Tu no me mandas romance Capítulo 42

Raisa

Conduzco lo más rápido que puedo, y trato de ver bien la carretera ya que puedo chocar, para la próxima que conduzca Jane, o mejor dicho en mi vida me vuelvo a subir a un carro con ella ya que da mala suerte, siento que me da palmadas en el hombro.

-Ahí vienen, apresúrate- siento que chocan la parte de atrás del acarro, veo por el espejo que se están posicionando junto a nosotras y agradezco que a Jane le gusten los autos de lujo veloces ya que eso nos da ventaja, cuando se esta posicionando junto a nosotras veo a unos cinco hombres con pasamontañas negro, cuando me distraigo viéndolos siento como le pegan al carro casi sacándonos, pero rápido muevo el auto, y piso el acelerador yendo lo mas rápido que puedo, concentrándome en conducir y no chocar.

-Si eso es- escucho que dice Jane.

-Ya tenemos señal, acelera- asiento sin despegar mi vista de la pista, escucho como ella llama a alguien que por lo que escucho es a Damián y a su padre y la escucha tecleando que yo espero que sea que le mande nuestra ubicación, se me quita un gran peso de encima, pero no me dejo de preocupar por que nos puedan atrapar, veo la gasolina y veo que tenemos muy poca, carajo pienso.

-Oye Jane- digo.

-Si.

-No es por apresurarlos pero mientras vengan más rápido mejor ya que nos queda poca gasolina- digo entra cortada por hacer diferentes cosas a la vez, ella maldice por lo bajo comprobando lo que digo, escucho como empieza a insultar, y yo veo como están hasta hasta atrás, suspire relajándome, pero luego veo como una camioneta que no se de donde salió se posiciona enfrente de nosotras tapando el paso, me detengo, cuando veo que se bajan unos tipos con pasamontañas muy rápido, quedando en blanco pero reacciono cuando siento como se me acerca Jane y me pega en la pierna.

- Retrocede ahora- grita y yo asiento retorciendo el auto muy rápido, por la adrenalina ni siquiera pienso en que puedo chocar, giro el carro a ciento ochenta grados muy rápido haciendo rechinar las llantas viendo que enfrente esta otra camioneta, miro el camino y  veo que queda otro camino así que acelero lo mas que puedo rebasando a la camioneta dejándola hasta atrás las tres camionetas, cuando pasaron minutos y me fijo que no hay nadie siguiéndonos bajo la velocidad y me doy cuenta que se está acabando la gasolina, pero sonrió cuando veo unos negocios cerca y casas, el carro se para poco a poco porque se ha acabado la gasolina, volteo a ver a Jane, ella hace lo mismo.

-Eso fue- digo, mirando a un punto fijo sintiendo toda la adrenalina correr por mi cuerpo de una manera jamás experimentada.

-Asombroso- termina, con el mismo tono que yo, la miro y sonrió  yo no diría eso, ya que casi me desmayo a media persecución y tengo un terrible asco con mi corazón acelerado, no quiero pensar que nos hubiera pasado si nos hubieran atrapado, y Jane diciendo que es asombroso.

-Estuvo increíble es..- se detiene abriendo los ojos, se baja del carro arqueándose y  vomitando en el pavimento, sonrió más, eso es como el karma, me bajo del auto con una botella de agua, y se la tiendo, ella la toma haciendo gárgaras repetidas veces, se recompone limpiándose la boca.

-Ni una palabra de lo sucedido- dice caminando por el pavimento, veo el vómito de Jane, si las personas creen que todo la que hace Jane es asombroso deberían ver esto, hago una mueca de asco aguantando las arcadas, y me dispongo a seguir a Jane, dejando el auto atrás.

-Aceleremos el paso que no tardan en llegar- asiento mientras aceleramos el paso, caminamos como por media hora donde siento que mis piernas no dan para más cuando por fin entramos a un hostal, pide una habitación dando un nombre falso, cuando entramos a la habitación hago lo que he querido hacer desde que nos persiguen, me derrumbo en el suelo y recargo mi cuerpo en la pared, suspiró cerrando los ojos, teniendo un poco de paz.

-Recuerda Raisa, siempre has las cosas por ti ya que con los demás sirven para un mierda y mas los hombres, mira hace mas de media hora les avise que nos perseguían y ni siquiera han venido, y eso que es el hombre que disque te ama y mi disque hermano y para colmo mi padre, sirven para una mierda, hubiera llamado a mamá o a la tuya y te aseguro que ya estuvieran aquí hace diez minutos- y toda mi paz se fue a la mierda cuando escucho el parloteo de Jane que camina de un lugar a otro, yo sigo sin abrir los ojos pero escucho sus pisadas, así pasan los minutos o las horas no lo se hasta que escucho como tocaban la puerta, me pongo alerta viendo con que puedo atacar, veo a Jane caminar tranquilamente a la puerta, abre como si nada y me tranquilizo que son Damián, mi tío y mi padre, veo como Damián con paso tranquilo pasa al lado de Jane empujándola ligeramente cuando se dirige a él, yo creo que a reclamar, se agacha a mi altura observándome uno segundos desde su altura y antes de decir algo me cubre con sus brazos en un abrazo, me aprieta más de la cuenta y creo que nunca me había abrazado de esta manera, demostrando por primera vez una emoción que no conocía en el " preocupación", sonrió devolviéndole el abrazo. 

Me sostiene de los hombros separando su cuerpo del mío, le sonrió para que se tranquilice, el pasa una mano por mi mejilla acariciándola, extrañe tanto su toque pensando por un momento que nunca más lo sentiría que cierro los ojos disfrutándolo.

-Estas bien dulzura- se ve cierto alivio en su cara, acerco mis labios a los suyos uniéndonos sin importar quién más está aquí, tan solo disfruto de este momento con él, cierro los ojos disfrutando de ese tierno beso, nos separamos con una sonrisa.

-Yo también estoy bien- escucho a Jane decir.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Tu no me mandas