí contigo, junto a todos ellos. Así que no vuelvas a decir que nos iremos. Porque no solo es aquí donde perteneces, ahora los dos somos parte de este lugar y nos quedaremos a cuidar a los nuestros con toda nuestra fuerza.
Theo la veía como si fuera lo más hermoso de este mundo.
—¿Quieres tener hijos? —Theo brillaba de esperanza—. ¿Conmigo?
—¿Con quién más? —chillo Taylor—, por dios y tu diosa, ¿De verdad creías que no quería nada de eso cierto?
—Ya no importa —Theo la abrazo—, ¡Nos vamos a casar!
—¡¿Qué?! —Odette había ingresado a la habitación—. ¡Taylor despertaste! ¡¿Cómo es eso que se casan?!
El ángel corrió hacia ellos y los abrazo con mucho cariño.
—¡Felicidades! —dijo Odette cuando le explicaron—. ¡Estoy tan feliz por ustedes!
—¿Y qué pasó ahora? —Theo beso la frente de su hermana—. ¿Por qué se estaban matando?
—Junior confesó que era novio de Liana —Odette puso los ojos en blanco—, y después Auguste lo atacó porque resultó que Liana ha sido su mate todo este tiempo.
—¡¿Qué?! —a Theo se le cayó la mandíbula mientras Taylor explotaba en risas.
—¡Te dije que aquí uno nunca se aburre! —exclamó Taylor.
*****
Bael apareció en su departamento sintiéndose hecho m****a por completo. Debería ir al palacio a decirle al escuadrón mayor que había fracasado nuevamente, pero necesitaba un momento para él solo.
—Me prometiste que jamás nos harías algo como lo que él tío Jaime le hizo al tío Alex —los ojos de Gabriela se llenaron de lágrimas—, ¿Así quieres ser el padrino de mi hijo? ¿Cómo te puedo confiar su vida si ni siquiera proteges la vida de tus hermanos?
Bael soltó a Gabriela volviendo a su mirada normal y mirándola herido.
—Gaby yo…
—¡Nada de Gaby! —ella se limpió la lagrima traicionera—, te aprovechaste de la inocencia de Belial, hasta Haniel es más malicioso que Belial y lo sabes. ¿Qué va a ser después?, si mi tío Jaime te dice que yo soy un peligro ¿Me matarás a sangre fría?, si te dice que Angel es malo ¿Lo mataras a él?, no sé si deberíamos confiar en ti.
—Jamás les haría daño, hago lo que hago es para mantener a todos a salvo—Bael se desplomó en su mueble—. ¡¿Y todo para qué?!, no los encontré a esos demonios completos, he fallado de nuevo, no sirvo para cuidar el reino, no sirvo para encontrar a mi propia mate, ni siquiera sirvo para cuidar a mis hermanos. Soy un maldito desastre. No sirvo para nada.
Bael se tapó el rostro con sus manos.
—Está llorando de mentira —Angel entrecerró los ojos—, nos está manipulando como a Belial.
Gabriela suspiro cansada.
—No lo hace —dijo desanimada—, siento su dolor por la conexión de gemelos.
Gabriela se sentó al lado de su gemelo y le acarició el brazo.
—No eres tan inútil —dijo intentando levantarle el ánimo—, no quise decir de verdad todo eso, estoy enojada por lo de Belial, pero sabes que te confío mi vida y la de mi bebé a ojos cerrados.
—No eres tan mal hermano —Angel también se acercó sintiéndose culpable—, eres un cascarrabias, pero te quiero mucho. Siempre he querido ser como tú.
Hasta Haniel se había acercado.
—¿Quieres mi paleta? —le ofreció su hermanito menor, lo cual era mucho porque Haniel no compartía sus dulces—, es de fresa, sé que te gusta mucho la fresa.
—Son los peores en consolar a alguien —Bael se destapó la cara hinchada—, por la diosa y se supone que debo ser yo quien cuide de todos ustedes.
—No tienes por qué ponerte todo ese peso en la espalda Bael —Gaby lo abrazo—, somos un equipo aquí. Debiste hablar entre todos por lo de Belial, seguramente pudimos ayudar sin ponerlo en peligro. Da gracias que no le avisara a papá, sino estarías en reales problemas, pero no quise empeorar la situación.
Bael miro a todos lados.
—¿Tampoco le dijeron a Estefan? —preguntó Bael al no ver a su trillizo perdido.
—Oh, él está en otro enrollo —Gabriela sonrió con malicia—, te has perdido de un par de noticias.
Bael la miró temeroso.
—¿Ahora que paso?
Angel gruñó detrás de él.
Bael alzó una ceja en dirección de su hermano.
—El alfa francés atacó a Junior, porque este beso a Liana —Angel parecía desolado—, el alfa resultó ser el mate de Liana.
Bael se paró de inmediato.
—¿Vas a matar a Auguste verdad? —preguntó Gabriela con una sonrisa maniática.
—Voy a patear su engreído y altanero trasero. —gruño Bael—, quédense aquí, traeré dulces y a Belial para hacer una pijamada de hermanos después de enterrar vivo a un alfa francés traicionero.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUN