THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUN romance Capítulo 4

¡Hola!

Como dije en i*******m, tienen que prestar atención en algunos detalles de este capítulo ya que se dan algunas datos importantes de la historia. Espero que disfruten leyéndolo.

Recuerden que estoy avisando que estoy actualizando en las historias de I*******m para las que no son notificadas, pueden buscarme como: angiel.afk

¡Cuidense!

...

—¡Más rápido mami!

Dantalian soltaba carcajadas mientras Jess saltaba de un lado a otro en su forma de loba para que su hijo que estaba en su lomo se divirtiera.

Ya habían pasado tres días desde que habían dejado la manada, cuando Roman dijo que era una manada cercana, pensó que les tomaría la mitad de un día llegar ahí. Al parecer el concepto de “cercano” de Roman no era el mismo que el de Gunnar.

Este dormitaba encima de unas de sus bestias que había invocado. En el pasado las bestias que invocaba no duraban ni una hora vivos porque solían ser asesinadas con prontitud. Las bestias habían sobrevivido y Gunnar no sabía que podía hacer con ellas. Jamás le explicaron si podía devolverlas o estas se desvanecían después de unas horas.

Sin embargo, las bestias seguían vivas y obedecían a Gunnar totalmente, al comienzo pensó que sería un problema para los habitantes de la manada transportarse con esos horribles seres. Mayor fue su sorpresa al ver que los recibieron con agrado porque habían luchado junto a ellos en la batalla.

Ahora los veían como protectores, algo bastante irónico ya que las bestias fueron invocadas para matar hombres lobos.

Dantalian y varios niños amaban a las bestias, se quedaban mirándolas y hasta le pusieron nombres.

En el que estaba transportándose Gunnar se llamaba “Frufru”

A Gunnar le enseñaron solo a invocarlas, jamás le dijeron de donde provenían o de que se alimentaban. Empezó a observarlas y aprender de ellas.

Observo a la manada en general, caminaban uno tras de otros transformados en lobos. Los niños y jóvenes que aún no se transformaban iban en los lomos de sus familiares cambiados.

Tomaron un descanso a mediodía, en una zona donde había menos nieve y más vegetación. Entonces se dio cuenta que las bestias eran vegetarianas al comer hierbas y hojas.

—Falta poco —dijo Kenai entregándole un pan envuelto en papel—, Roman dice que en unas horas llegaremos a la manada, en caso oscurezca temprano, acamparemos y seguramente mañana por la mañana estaremos ahí.

—Ojalá —Gunnar agradecido por el pan, lo partido por la mitad y le entregó una parte a Jess que estaba sentada a su lado—, al menos por aquí no hace tanto frío

—¿Viviremos en ese nuevo lugar mami? —Dantalian lamia una paleta de dulce que Gunnar empaco rápidamente—. ¿No volveremos a casa?

—No lo sabemos amor —dijo Jess acariciándole la cabeza—, pero no te preocupes, todo se resolverá pronto.

—Me gusta aquí —dijo Dantalian mirando a su alrededor—, es divertido salir de paseo, pero deje muchos de mis juguetes. Solo traje al señor Toto.

Horas después acamparon y al amanecer siguieron su camino, aunque muchos de los niños se quejaron por despertarlos tan temprano.

—Es incluso más pequeña que nuestra manada —dijo Gunnar mirando el nuevo lugar de lejos.

Todos volvieron a transformarse en humanos.

Escucharon decir a Roman que se iba a cercar solo y que iba a conversar con él alfa. Kenai lo acompañó. Gunnar esperaba que todo saliera bien, porque si no, se teletransportaría con Jess y Dantalian lejos de ahí. Ya no podía hacer nada por ellos.

Después de veinte minutos Kenai les pidió que entraran a la manada lentamente, al parecer el alfa de ese lugar había accedido a que ellos entraran a la manada.

Los miembros de esa manada salieron de sus casas para recibirlo y el alfa los esperaba junto a Roman.

—Quieren hablar contigo —le dijo Kenai a Gunnar—, Roman le dijo al alfa que eres el emisario de la familia, un druida.

Gunnar lo miró con mala cara, ya casi no existían Druidas porque los hechiceros ahora veían como algo humillante servir a los hombres lobos después de toda la enemistad entre las dos razas.

—Es su manera de explicar tu presencia aquí —Kenai pareció decaído—, le dijo que tienes una pareja de nuestra manada.

—¿Jess? —Gunnar alzó una ceja.

Kenai asintió de mala gana.

—Bueno —Gunnar palmeo la espalda de Kenai—, no está muy alejado de la realidad.

Se acercó a Roman mientras Kenai lo miraba consternado. Gunnar jamás se cansaría de molestarlo.

Todos empezaron a acomodarse y Gunnar siguió a Roman y al otro alfa a su casa cerca al centro de la manada nueva. Kenai apareció poco después y un sujeto que miraba a Gunnar estudiándolo de pies a cabeza, como si desconfiara de él. Gunnar tuvo que retener el impulso de hechizarlo.

—Soy el alfa Cameron —dijo el alfa del lugar dándole la mano a Gunnar—, aquí el alfa Roman me explico las proezas que has realizado en su manada, si es cierto, eres un poderoso emisario druida. Más de lo que cuentan las leyendas, nunca había conocido a un druida. El último emisario en esta manada fue hace 100 años.

—Uno hace lo que puede para salvar a su manada —sonrió Gunnar algo incómodo.

—¿Pero no es tu manada hace mucho no? —preguntó el sujeto desconocido que seguía observando a Gunnar sin reparo, parecía como si fuera a atacarlo.

Gunnar alzo una ceja.

—Conocía al padre de Roman hace muchos años —Gunnar le devolvió la mirada al sujeto sin miedo—, me aceptó en su manada hace 6 años con mi familia. Ahora creo que ya somos parte de ella.

—Claro que lo son —Roman asintió muy agradecido—, me salvaste la vida Gunnar, salvaste a mi manada, por supuesto que eres parte de ella.

—Te presento a Bruce — señaló el alfa Cameron—, el pertenece a la manada “Black Moon”, una de las grandes manadas de los territorios libres.

—Soy el beta del alfa de esa manada —se presentó Bruce—, vine de aquí de visita, una de las chamanas de la manada tuvo sueños extraños por estas tierras, vio demonios bailando o algo así. Estuvo molestando mucho al alfa diciendo que era una premonición, ya que las visiones de esa chamana suelen tener la mayorías de veces razón, me mandaron a visitar esta manada y verificar que todo esté bien.

—Y yo que creí que venías a ver a un viejo amigo —sonrió el alfa Cameron.

—Bueno, al parecer la chamana tenía razón —dijo el alfa Roman—, cosas malas están sucediendo aquí. La gente de Normun ha vuelto.

—¿No se supone que él fue derrotado en la guerra hace más de 20 años? —preguntó Kenai confundido—. ¿No murió casi toda la manada “Howling Forest” en batalla para acabar con él?

—Si la manada de “Howling Forest” fue aniquilada —dijo Bruce sombrío—, mi gente mató a la bazofia de Normun luchando con su gente, a un costo muy grande, solo sobrevivimos pocos de esa gran manada.

—¿Sobrevivimos? —Gunnar alzó una ceja—. ¿Provienes de ahí?

Bruce suspiró mirando a Cameron.

—¿Tienes algún mapa de las tierras libres?

Cameron asintió y trajo uno rápidamente desplegándolo en la mesa de la sala.

—Como saben las tierras libres están desplegadas en toda Alaska y parte de los bosques canadiense, por el cual la manada principal de Canadá sigue insistiendo soberanía —señaló bruce el mapa—, antes de la gran guerra hace 20 años, las tierras libres tenían manadas grandes, pequeñas y medianas. Las cuatro más importantes eran “Black Moon”, “Howling Forest”, “Steel Fangs”, “Lunar Fury”. Sin embargo, una manada que se hacía llamar “Wild Blood” surgió sin que nadie se diera cuenta al este de Alaska. Empezó a atacar pequeñas manadas eliminando a los alfas y su linaje. Hacían escoger entre la gente de las manadas morir junto a sus alfas o unirse a ellos como estrategia para seguir creciendo, algunos accedían y otros por miedo se unían a ellos. Wild Blood se fue haciendo cada vez más fuerte y peligroso bajo el mandato de su alfa asesino Normun. Infectando a muchos con sus ideales de ser solo una gran manada en todas las tierras libres e ir a recuperar Canadá.

—La principal manada canadiense está bajo la soberanía del Reino de los hombres lobos —Gunnar bufo—, estaba idiota, la alianza de manadas del Reino los hubiera aplastado como insectos.

—Tu poder es magnífico —dijo Cameron.

—Jamás pensé que algún día me teletransportaría —hablo Bruce mareado.

—Son cientos —dijo Roman con un hilo de voz—, nos hubieran matado a todos si no nos hubiéramos ido.

Miraron hacia el pueblo vació, Gunnar pensó que Roman tenía razón, eran demasiados para luchar. Hubieran perdido, eran el más del quíntuple de hace unos días.

Vieron como empezaban a incendiar al pueblo y a buscar furiosos a la gente.

—Mátalos Gunnar —dijo Roman llorando de impotencia al ver que destrozaban su hogar—, mátalos a todos.

Gunnar suspiro y saco la sangre de demonio, el frasco estaba a un rebosante pero aun así solo tomo una gota, era lo único que necesitaría. Lo guardo y se concentró en la magia demoniaca que apareció dentro de sí.

La magia se exteriorizó y los demás miraron como los ojos y las palmas de Gunnar brillaron de color verde.

Gunnar empezó a recitar sus hechizos y las runas explosivas empezaron a detonar por toda la manada matando a algunos de los atacantes. Después que intentaron huir, Gunnar empezó a invocar desde su posición a bestias enormes que los persiguieran, invocó más de cincuenta y tuvo que tomar otra gota de sangre demoníaca para invocar más, ya que les ganaban a sus bestias en números. Un ciento de bestias sería suficiente para detenerlos un poco, se demorarían días en organizarse para seguirles el rastro.

—Ya deberías irnos —Gunnar se sujetó de Roman—, estoy a punto de desmayarme.

—Vámonos entonces —dijo Roman preocupado por Gunnar.

—Esperen un poco —dijo Bruce maravillado—, joder Gunnar, esto es un poder magnifico.

—Si, bueno, esto es todo mi poder, estoy a punto de estirar la pata si sigo esforzándome —se quejó Gunnar—, larguémonos.

Sin previo aviso una bola de color azul brillante fue directo a ellos. Bruce, Roman y Cameron gritaron, pero una pared invisible hizo estallar a la bola de poder.

—¡Ja! —Gunnar soltó una risotada—, van a necesitar más que magia blanca y de principiantes para detenerme, deben tener un hechicero entre ellos. Debió rastrear la procedencia de la magia porque no puede anular mis runas por sí mismo, están demasiado protegidas, se infestará de magia maligna y se morirá si lo intenta —miro a Roman—, para eso sacrifique a todos los animales y necesitaba tu sangre.

Roman lo miró aterrado.

—Larguémonos de aquí sí saben dónde estamos —Bruce se levantó después de haber caído al suelo del susto—, ¿Por qué no llegó a tocarnos esa bola?

—Porque puse una cúpula de protección alrededor de nosotros —dijo Gunnar acercándose al borde de esta—, esperen un segundo, voy a enseñarle a ese zoquete que es una bola de magia bien hecha, es lo básico de la magia y me avergüenza lo que nos lanzó.

—¡Gunnar ya vámonos! —le pidió Roman.

Pero Gunnar empezaba a sentir el odio demoníaco en su ser y era difícil detenerlo a veces, era una de las consecuencias de la magia negra. Salió de la cúpula, hizo aparecer diez bolas de fuego verde, eran triple de grande de la bola que les lanzaron y las impulsó hacia los que peleaban con sus bestias.

Cayeron como meteoritos, la escena parecía el fin del mundo.

Gunnar escupió su propia sangre sintiendo el desgarro de empujar los límites de su magia y volvió a la cúpula.

—Sujétenme, tenemos que volver —dijo demasiado débil.

Los tres lo sujetaron y se teletransportaron a la sala del alfa Cameron, de donde había desaparecido en primer lugar.

—Tenemos que irnos antes que vengan aquí también —le dijo Gunnar a Roman antes de desmayarse.

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