Alexis había firmado los papeles, había escuchado a un doctor hablar sobre la depresión posparto y de los cuidados que debían tener Sophie y el bebé, y justo ahora iba con una nueva mudada de ropa que le había traído Daniel, a la habitación, quería darse un baño y esperar una hora para ir a casa. Decidió mandar a su eficiente guardaespaldas a que comprara vitaminas para Sophie, entre otras cosas para llevar a casa, debía asegurarse que su familia estuviera bien.
Antes de llegar a la habitación escuchó un grito desgarrador, que lo hizo correr, cuando abrió la puerta y entró vio a Sophie llorando desconsoladamente casi encima de la enfermera quién parecía aturdida. Con su vista recorrió la habitación y no a su hijo por ningún lado, sólo bastó segundos para saber lo que pasaba.
—¿Dónde está Liam? — Sophie al oír a Alex se levantó del suelo y corrió a él, dónde se aferró con fuerza a su marido.
—Alex, a nuestro hijo se lo llevaron, por favor traelo, lo quiero de vuelta — dijo en medio de lágrimas, un jadeo salió de la boca Alex, mientras un dolor inmenso crecía en su pecho, en un instante sacó su celular y llamó a Daniel le dijo que se devolviera y que trajera el equipo de seguridad, porque habían secuestrado a su hijo.
En cuestión de segundos la policía había invadió el lugar, y toda la familia estaba ahí, Sophie no dejaba de llorar por su pequeño Liam, no entendía porqué se habían llevado a su hijo.
—Amor, debemos ir a casa — Sophie negaba con la cabeza.
—Yo quiero a mi hijo. — dijo mirándolo a los ojos.
—Te juro por lo más sagrado que voy a traerlo de vuelta. Ahora necesito llevarte a casa y saber que vas a estar segura. — ella solamente asintió.
…
—Ese mocoso no deja de llorar — Yael estaba harto de oír al niño.
— Debe de tener hambre o tener sucio el pañal.
—Pues entonces deberías darle de comer o cambiarle el pañal. — Keyla puso los ojos en blanco. Pero se encargó de hacer que el niño dejara de llorar.
—¿Qué vamos hacer con él? ¿Lo matamos y se los enviamos en una caja para que sufran? ¿O pedimos mucho dinero por su rescate? — Yael tenía otros planes pero no lo dijo.
—Ya están sufriendo — dijo Keyla con una sonrisa malvada en su rostro. — Te puedo asegurar que Sophie debe de estar sufriendo como nunca en la vida, y eso me alegra, pero no me satisface, por lo que vamos a pedir rescate por él, quiero mucho dinero, pero cuando lleguen a recoger al niño, quiero que maten al niño, cuando tenga nuestro dinero podré ser muy feliz largo de aquí, y lo seré más cuando se que Sophie va a sufrir toda la vida.
—Es tu sobrino del que hablamos Keyla.
—¿Y? ¿Crees que me importa? Sophie me a quitado todo en la vida, primero Alexis, luego tú, la atención de todos, ahora también me ganó en ser madre y tener una familia, la odio, si al menos nunca se hubiera puesto en mi camino, o no me quiera quitado alguno de mis hombres nada de esto hubiera pasado. —Yael la miró pero no dijo nada.
—¿Cuándo vamos a pedir el rescate?
—Mañana — contestó Keyla muy segura.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: UN ACUERDO