THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUN romance Capítulo 26

—Tienes que resignarte de una vez —decía Belial acariciando su espalda—, todos en la familia lo somos, Haniel lo será sin ninguna duda, no era posible que solo uno de nosotros no pueda serlo.

—¡No quiero! —lloriqueaba Angel recostado en el suelo—, ¡No quiero, no quiero, no quiero!

—Como diría mi tío Alan —Junior se puso encima suyo y empezó a imitarlo—, “Eres un Hoffman ¡Comportante como un Hoffman!”

Belial se rio, pero Angel soltó un lamento.

—Vas a tener poderes y seguramente serás tomando más en serio a partir de ahora —Junior se cruzó de brazos—. ¿Por qué estás tan en contra de esto?

—Mis hermanos son un par de idiotas —espeto Angel—, van por la vida destruyendo todo a su paso, siendo groseros, haciendo lo que se les da la gana y nadie les puede refutar nada porque te podrían matar de un golpe. Son tan idiotas que no se dan cuenta que solo los usan como armas y los mueven de un lado a otro como marionetas. Lo peor es que ellos ni siquiera tienen la culpa, comparten alma con seres malignos que los consumen desde adentro. ¡Yo no quiero luchar contra un demonio que quiere consumirme el alma por lo que resta de mi vida!

Belial se entristeció.

—Al menos tú tienes una alma —se afligió Belial—, se supone que yo debería recordar mi vida pasada en algún momento y no sé si volveré a ser el mismo. No tendré mate y viviré infinitamente mientras no maten este cuerpo. Tú tienes un futuro, aunque seas semidemonio.

Angel frunció el ceño mirando a su hermano.

—Estás ahogándote en un vaso de agua —dijo Junior—, si, vas a cambiar y tal vez no para mejor, pero serás poderoso, tendrás poderes, podrás teletransportarte a cualquier lugar del mundo en segundos… ¡Podrás llevarnos a cualquier parte del mundo cuando sea! ¡Imagina los lugares que podremos visitar!

Angel resopló resignado.

Belial miró a Junior.

—Angel cumplirá 17 años dentro de poco, tal vez por eso ya está empezando a cambiar —dedujo el demonio completo—, mi mamá me contó que Bael empezó a mostrarse justo a la misma edad. Todos pensaban que iba a no tener poderes como tío Alex y que Gabriela sería la única semidemonio.

Entonces Angel se dio cuenta de algo.

—Si yo soy un semidemonio —miro a Junior—, es posible que tú también lo seas.

—No hay híbridos de demonios y vampiros.

—No había híbridos de demonios y hombres lobos hasta mi papá —replicó Angel—, dentro de unos meses tú también cumples 17.

—Además tú también eras parte hombre lobo hasta que tu vampiro lo mato —dijo Belial—, ¡Los dos serían semidemonios y yo uno completo! ¡Seríamos imparables!

Junior sonrió.

—Aunque no lo fuera, estoy seguro de que tendré los poderes de mi mamá —Junior soltó una carcajada—, ¡Vamos a ser más poderosos que el escuadrón de inútiles!

Angel no pudo evitar el abrazo de tres, al menos sabía que aún los tenía a ellos para apoyarlo en su futuro cambio de personalidad.

—¿A ti te mando un mensaje papá diciendo que regresemos a la casa porque mañana tenemos una visita temprano en la mañana y que si no obedecemos nos matara? —preguntó Belial revisando su teléfono.

Angel saco el suyo propio.

—Si, con todo y emoticón enojado —sonrió Angel.

—Iré con ustedes a hacer una pijamada, debe ser alguien importante y no puedo con el chisme —declaró Junior.

—No le digan que ya tengo síntomas de mi parte demonio —les pidió Angel—, aún no. Mi papá es capaz de lanzarme de un acantilado para que me salgan las alas.

****

—¿Qué es ese ruido? —Jessy paró de caminar y busco el sonido.

—Es una pequeña cascada que está cerca de aquí —señaló Bael la dirección donde estaba la cascada—. Cuando profundizas en el bosque, puedes encontrar varias y más grandes.

—Quiero ir a ver —dijo Jessy entusiasmada—. Si quieres puedes seguir tu camino, creo que puedo llegar a casa.

—¿Creo? —Bael alzó una ceja—. Te he traído por un camino algo alejado, no quiero que te pierdas y me echen la culpa, mejor te acompaño.

—No seas cascarrabias.

Los dos caminaron varios minutos en dirección del sonido del agua, Jessy quedó pasmada cuando llegaron al lugar, el agua resplandecía por lo grande y brillante que estaba la luna. Una gran cantidad de luciérnagas bailaban destellantes sobre el agua.

