Jessy casi se cae de la impresión, ese lugar era enorme. Siempre soñó en darle una mejor vida a su hijo. Vivir en una casa más grande de la que vivía. Donde nada le faltara. A veces fantaseaba con una cocina más espaciosa porque le encantaba cocinar y un horno para hacer ricas galletas como el que tenía Kaya. Aunque casi nunca pudo costearse los ingredientes de los postres.
Ahora Bael estaba con una gran sonrisa diciéndole que esa enorme mansión que tenía su propia piscina y un jardín enorme conectado al bosque. Era su nuevo hogar.
Realmente no podía creerlo.
No podía procesarlo.
—Bael… es… es… —Jessy no tenía palabras.
—¿Te gusta verdad? —Bael pareció apagarse.
—Es un lugar grandioso —hablo Jessy sin salir de su asombro—, pero Bael, ¿esto no es demasiado?, aquí podrían vivir más de una docena de personas.
—Es del tamaño que la casa de mis padres —Bael miró de nuevo la mansión como si para él no fuera tan grande como mencionaba Jessy—, incluso más pequeña que la de Gaby. No sé, tengo de referencia el palacio real, así que seguramente no soy bueno juzgando el tamaño de las cosas.
Jessy no respondió, aun viendo la fachada del lugar con asombro.
—Realmente eres un príncipe ¿no?
Bael alzó una ceja y esta sonrió ligeramente.
—Y uno muy rico —Bael tomó las manos de Jessy—, te comprare el mundo y no hay nada que puedas hacer al respecto.
Jessy negó con la cabeza.
—Eres un idiota.
Jessy se tapó la boca inmediatamente, abrió mucho los ojos y miró aterrada a Bael. Este abrió la boca. Ella fue la que habló, pero por un momento sintió como si su boca hubiera obrado sola, hasta su tono de voz parecía distinto, con un toque de sarcasmo que ella jamás usó con nadie.
—¿Qué dijiste? —preguntó Bael.
—Lo siento —Jessy negaba con la cabeza—, es como…. Te juro que jamás insulté a nadie, fue como si mi boca se moviera sola.
Bael dio un paso hacia ella, observándola con detenimiento. Jessy trago saliva y entonces lo vio. Esa media risa torcida y maligna.
—Debió ser un reflejo —hablo Bael con calma—, sonaste como la antigua tu. Solías insultarme mucho y casi todo el tiempo.
—¿De verdad?
—Si.
Bael la atrajo para besarla con cariño. Jessy pudo sentir un poco de anhelo, intento no pensar en lo mucho que Bael debía extrañar a la antigua Jessy. No quería sentir celos de ella misma.
—Este es el inicio —Bael separo sus bocas para darle un cálido abrazo—, seremos muy felices aquí. Solo debes tener paciencia.
Jessy le creyó con toda el alma.
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—Hace mucho que no venía a las tierras lejanas de corea —dijo el cazador mirando todo él lugar como si fuera un parque de diversiones y no una escena del crimen—, puede que su tasa de crímenes sea baja, pero cuando se cometen, son realmente espeluznantes, ¿No es genial?
Gerard alzó una mano para chocarlas, pero la mirada asesina de Estefan hizo que la bajara de nuevo.
—¿Puedes comportarte como el mejor rastreador que dicen que eres? —gruño el semidemonio.
—Ay, que aguafiestas eres —Gerard observó todo con más detenimiento y después alzó las fotos grandes que tomaron cuando encontraron las fotos—, tienes razón, esto fue hecho por un profesional y transmite un mensaje de advertencia.
—¿En qué crees que estuvo metido? —pregunto Estefan.
—Crimen organizado de todas maneras —Gerard se arrodillo al lado de las manchas de sangre donde estuvo el cuerpo de Shin—, del que maneja mucho dinero, tanto que crean que tienen el poder suficiente para enfrentarse a una investigación humana, como de hombres lobos.
Estefan se cruzó de brazos.
—¿Crees que estén interfiriendo en la investigación humana?
—No quiero alzar falsas acusaciones, pero creo que sí —Gerard se levantó sonriéndole de manera maniática a Estefan—, además debe haber gente corrupta dentro de la manada. Porque esta es una clara declaración que no les importa meterse con Joon y contigo. Deben sentirse seguros.
Estefan tenía un tic en el ojo.
—Esos hijos de puta no se van a salir con la suya.
—Te recomiendo desde ahora no confiar más en nadie de esta investigación —Gerard se alejó caminando por toda la sala de la casa de Shin—, incluso que parezca que estás haciendo algo muy superficial para alegrar a Joon. Así tal vez mantengan las defensas bajas.
Estefan se quedó pensativo.
—¿Crees que están metidos en la manada?
Angel sonrió.
—Prefiero sentir tu furia antes que le pase algo a mi lindo sobrino —Angel miro el vientre aun plano de Gabriela—, estoy ansioso por conocerlo.
—Ser normal está sobrevalorado —Gabriela tomó de su propia limonada, disfrutando la brisa marina—, además podrás hacer algo muy grandioso con tus poderes.
—¿Viajar por el mundo?
—Defender a los que amas —replicó Gabriela—, ser un escudo contra él mal del mundo. ¿No te entusiasma hacer eso?
Angel sonrió.
—No lo había pensado de esa manera —asintió el menor—, eso no suena tan mal.
Los dos se quedaron callados un momento viendo las olas del mar moverse de un lado a otro.
—¿Por qué hace tanto frío? —preguntó Gabriela.
—¿Frío? —Angel miro al cielo—, hace calor y el sol está a su tope.
Gabriela empezó a temblar.
—Necesito que me lleves a un lugar caliente ahora —gruño asustada—, creo que me estoy congelando.
Angel se levantó con rapidez llevando a Gabriela adentro de su casa, guiándola a su habitación. La puso en su cama y empezó a cubrirla con las mantas que encontró. Inmediatamente sacó su celular y llamó a Bael.
—¿Qué le pasa a Gabriela? —preguntó Bael de inmediato como si le hubiera leído la mente—, la conexión que tenemos vibra un poco.
—¡Está temblando como si estuviera en el ártico! —exclamó Angel por el teléfono—, ¡Vengan a ayudarla! ¡Trae a Jose que está en el palacio!
Gabriela gritó y Angel lanzó su teléfono lejos.
Su hermana mayor gritaba muy fuerte y hacía la casa temblar. Angel no se le ocurrió más que abrazarla para intentar calmarla. No supo bien qué pasó, pero de pronto Gabriela lloraba y se destapaba.
Entonces Angel quedó consternado al ver que el vientre de Gabriela estaba tan grande como si estuviera a punto de dar a luz.
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