¿Tuvimos un hijo romance Capítulo 359

Capítulo 359

-Solo quiero que sepas que nunca me daré por vencida con Elias -dijo Alma, pues estaba ahi por la única razón de intentar hacer enojar a Anastasia, después de que su propio y amargo resentimiento la abrumara-. Por el resto de tu vida, me tendrás como tu competencia -añadió con confianza y continuo. Estoy segura de que será cuestión de tiempo antes de que el presidente Palomares se fije y se enamore de mi.

-Tus logros sin alcanzar no me interesan, así que puedes llevarte tu alardeo para otra parte

señaló Anastasia de forma sarcástica, sin estar ni impresionada ni intimidada.

– Ya veremos quien será la verdadera ganadora! -exclamó Alma con arrogancia, mientras que el desprecio cruzaba por sus ojos.

«Ahora que mi padre ya planeó su muerte, una vez que nos deshagamos de ella, Elias será mio tarde o temprano!”.

Era cierto que Anastasia, por su parte, le había afectado lo que Alma dijo, aunque esta ya se había ido, pues parecia que era constante que Elias tuviera una avalancha de mujeres que no dudarían en tomar la más mínima oportunidad que tuvieran de acercarse a él. Cuando cayó la tarde, Anastasia se decidió a invitar a Elías a comer como una forma de disculpa por lo que había pasado la noche anterior, pues de no haber sido por su reacción exagerada, las cosas no hubieran terminado de manera tan tensas y la noche hubiera tenido un cierre perfecto. Ella tomó el teléfono y marcó la extensión de Elías, pero cuando este no contestó, la llamada se transfirió en automático a la línea de su asistente.

Hola, esta es la oficina del presidente -saludó la asistente con cortesía.

Hola, Leslie. ¿Se encuentra el presidente Palomares en este momento?

-iOh, señorita Torres! Parece que el presidente Palomares ya se fue a la comida que tenía programada para hoy.

Ya veo. Está bien, gracias.

Anastasia colgó la llamada y soltó un suspiro de frustración, así que, en su lugar, invitó a Fernanda a comer; mientras tanto, Érica estaba en una nube en lo que iba de camino al restaurante. Ella se miraba de forma constante al espejo para asegurarse de que luciera tan perfecta como cuando salió de casa; de hecho, cualquier mancha que hubiera en su maquillaje la podía sacar de quicio a ese punto. Ella pensaba que por lo menos una cosa le tenía que llamar la atención a Elías, lo cual explicaba por qué le pediría que fueran a comer de la nada. Ese pensamiento la apuraba, pues si las cosas salían bien, ella incluso podía superar a Helen y Anastasia para convertirse en el nuevo objeto de afecto de Elías. En cada mujer, había una confianza enterrada que no se atenuaria en ninguna circunstancia; en breve, Ray estaba esperando a Érica afuera del restaurante y cuando registró su llegada, la guio hacia las escaleras y luego al comedor principal en el patio trasero. La llevaron a un comedor privado donde Elías ya estaba sentado y esperando por ella, a lo que Érica tragó saliva y empezó a sentir como las palmas de sus manos empezaban a sudar. Al mismo tiempo, se acomodó el cabello detrás de su hombro de forma nerviosa y analizó al hombre con timidez.

Joven Elias, ¿puedo saber por qué pidió verme el día de hoy? -preguntó Erica después de tomar asiento. Ray se fue para darles privacidad y en cuando la puerta se cerró, Elias deslizó una tarjeta de banco por la mesa.

-Señorita Erica, hay un millón en esta tarjeta. Todo lo que necesita hacer es responder mis preguntas y el dinero será suyo -dijo él. Ella estaba perpleja y se quedó sin aliento al ver la tarjeta que estaba frente a ella, pues un millón era una oferta tentadora y tuvo que parpadear para poder salir de su ensimismamiento.

-¿Qué quiere saber, joven Elías?

— Tiene que prometer que contestará todas mis preguntas con honestidad -pidió, mientras que la miraba de manera sombría, a lo que ella se decepcionó en ese momento.

«¿Malinterpreté la invitación a comer? ¿No lo hizo porque le gusto?».

Sin embargo, cuando volteó a ver la tarjeta, la conforto el pensamiento de poder tener un millón en su bolsillo, al fin y al cabo, era lo suficiente para que le durara un rato.

-Adelante, joven Elias.

– Primera pregunta: ¿sabe el nombre del hombre que abusó de Anastasia hace cinco años?

cuestionó de manera oscura. Ella sintió como su corazón se le subía hasta la garganta, pues resultó que Elías nada más estaba ahí porque queria saber sobre el pasado de Anastasia.

– ¿Por qué no le pregunta a mi hermana? Estoy segura de ella sabe los detalles mejor que nadie de esa noche en particular -replicó con un tono sarcástico.

Si no tiene los planes de darme las respuestas que quiero, entonces, ya no desperdiciaré su tiempo -dijo Elías, sin ganas de quedarse y escuchar a alguien hablando mal de Anastasia. El agarró la tarjeta, pero fue ahí cuando Erica entró en pánico y grito.

-Está bien, está bien, se lo diré. Le diré todo lo que quiera saber, joven Elias-habló ella. El pausó y soltó la tarjeta, ya que el dinero era la clave para hacer que alguien tan avariciosa como Érica se abriera.

Quiero que me diga todo lo que pasó esa noche-ordenó, sabiendo que ella no renunciaría a la tarjeta del banco. Al Érica saber que el incidente en el Club Abismal había sido planeado por Helen, no cambiaba el hecho de que ella era una complice, pues no había forma de negar su participación en toda la cosa, por lo que tuvo que analizar bien antes de hablar.

En la noche del incidente, Helen y yo estábamos pasando el rato en el club, pero fue ahi cuando un compañero de trabajo decidió tomar la iniciativa con Anastasia. Ella le llamó a mi hermana con mucho pánico para que la recogiera, pero espero lo suficiente para pensar que no pasaría por ella en lo absoluto. Sin embargo, cuando nos estábamos yendo, Anastasia corrió de manera repentina hacia afuera del club con la ropa desordenada y así fue como descubrimos que había sido abusada.

 

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