Jessy caminó lentamente hacia ellas.

—Son preciosas —dijo susurrando—. Esto es lo más hermoso que he visto desde hace mucho tiempo.

—Pero si me ves todo el tiempo en la escuela —bromeó Bael.

Los dos rieron.

—Tu eres realmente feo al lado de las luciérnagas —dijo Jessy siguiendo el juego—. Yo no sé cómo tienes tantas admiradoras, porque aparte de feo eres insufrible.

—Mira quien lo dice —bufo Bael—. Tu eres una bruja insoportable.

Jessy sonrió. Caminó al borde del agua, se agacho para sumergir algunos dedos en esta y mirando el reflejo de las luciérnagas en el agua.

Bael noto otra vez la sangre en sus mangas.

—¿Cómo te heriste?

Jessy salió de su trance.

—Estaba cocinando y me corté con un cuchillo —explicó vagamente.

—Encima eres torpe —replicó él—. ¿Pero ya estás bien no?

Jessy asintió.

—¿No sería hermoso morir aquí? —hablo de repente—. Lanzarte al agua y que lo último que vieras antes que el agua inunde tus pulmones, sea como las hermosas luciérnagas bailan con el brillo de la luna.

Jessy se dio cuenta que Bael aún estaba con ese uniforme que usaba en el Reino.

—¿Vives en el palacio? —pregunto Jessy—, creí que dormirías ahí.

—Prácticamente vivimos todos ahí, porque es donde más pasamos tiempo, tengo mi propia habitación desde niño —le explicó Bael—, pero mi familia tiene su propia residencia, aunque yo prefiero mi departamento por mi privacidad.

Jessy le acarició el rostro.

—¿Qué pasó? —Jessy sintió un poco de miedo—, estás ileso, Auguste me dijo que tu padre te torturaría o algo así, estuve muy nerviosa.

Bael mostró su media sonrisa, Jessy recordó que era la misma de la que su sueño.

—La felicidad de saber que es abuelo pudo más que su malestar —hablo Bael—, ya casi toda nuestra familia lo sabe, mi madre se puso a llorar sin control. Le dio permiso a Haniel a dormir aquí y te quiere a ti y a Dantalian a primera hora en su casa para conocer a su nieto.

Jessy sonrió débilmente y Bael lo notó.

—Nadie te hará pasar un mal rato —dijo él con firmeza—, ya les advertí. Primero visitaremos a mis padres y después, cuando estén listos, a la demás familia. Se lo abrumadores que podemos ser todos juntos, así que lo ideal será por partes.

Jessy por primera vez tomó la iniciativa y lo besó en los labios. Bael aceptó gustoso. Había sido un día muy estresante y estar nuevamente en los brazos de su mate era lo mejor que podía pedir.

Entonces Jessy preguntó algo extraño.

—¿Me odiabas?

—¿Eh?

—Cuando… a quien era yo antes de perder la memoria, yo he escuchado que tu no nos llevábamos bien —“soñé como me jurabas apuñalarme”, pensó Jessy desconsolada—, Auguste no lo explico muy bien, pero escucho rumores de cómo éramos nosotros en la escuela.

—Tu eras un dolor de diente —bromeo Bael—, y yo era un completo idiota, los dos nos molestábamos mucho en la escuela. Creo que yo incluso entonces sentía la conexión de mates, pero no supe llevarla. Tenía la necesidad de llamar tu atención en todo momento y me molestaba si eras amiga de otras personas. Era tan estúpido en pesar de que no te soportaba y que por eso hacia esas cosas. Tu por tu parte lidiaste conmigo lo mejor que pudiste, te defendiste y no me dejaste salirme con la mía.

La beso con rapidez mordiendo sus labios. No obstante, Jessy lo detuvo.

—Yo era una impostora —corto el ambiente—, era…te engañe, yo…

—Hiciste lo que tuviste que hacer para salvarte y salvar a tu padre —Bael la tomo de su rostro—, yo lo se mejor que nadie, ¿Te conto Auguste que intentaste suicidarte para que yo no tuviera esta carga?

Jessy abrió muchos los ojos.

—Ya no tienes nada de qué disculparte Jessy —dijo él con firmeza—, si tenías algo que pagar, lo hiciste en el momento en el que casi mueres por acabar con tu madre. Ya no tienes que cargar con esa culpa.

—No soy ella —susurro Jessy desesperada—, no soy tu Jessy, la feroz chica que no tenía miedo de enfrentarse a ti y a tu primo. La de la cual todos hablan, yo… yo no soy más ella.

—No importa, no me importa —replicó Bael—, así cambies en mil formas, en todas te voy a amar.

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